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LOS AÑOS 80 - LA VIDA INSTITUCIONAL
EL REGRESO A LA DEMOCRACIA
o hay dudas que la década del 80 será
recordada por el regreso a la
democracia.
Sin embargo, no fueron pocos los
acontecimientos que jalonaron esta
etapa, en especial en los primeros
años.
Al desprestigio por el descalabro económico y las
graves violaciones a los derechos humanos, por parte
del gobierno militar que condujo el llamado Proceso
de Reorganización Militar, se sumó la desafortunada
incursión en las islas Malvinas que colmó un vaso ya
lleno.
Por fin, el 30 de octubre de 1983 el pueblo volvió a
votar, iniciando una etapa institucional que se
mantiene al término del siglo.
Un líder carismático, Raúl Alfonsín, conductor de la
Unión Cívica Radical, fue el hombre que impondría su
sello a esta década en la que, por encima de los
avatares económicos, se alcanzaría un gran logro: el
afianzamiento de las instituciones.
En San Juan, en cambio, se dio un hecho
paradójico. El triunfo correspondió a la fórmula del
Partido Bloquista, integrada por Leopoldo Bravo y el
médico Jorge Raúl Ruiz Aguilar. Seguía siendo
gobierno en la provincia el partido que había
colaborado con el Proceso.
En la década anterior, Leopoldo Bravo se había
desempeñado como embajador en la URSS para
pasar en 1981 a comandar la misión diplomática en
Italia. Otro hombre que en 1983 se incorporaría al
bloquismo, Carlos Gómez Centurión, había sido
embajador en México y Portugal. Y desde 1980, al
frente de la provincia se venían desempeñando
hombres del viejo partido fundado por Cantoni:
Domingo Javier Rodríguez Castro (1981/82),
Leopoldo Bravo (1982) y Eduardo Alfredo Pósleman
(1982/83).
Pero no sólo Bravo triunfaría en 1983 sino que en
1987 se impuso nuevamente una fórmula bloquista, la
integrada por Gómez Centurión y Wbaldino Acosta,
con lo que se completó una década de gobiernos de
un mismo signo partidario en la provincia.
Entre esas dos elecciones, en 1985 se realizaron
comicios para elegir diputados nacionales y
constituyentes, triunfando los candidatos de la Unión
Cívica Radical por amplia mayoría. En esa
oportunidad, el bloquismo sufrió un duro revés del
electorado debiendo conformarse con el tercer lugar.
Ante ello, el go-bernador Leopoldo Bravo presentó su
renuncia, completando el período Ruiz Aguilar. Bravo
fue designado senador nacional, cargo que
continuará ejerciendo hasta el 2.003.
Como en 1983 se votó con la antigua Constitución,
que no preveía la representación de las minorías en
las circunscripciones electorales, el arrasador triunfo
de Bravo le permitió ubicar a 26 de los 30 diputados
en la Legislatura, correspondiéndole los otros cuatro
al justicialismo. Ese inmenso poder concentrado se
vio reflejado en hechos que alcanzarían repercusión
nacional, como la destitución de dos diputadas por
“inconductas partidarias” o la destitución de la Corte de
Justicia por fallar en forma adversa al oficialismo en el
caso de las diputadas.
En las elecciones de diputados nacionales de 1989
se advierte ya que nuevos aires soplan en el país.
Carlos Saúl Menem, un peronista descendiente de
sirios nacido en el pequeño pueblo de Anillaco y varias
veces gobernador de su provincia, La Rioja, gana las
elecciones presidenciales y debe asumir
anticipadamente ante la difícil situación económica que
vivía el país.
En San Juan se vuelve a dar un caso particular. El
bloquismo estaba desgastado tras gobernar durante
una década y lo mismo ocurría en el radicalismo por la
gestión económica nacional. Pero el peronismo seguía
sin darse un liderazgo firme tras el deceso del profesor
Eloy Camus y se deterioraba con sus luchas intestinas.
Esto hizo que mientras los sanjuaninos votaban ma-
yoritariamente a Menem para la presidencia, optaran
por apoyar como diputado nacional al doctor Alfredo
Avelín y su pequeño partido, la Cruzada Renovadora.
N
a nueva democracia argen-
tina exhibió en su primera
década excesos que aun-
que algunos se fueron co-
rrigiendo, otros perduraron en el
tiempo e incluso se agravaron.
Dos de los temas que en San
Juan merecieron las críticas de la
población fueron las jubilaciones de
privilegio que se autoadjudicaron
los políticos, imitando a sus colegas
de otros puntos del país y la entrega
de viviendas con criterio político
clientelista.
Miles de jubilaciones por
incapacidad o sin los aportes
corres-pondientes y la entrega de
casas que nunca se pagaron,
fueron las consecuencias más
visibles.
Ambos
excesos
fueron
corregidos en los años siguientes
pero aparecieron otras actitudes
que contribuyeron al desprestigio
de los dirigentes.
En torno a este tema es
importante destacar la saludable
actitud de la ciudadanía que
siempre distinguió entre la
democracia, que hizo suya y
defiende a todo trance y la actitud
de algunos políticos. A dife-rencia
con otras épocas, ya nadie cree en
soluciones
dictatoriales
o
procedimientos ajenos a los que
SALUDABLE ACTITUD
JUAN CARLOS BATALLER - EDGARDO MENDOZA
L
Alfredo Avelín y su hijo se abrazan luego del
triunfo electoral de 1989.
Los hombres que
gobernaron desde
1983 a 1991. Carlos
Gómez Centurión,
Leopoldo Bravo,
Wbaldino Acosta y
Jorge Ruiz Aguilar.
