Informe
psiquiátrico
E
l psiquiatra forense, Héctor del
Giúdice, también elaboró un in-
forme sobre Claudio Gil, cuyos
puntos principales son los siguientes:
Alta impulsividad, tendencia a la ac-
tuación, actos antisociales y narcisis-
tas, proclive a ser repetido una y otra vez.
Manipula, engaña, falsea, considera
que los demás están al servicio de
sus necesidades.
Desconsideración y desprecio hacia
el derecho de los demás.
Falta de empatía con una afectividad
pobrísima y hostil.
Personalidad antisocial y psicopática.
Conoce las leyes morales pero no
las siente
El perverso perfil
de Claudio Gil
12
Viernes 20 de mayo de 2016
L
a condena de Claudio Javier Gil,
la tercera en su prontuario por
idénticos hechos, sentó un prece-
dente jurisprudencial en el país sobre
una figura legal nueva: el odio por la
orientación sexual. Esta figura fue incor-
porada en el año 2012 tras aprobarse la
Ley de Identidad de Género.
A Gil le fue aplicada como agravante por
el crimen de un jubilado, Luis Jorge Es-
pínola, de 85 años. La aplicación de
dicho agravante fue por pedido del fiscal
de Cámara, José Eduardo Mallea, y el
Tribunal de la Sala III bajo la presidencia
de Maximiliano Blejman y las vocalías
de José Atenágoras Vega y Ernesto Ker-
man.
Claudio Gil, de 41 años, fue sentenciado
por el asesinato de Espínola, a quien
mató de tres puñaladas en el cuello en
marzo de 2014. El hombre tiene otra
pena máxima por el asesinato del cono-
cido chef local Carlos Echegaray en
enero de ese mismo año, a quien mató
de 8 puñaladas. En La Rioja en 1999 lo
sentenciaron a 12 años de cárcel por
matar de 19 cuchillazos y prender fuego
a Alberto Herrera, alias “Cacho de la Es-
quina”, también homosexual. La pena
fue menor porque lo consideraron homi-
cidio simple.
El perfil
psicológico
S
egún la licenciada Mariana Rizo,
quien ya había entrevistado a
Claudio Gil a raíz del asesinato
del chef Carlos Echegaray, los puntos
salientes sobre la personalidad del
ahora condenado son los siguientes:
Lucidez de conciencia y orientación
ajustada en tiempo y espacio, juicio
de realidad preservado.
Pensamiento sin alteraciones ni en
el curso –mantiene la ilación lógica
de las ideas-, ni en el contenido –ausen-
cia de ideas delirantes-.
Capacidad para fijar, evocar y re-
cordar los acontecimientos.
Ausencia de alucinaciones.
Nivel intelectual dentro del rango
medio esperable para su edad y no
presenta retraso mental.
Sobre por qué cometió el crimen, se
infiere que responde a la extrema
sobrecarga de afectos negativos que al-
canzan niveles destructivos, compatibles
con el llamado “narcicismo maligno”.
Se dirige hacia los demás en forma
de sadismo que le produce una ex-
citación de naturaleza perversa.
Ausencia de sentimientos de culpa
y remordimiento.
PRIMERA CONDENA EN EL PAÍS POR ODIO A LA ORIENTACIÓN SEXUAL
Tres condenas por tres crímenes. Las tres víctimas eran homosexuales.
Golpeaba a su hijo y a su madre. A ella también le arrojó agua hirviendo.
EDUARDO MALLEA – FISCAL DE CÁMARA
“Gil repite conductas sin
ningún tipo de arrepentimiento”
—¿Cómo fue definida la personalidad
de Gil?
—Fueron coincidentes los informes psi-
quiátricos y psicológicos en que padece
una patología psicopática que puede re-
petir una y otra vez las conductas sin
ningún grado de arrepentimiento y es
portador de un narcicismo maligno, una
de las enfermedades psicológicas más
preocupantes, ya que son personas que
manejan sentimientos como odio, ira y
sobre todo mucha violencia, pasan de la
pasividad a la acción rápidamente y ese
paso siempre es violento.
—¿Es habitual que un acusado en
juicio increpe al fiscal y a los jueces
como ocurrió en esta oportunidad?
—No, nunca me ocurrió y eso que tuvi-
mos casos emblemáticos de personas
con frondoso prontuario por hechos vio-
lentos, pero siempre guardaron respeto
y decoro en las audiencias. En este
caso perseguía el fin de crear desorden
en las audiencias.
—¿Quiso sacar del eje al fiscal y a
los jueces?
—Sí, ese fue el fin. No lo logró porque
todo se mantuvo en orden. Al momento
de alegar tuvo expresiones hacia mi
persona, pero no logró desconcen-
trarme de lo que decía. Fue clave que el
Tribunal no lo sacara de la sala.
—¿Cómo llega a la conclusión que el
crimen de Espínola era por odio a la
orientación sexual?
—Tenemos entendido que no hay juris-
prudencia en el país. Esto se debe a
que arranca en el año 2012 con el dic-
tado de la ley 27.643, que define a la
Identidad de Género y para poder apli-
car esa figura y ser sancionada la vio-
lencia contra ese sector de la población,
se dicta la ley 26.791 que incorpora este
agravante, matar por odio a la orienta-
ción sexual de una persona.
—¿Y antecedentes internacionales?
—La Comisión Interamericana de Dere-
chos Humanos definió a este grupo po-
blacional con las siglas LGBTI,
lesbianas, gay, bisexuales, travestis e
intersex y lo considera altamente vulne-
rable por ser repetitivos los hechos de
muerte contra este sector. En Argentina,
por el dictado de las leyes estamos
avanzados, no teníamos material de
abordaje y debimos buscar anteceden-
tes en otros países para encuadrar el
agravante.
—¿Hubo dudas sobre si encuadraba
la conducta de Gil con el agravante?
—En ningún momento. Además esto se
abonaba con los antecedentes penales,
aunque alguna causa esté apelada, te-
nemos el antecedente de La Rioja y el
de Echegaray y todas las circunstancias
de hecho, la pareja del imputado y del
hijo sobre la violencia constante y mani-
fiesta de la cual era portador Gil.
—¿En qué se basó concretamente?
—Son patrones que se siguen en estos
crímenes. La víctima tiene confianza en
el sospechoso, siempre están los dos
solos, el método del asesinato es recu-
rrente siempre, ambos pasan días jun-
tos para que el victimario se gane la
confianza de la víctima. Gil lo llamaba a
Espínola para que rezara por la madre
de él. También se retiran del lugar del
hecho sin levantar sospechas, se des-
cubre el cuerpo varios días después y
luego de cometido el crimen normal-
mente se apoderan de elementos de la
víctima. Se le secuestraron varios ele-
mentos que permitían sostener su pre-
sencia en el lugar, aunque el móvil no
es el robo sino matar.