Viernes 22 de septiembre de 2017
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SU NOMBRE REAL ES CARLOS FERNÁNDEZ GÁMEZ
Fernández Gámez se hizo al lado del
otrora poderoso Jesús Gil y Gil, pero su in-
greso a la política es un tanto rocambo-
lesca. La misma se produjo tras la carta
que este le escribiera a Jesús Gil. Según
contó Gil en una entrevista que le hizo el
Diario de Andalucía, lo que Carlos le decía
en la carta le llegó al corazón. Gil y Gil se
mostró conmovido y lo incluyó en su lista y
más tarde en su equipo de Gobierno.
Gil rompió con Fernández cuando éste fue
implicado en un escándalo de apropiación
indebida cuando era edil de Deportes, lo
que le valió una condena por quedarse
80.000 euros del Consistorio. Entonces,
Fernández se alistó en el Partido Andalu-
cista (PA,) donde fue cabeza de lista, sa-
liendo elegido concejal en Marbella. Al
mismo tiempo, en esa lucha de poder de
Gil, Julián Muñoz, EsperanzaYagüe y la
que hasta entonces llevaba por bandera la
honestidad, la socialista Isabel García Mar-
cos, hablaron con el buscavidas Carlos
Fernández, que se alió con ellos en la mo-
ción que descabalgó de la alcaldía a Julián
Muñoz. Corría el año 2003.
Coaching,
política y familia
Y
a radicado en la provincia, Fernán-
dez conoció a Carla Coppari, perio-
dista de Diario de Cuyo, y en poco
tiempo construyó un círculo de amistades
La historia del español que se fugó a
San Juan para evitar ir preso por corrupción
E
n la primera audiencia ante el
juez federal Leopoldo Rago
Gallo, Fernández rechazó la po-
sibilidad de ser extraditado por decisión
propia. Ahora deberá iniciarse el proceso
en el que alegarán el fiscal y la defensa
y decidirá el magistrado. Como existe
un acuerdo de cooperación entre Argen-
tina y España, las posibilidades para que
no sea extraditado son nulas. Si pasan
más de 40 días sin resolución, deberá
ser liberado. Si se comprueba que in-
gresó a España y permaneció más de
30 días, se extingue la acción penal.
Cómo sigue el proceso
La foto oficial de la Policía Federal . En el centro, Carlos Fernández Gámez rodeado por dos efectivos.
La última foto que le tomaron a Fernández Gámez antes de fugarse de España.
Está imputado en uno de los
casos más resonantes de co-
rrupción en España. De 95
acusados y 86 condenados,
es el único que logró fugarse.
Vivió 11 años en Argentina, la
mayoría en San Juan. Su vida,
sus contactos, su familia y a
qué políticos asesoró.
S
olía caminar con su pareja por el
Parque de Mayo durante la siesta,
entre las 14 y las 16. El español
que fue detenido hace una semana en
San Juan tenía pedido de captura de In-
terpol, con el código de peligrosidad más
alto que otorga la Policía Internacional,
abre varios interrogantes.
Carlos Hernández, identidad con la que
se lo conocía en San Juan, es en realidad
Carlos Fernández Gámez, 49 años y na-
cido en Marbella. Hace 11 años era con-
cejal de ese Ayuntamiento y fue
protagonista de una de las causas de co-
rrupción de mayor repercusión en España
y el mundo: Hubo 95 personas imputadas,
entre ellas el expresidente del Atlético de
Madrid, Jesús Gil y Gil; y la reconocida
cantante Isabel Pantoja, entre otros.
Escapando de una posible condena, Fer-
nández Gámez ingresó en 2006 a la Ar-
gentina de manera legal. El pedido de
captura internacional lanzado por Interpol
se habría formalizado en el 2014. Todo in-
dica que hubo ayuda oficial, que salió vía
Lisboa y que era informante de la Justicia
española. En España lo comparan con
“garganta profunda”.
Hay dos hipótesis respecto a cómo llegó a
San Juan. Una indica que de Buenos
Aires se fue a vivir a Mendoza y de ahí
llegó a nuestra provincia. La otra versión
dice que vino desde Buenos Aires directa-
mente a San Juan, sin escalas.
La historia
C
arlos Fernández Gámez empezó
en política en la década del 90, al
lado de Jesús Gil y Gil, exhombre
fuerte del Atlético de Madrid. Luego se alejó
de este y se plegó a las huestes de la exal-
caldesa Marisol Yagüe, quien terminó
echándolo de la función pública por las sos-
pechas que recaían sobre él por esta causa
de corrupción y por querer destituirla. Preci-
samente junto a Gil y Gil, tuvo activa partici-
pación en la fundación del GIL (Grupo
Independiente Liberal).
Durante su larga ausencia se especuló con
la idea de que se hubiera convertido en tes-
tigo protegido, algo que la Policía negó cate-
góricamente. En uno de sus autos, el juez
Miguel Ángel Torres estimaba que era la ter-
cera persona del Ayuntamiento de Marbella
que más dinero recibía en el reparto de la
torta de corrupción urbanística marbellí.
