Viernes 6 de octubre de 2017
Claudia Pirán junto a sus tres hijos y el decano de la Facultad de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales, Rodolfo Bloch, quien le entregó el título.
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AYER RECIBIÓ EL TÍTULO
Casada, con tres hijos y con
una larga y fructífera trayecto-
ria de cantante, Claudia logró
recibirse de arquitecta, un
sueño anhelado a la par de la
música.
E
n la colación de grados realizada
ayer, jueves 5 de octubre, en la
Facultad de Arquitectura, Urba-
nismo y Diseño de la UNSJ, la alumna
Claudia Pirán recibía su título con una
mezcla de orgullo y emoción.
Casada, con tres hijos, y una extensa y
reconocida carrera como cantante, Clau-
dia considera que recibirse forma parte de
un fin y un nuevo principio. Es que a su
nuevo título se suma su nueva figura, ya
que luego de someterse hace tres meses
a una cirugía bariátrica, bajó 22 kilos y
puede caminar sin bastón.
En el día previo a obtener su diploma, El
Nuevo Diario entrevistó a Claudia.
—¿Por qué decidiste estudiar arquitec-
tura?
—Decidí estudiar arquitectura porque me
parece una profesión maravillosa. Creo
que la casa es el resumen de muchas
cosas que nosotros tenemos en nuestro
interior como concepto de protección, de
hogar, de la búsqueda de ese lugar donde
uno va a vivir la vida y va a tratar de ser
feliz y creo que fue desde ahí desde ese
lugar, de lo creativo desde el concepto de
hogar que yo tenía, busqué ser arquitecta
y tratar sobre todo de lograr estas cosas:
volcar la creatividad en obras que la gente
pueda habitar, disfrutar viviendo en ellas.
—¿Cuánto influyó en tus estudios la
mirada de tus padres, o sea seguir una
carrera más tradicional que la música,
que es tu pasión?
—No, mis padres siempre me dijeron que
hiciera lo que quisiera. Yo quería que la
muisca sea mi hobby, eso que hacía por
una cuestión pasional y no por obligación
o por el todos los días ir a trabajar y al
final terminó siendo al revés, mi música la
profesión que hago con todo el amor del
mundo y sin ningún tipo de quejas ni de
situaciones rutinarias, al contrario, y la ar-
quitectura, también como una profesión
maravillosa. Como dicen varios autores
por ahí, la arquitectura es música conge-
lada donde uno pone en cada creación
melodías.
Con ustedes, la arquitecta
—¿Cuál fue el tema de tu tesis?
— Una escuela de música popular con
la que sueño, que abarque todos los
géneros tanto bailarines, como músi-
cos, compositores, creativos... Es un
edificio autosustentable respecto a lo
que significa energía solar, tiene una
sala de grabación para hasta 50 músi-
cos, espacios comunes para ser visi-
tados como si fuera un parque, pero a
su vez es una escuela porque la mú-
sica tiene que ser abierta para todos y
tiene que sonar para todos. Es una
escuela de música popular no necesa-
riamente folklore, pero está la gastro-
nomía que nos identifica como
sanjuaninos, está el reciclaje, la
puesta en valor de edificios que han
quedado como en el olvido, como es-
quinas que parecen ser abandonadas
pero sus paredes pueden contarnos
muchas historias. Está ubicada en un
terreno donde es el principio y el final
del conector sur. Creo que ese conec-
tor necesita un gran portal de acceso,
que mi proyecto lo tiene contemplado.
—¿Dónde estaría ubicada?
—Esta escuela cierra este eje maravi-
lloso, creativo, cultural en el sector
comprendido entre avenida España y
Las Heras, todo ese cordón edilicio lo
abre hacia el sur y lo cierra como pro-
puesta urbana respecto de su uso, así
que creo que es un proyecto muy lindo.
Tiene demás una apoyatura al Teatro
del Bicentenario, como un estaciona-
miento para más de 500 autos. Hay
una cava donde podés aprender a dis-
frutar un vino.Es una propuesta muy
permeable, así que estoy muy orgu-
llosa. Mi sueño seria poder construirla.
—¿Qué significa haber llegado al final
de este camino?
—Llegar al final de este camino para mí
es como cerrar una etapa muy importante
de mi vida, una felicidad tremenda un
saber que cuando uno se propone las
cosas pueda conseguirlas, no importan
los tiempos que a veces llevan. Lo impor-
tante es la decisión, es el saber que las
cosas que uno ama, que uno trabaja por
ellas, llegan. No creo que sea el final es
un gran comienzo de un camino nuevo
que voy a recorrer con mucho amor y res-
ponsabilidad y con el cual quiero aprender
a vivir también.
—¿Pensás ejercer la profesión de ar-
quitecta?
—Sí, quiero ejercer de arquitecta. De
hecho estoy viendo la posibilidad de abrir
mi propio estudio de arquitectura y traba-
jar mucho para la gente y qué bueno que
podamos ponerle música a sus hogares,
a sus empresas, en el sentido de esta es-
tética que, en sano equilibrio, nos puede
dar la música y la arquitectura, un equili-
brio de vivir en un lugar o de trabajar en
lugar donde nos sintamos realmente muy
a gusto. Creo que puedo lograr eso, la
sensibilidad de lograr escuchar el mate-
rial, lograr verlo y percibir cada uno de los
materiales, poniéndolos al servicio de esa
persona que va a necesitar un espacio
especial para poder desarrollar sus ta-
reas.
—¿Lo ves como un ejemplo de tesón y
esfuerzo para tus hijos?
—Lo veo como más que un ejemplo de
tesón o sacrifico y de estas cosas; lo veo
como para mis hijos, ellos tienen que ser
lo que quieren ser. Siempre quise ser ar-
quitecta, siempre quise ser cantante, mú-
sico y cuando una trabaja para eso, las
cosas llegan más allá del mandato de
tenes que estudiar una carrera, más por
una decisión propia, por amor. Creo que
los mejores profesionales son los que
hacen las cosas con amor y eso es lo
principal, que mis hijos hagan lo que ten-
gan ganas de hacer, siempre con amor. Y
sí perseverando, porque trabas en el ca-
mino hay, un montón de piedras, alegrías,
tristezas, situaciones de vida que no se
pueden evitar, pero a la larga todo tiene
su final y su nuevo comienzo. Eso es lo
bueno de la vida, esos procesos evoluti-
vos en los que uno se encuentra con uno
mismo e ir a la búsqueda de la felicidad.
Claudia Pirán
Una escuela de música, su tesis
