El Nuevo Diario - page 7

otros profesionales que también aconse-
jen que y que le brinde la posibilidad al
juez también de poder decidir lo contrario,
de decir que la familia no es conveniente y
cortar el vínculo para que ingrese en el
circuito de adoptabilidad. El hecho de
tener un nexo familiar, algo que es mera-
mente jurídico, no es un valor en sí
mismo.
—¿No siempre lo más aconsejable es
la familia?
—Exacto, si los informes aconsejan otra
cosa, el niño debe ser separado de la fa-
milia. La familia no tiene un derecho más
importante que el niño.
—¿En qué momento empieza el pro-
ceso de adopción?
—Empieza cuando aparece un niño en
condiciones de ser adoptado, ese niño es
el que se evalúa. Hay un proceso de
adoptabilidad, que es un plazo breve, de
tres meses. El proceso de adopción no
comienza cuando la pareja se inscribe, la-
mentablemente hay muchos adoptantes y
muy pocos niños. El derecho del niño es
el que debe primar.
—¿Qué ocurre cuando pasa el tiempo,
el niño crece y pasa los cinco años, es
difícil encontrar alguien que quiera
adoptarlo?
—Primero, eso no debió pasar nunca, no
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El proceso de
adopción contempla
los derechos del niño y
el bien
superior de él y no
el de la familia ni de
los adoptantes
Viernes 6 de octubre de 2017
están establecidos y juega un papel
fundamental el sentido común del
juez?
—A lo largo del tiempo fue cambiando el
paradigma en materia de adopción, de-
pende en gran medida de la implementa-
ción del juez y la implementación de los
tiempos y depende en gran medida, tam-
bién, de una cuestión subjetiva sino con el
informe que diga que es conveniente dejar
al niño en el círculo familiar, esto apoyado
por informes de psicólogos, sociólogos y
ESTEBAN DE LA TORRE - JUEZ DE FAMILIA
se puede tener un niño institucionalizado
tanta cantidad de tiempo y si eso llegara a
pasar es difícil llegar a encontrar familias
a medida que el niño va creciendo. Hay
actualmente entre 27 y 30 niños mayores
de diez años que están en situación de
adoptabilidad y que no han podido ser
adoptados y no hay dentro del registro de
adoptantes gente que quiera chicos de
esa edad, con lo que corren el riesgo de
tener que sacarlos del sistema y lo que
implica el fracaso del sistema, porque no
hay familias sustitutas o a veces esos
niños no están dispuestos a vincularse
con esa familia sustituta. También hay
que tener en cuenta que probablemente
esos niños fueron sacados del seno fami-
liar cuando eran grandes. Por eso cuando
el niño es chico, la premura judicial es
para que no llegue a esa situación de no
encontrar quien quiera adoptarlo.
—¿Cuál sería la solución para estos
chicos que están en condiciones de ser
adoptados pero por la edad no se en-
cuentra quien los quiera?
—No hay familias sustitutas. La Direc-
ción creó un proceso de padrinazgo,
donde las familias que no quieren adoptar
pero dar una ayuda, pueden hacerlo.
Pasa que la ley no contempla la posibili-
dad de adoptar y qué pasa si se genera
un vínculo y que quien ejerce el padri-
nazgo quiera adoptar.
Si bien los nuevos plazos
legales son acotados, un
proceso de adopción no es
fácil. En gran medida es clave
el sentido común del juez que
tiene el expediente. Cómo
funciona el sistema y qué
piensa uno de los jueces de
Familia, encargado de dar
en adopción.
E
l caso de la bebé que fue dejada
en la comisaría porque ni el padre
ni la madre querían tenerla, volvió
a poner sobre el tapete los plazos para
dar en adopción y el sentido común que
deben poner en práctica los jueces para
que el niño no termine institucionalizado.
Cuando hay casos de este tipo, son mu-
chas las personas que aparecen para
adoptar al niño, algo que hoy es inviable.
Hasta hace poco tiempo las adopciones
dependían exclusivamente de un juzgado
de Menores. Ahora son los juzgados de
Familia los encargados de entender en
materia de adopciones. El nuevo Código
Civil acota los plazos y si se sigue la ley y
se aplica criteriosamente, en un período
de no más de seis meses un niño debe
tener un nuevo hogar.
Hay algo clave: el nuevo Código da un
plazo de noventa días para el proceso de
adoptabilidad. En ese período un equipo
social debe analizar si hay algún miembro
del círculo familiar en condiciones de ha-
cerse cargo del niño, caso contrario y con
informe en mano, el juez corta el vínculo y
busca una familia en el registro de adop-
tantes.
El problema se genera cuando el chico
comienza a crecer y llega a los diez años
de edad. Las cifras son claras y crueles:
hay alrededor de treinta chicos mayores
de diez años en condiciones de ser adop-
tados y no hay en el registro nadie que
quiera adoptarlos. Ante eso, la institucio-
nalización es inevitable.
—¿Hay formas de cambiar y acelerar
plazos en materia de adopciones?
—Es posible y el nuevo Código Civil y Co-
mercial vino a acelerar plazos, acortándo-
los pero a su vez determinó que hay dos
tipos de procedimientos, uno que es casi
administrativo donde el órgano social de
la Corte hace evaluaciones dentro del
seno familiar, dando un plazo de tres
meses. Si se encuentra a alguien de la fa-
miliar el niño se deja ahí y no entra al re-
gistro de adopciones. Pero si en esos tres
meses no se encontró un familiar, rápida-
mente se saca y se empieza el proceso
para adaptabilidad del niño y buscar una
familia en el registro de adoptantes. El
proceso de adopción contempla los dere-
chos del niño y el bien superior de él y no
el de la familia ni de los adoptantes, a
todas luces advierte el Código Civil que
hay que solucionar rápidamente el pro-
blema del chico.
—¿O sea que los plazos acotados
“Hay alrededor de 30 niños mayores
de 10 años y nadie quiere adoptarlos”
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