Viernes 13 de octubre de 2017
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LAS CONDUCTORAS DE LOS CANALES LOCALES HABLAN DE
—Cuando comenzaste, ¿qué descu-
briste de positivo y negativo?
— Empecé en 1968 como productora y
guionista del Programa Feme—Nina.
Ese mismo año, la conductora se
negó a hacer una nota y tuve que
tomar micrófono y realizar la entrevista
así como estaba, sin maquillaje ni ropa
adecuada. Al día siguiente me llamó el
gerente del Canal 8 y me pidió que si-
guiera en la conducción, porque le
había dado otra impronta al pro-
grama....allí descubrí mi vocación de
comunicadora y me apasionó la tarea.
De positivo, rescato la respuesta de la
gente. Negativo: que a partir de ese
momento, mi vida privada pasó a ser
pública. Y dentro del canal, tenía que
ganarme el respeto del equipo. Para
eso conté con el respaldo fuerte de mi
esposo, productor del programa.
—¿Te sentiste más expuesta ante
alguna situación que un conductor?
—Siempre la mujer está más expuesta
Si llega a ocupar un lugar importante,
es fácil sembrar la duda sobre su ca-
pacidad y aparece algún mal pensado
que insinúe cómo lo logró. A la mujer
se le perdona ser linda, elegante o
simpática...pero no que sea inteligente
y capaz. Aunque en los últimos años,
el hombre está aceptando y recono-
ciendo la capacidad de las mujeres en
los medios, especialmente en TV.
—¿Alguna vez deseaste no tener
tanta exposición?
—Muchas veces. Especialmente por
mis hijos. Salía con ellos y la gente me
saludaba, o me hacía pedidos y ellos
me miraban como diciendo: — “Viste
mamá...con vos no se puede salir”.
—Desde tus inicios ¿cambió la TV en
el tratamiento de temas femeninos?
—Hay muchos cambios y hay audacia
para tratar los temas femeninos. Pero no
siempre la audacia es positiva. Se ha
caído en la vulgaridad y hoy se ventilan
intimidades que no hace falta difundir.
Hemos ganado espacios pero perdimos,
a mi entender, el respeto por lo privado.
—¿Sentiste presión alguna vez para
que contaras tu vida privada?
—En mis casi 50 años de actividad, no
acepté presiones ni conté sobre mi vida
privada más de lo que hacía falta. Porque
entiendo que la vida privada es...privada.
—¿Qué anécdota recuerdas sobre tu
exposición en la tele?
“En mis casi 50 años de actividad
televisiva, no acepté presiones”
“Fui blanco injusto de embates
—Siempre fui audaz en las preguntas
al hacer entrevistas... Sin embargo,
una vez me quedé con el micrófono en
la mano y no pude hablar. El Papa
Juan Pablo II llegó a Argentina... Con
el camarógrafo luchamos por acercar-
nos y cuando el Papamóvil llegó a la
puerta de la Catedral, sentí que me
empujaban con tanta fuerza que cerré
los ojos y pensé: Que sea lo que Dios
quiera. ...Abrí los ojos y tenía a Juan
Pablo enfrente. Moví el micrófono pero
no pude hablar... El Papa tomó mi mi-
crófono, preguntó de dónde era y al-
cancé a balbucear San Juan,
Argentina.... y me dio una bendición
especial.— Lágrimas y sonrisas...El
mejor personaje...un momento
único...y yo muda.
—¿Qué fue lo primero que descubriste
de positivo y de negativo de la TV?
—El hecho de estar en TV deja a lo posi-
tivo y negativo unido por el mismo lazo:
La exposición y el hecho que la gente me
identifique me entregó una enorme opor-
tunidad de construir una carrera en base
a la credibilidad, vaya desafío. Eso
mismo es lo que descubrí que te aporta
lo negativo: El hecho de estar más ex-
puesta me puso en examen todo el
tiempo, y varias veces fui blanco injusto
de embates que debí enfrentar con sabi-
duría y templanza. Son las reglas del
juego y la aceptación fue parte del ca-
mino que transité. Acepto pero no a cual-
quier precio.
—Trabajaste en radio y gráfica, ¿cómo
fue la experiencia en cada medio?
— Puedo decir sin temor a equivocarme
que la radio me enseñó el oficio de perio-
dista. En gráfica mis publicaciones fueron
y son editoriales. Primero en sanjuan8
NINA GALVÁN
MARIA SILVIA MARTÍN
Las mujeres de
la TV sanjuaninas
Todas llevan muchos años
en pantalla y en esta nota,
cuentan cómo viven esa
exposición diaria.
D
esde muy temprano en la mañana,
hasta última hora de la noche, la
presencia de estas mujeres acom-
paña la vida de los sanjuaninos a través de
la tele. Tanto que, para muchos, son figuras
casi familiares.
Todas llevan varios años en TV y desde ahí
han compartido con la audiencia alegrías y
dolores, a veces personales.
Cualquier inadvertido podría pensar que, al
estar en medios diferentes, entre ellas
existe alguna rivalidad. Lejos de eso, algu-
nas son amigas y comparten más allá de su
pasión por la noticia, otros espacios de tra-
bajo y recreación.
Casamientos, divorcios, nacimientos, falleci-
mientos y enfermedades, las pusieron a
veces como centro de la noticia. En ocasio-
nes, de forma dolorosa. Como cuando Mar-
cela Podda, desde el noticiero de Telesol,
debió anunciar la muerte de su compañero
de trabajo Marcelo Yacante; y lo mismo le
sucedió a María Silvia Martín, ya que Mar-
celo era el marido de Carolina Muñoz, perio-
dista de Canal 8.
Y ante otro hecho similar, la muerte del ma-
rido de Adriana Luluaga (Canal 4) María Sil-
via no dudó en dejar momentáneamente el
primer noticiero de la mañana del 8, para
estar con su amiga.
En otro caso, Laura Castro no hubiera que-
rido anunciar su cambio de apellido pública-
mente, pero debió hacerlo porque antes era
conocida con el de casada. Y eso sin duda,
le generó una presión por la que no hubiera
querido pasar. Pero casi todas reconocen
que estas son las reglas del juego y tratan
de vivir su exposición diaria con la mayor
naturalidad posible.
En esta nota, El Nuevo Diario decidió reunir
a ocho conductoras para hablar de mujeres,
de las mujeres de la tele. Con ustedes: Nina
Galván, Adriana Luluaga, Marcela Podda,
María Silvia Martín, Carolina Muñoz, Marisa
Gil, Daniela Pinardi y Laura Castro.