Viernes 13 de octubre de 2017
12
—¿Qué es lo primero, positivo y nega-
tivo, que descubriste al comenzar a tra-
bajar en la TV?
—Comencé a trabajar con mi papá (Jorge
Enrique Pinardi) en el programa “Motores
en marcha”. Ahí no sólo era periodista
sino camarógrafa, uno tenía que ser multi-
función en ese momento. Significó un de-
safío todos los días, para mí era
necesario ser creíble. Hay actividades
que están como asignadas a las mujeres
naturalmente entre comillas y otras a los
varones. El automovilismo era una activi-
dad de varones, de hecho cuando iba a
un autódromo eran muy pocas las muje-
res que se dedicaban al periodismo pero
sabían tanto como los varones. Tuve que
estudiar mecánica para conocer de qué
me hablaban los pilotos, pero me impuse
ese desafío, me gustó y creo que lo logré.
El periodismo deportivo te da mucha ver-
satilidad para luego dedicarte a otra activi-
dad. Aprendí un montón, eso fue lo
positivo.
—De tu experiencia en radio y tele,
¿cómo es cada medio?
—Desde muy chica aprendí a hacer tele-
visión y me gusta. La radio y la posibilidad
de escribir vinieron después. Fueron acti-
vidades que debía aprender haciendo. Me
parece que la TV es mucho más sencilla y
te da otras posibilidades, aunque la radio
también tiene magia…
—¿Sentís que estás más expuesta o
presionada que un conductor para
contar tu vida privada?
—Respecto a la intimidad no me gusta
mucho dar a conocer mi vida privada en
televisión. Tengo un hijo hermoso al que
amo y nombro todo el tiempo, es como
inevitable y estoy orgullosísima de él,
tiene 7 años. Es lo primero en mi vida,
pero trato de mantener bastante al mar-
gen mi vida privada de lo público, salvo
pavadas, cosas que todos conocen. Tam-
poco me parece necesario darlo a cono-
cer porque en la actividad que me dedico
siempre es más importante la noticia o el
que aparece en la noticia, son los verda-
deros protagonistas y no uno. Esta es
una actividad bastante perentoria creo
que uno tiene un tiempo de exposición
pública y que ese tiempo no es para siem-
pre o por lo menos lo vivo de esa forma.
—¿Tenés anécdotas sobre esta exposi-
ción en la TV?
—Una de las cosas más lindas que me ha
brindado trabajar en la tele es que yo era
movilera en las tardes y conocí hace
como 15—16 años a Ismael Serrano. Em-
pecé a conocer su música y me enamoré.
Me tocó entrevistarlo y como es tu ídolo,
tenés que pensar muchísimo qué le pre-
guntarías, había pensado todo, pero me
puse re estúpida cuando le tuve que pre-
guntar. Igual, fue fantástico.
“Trato de mantener al margen mi
vida privada de lo público”
—¿Qué fue lo primero que descu-
briste, bueno y malo, de estar en la
TV?
—Estoy en Canal 8 desde marzo de
1997, hace ya 20 años. La tele me
cautivó desde el primer momento. En-
tendí que podía decir tantas cosas con
la imagen. Lo que más me gusta hasta
el día de hoy es que ninguna jornada
laboral es igual a la otra, aquí no hay
rutina. Lo que podría comentar de ne-
gativo, son los horarios inciertos. El
trabajo no para porque las noticias no
se detienen, ni siquiera los fines de se-
mana, y eso es un punto que no te
permite desconectarte.
—¿Alguna vez te has sentido más
expuesta que un conductor?
—No he sentido en lo particular dife-
rencias con los conductores. Si es
cierto que, por una cuestión de idiosin-
crasia o cultura argentina, la produc-
ción de la mujer es exigente, por tanto
estar todo el tiempo con buen aspecto
es una tarea diaria no menor. De igual
manera, no guardo glamour cuando
voy a comprar verdura o al mercado
cerca de casa donde tengo amigos y
vecinos de toda la vida. Me manejo
como una ciudadana normal, es decir
a veces no estoy maquillada, o con
ropa de casa o deportiva. No me
preocupa que nadie me vea como
soy, una persona normal
—Desde Nina a hoy, ¿cambió la tele
en relación al tratamiento de los
temas femeninos?
—Reconozco en ella a una señora,
maestra en TV. Desde su aparición en
la pantalla, las mujeres empezamos a
tener más espacios. Hasta ese enton-
ces solo era reservado para hombres
(que se entendía, eran los únicos ca-
paces de hacer un análisis de los
temas con seriedad). Nina nos abrió
las puertas a las mujeres en la TV
para introducir temas femeninos y opi-
nión de temas de actualidad.
—¿Alguna vez te sentiste presio-
nada por la opinión pública a con-
tar temas de tu intimidad?
—No me ha pasado, que yo recuerde,
contar algo personal presionada. No
soy de contar muchas cosas de mi
vida porque guardo ese disfrute para
mi corazón. Son muy pocas las cosas
que exteriorizo pero por una cuestión
personal. Disfruto lo que me pasa, no
siento la necesidad de publicarlo para
que la gente se entere y recibir co-
mentarios.
“Nina nos abrió las puertas
a las mujeres en la TV”
“En algunas oportunidades deseé pasar desapercibida”
—¿Qué es lo mejor y peor de la TV?
—Comencé en el año 1991 en Ushuaia
a trabajar en radio y luego en Canal 2.
Tenía 19 años. Luego me convocaron
desde el canal estatal 11 para hacer la
conducción del noticiero. De positivo,
poder ser el nexo entre el oyente o tele-
vidente y alguna institución. Lo nega-
tivo, no poder solucionar el problema.
Mucha gente se acerca pensando que
podés darle la solución, porque traba-
jas en TV. Lamentablemente no es así
y hay situaciones que te desbordan.
—¿Te sentís más expuesta que un
conductor, por ejemplo?
—Sin duda estamos más expuestas.
Una a veces quiere pasar desaperci-
bida pero es imposible. Entrás a un su-
permercado y giran para mirarte. Es
gratificante recibir ese cariño, ese reco-
nocimiento en la gente. Son situaciones
especiales que vivimos aquellos que
estamos expuestos.
—¿Deseaste pasar desapercibida?
—En algunas oportunidades deseé pasar
desapercibida, por el estado de ánimo,
una situación triste, una pérdida familiar,
una quiere resguardarse. Lo he deseado.
—¿Qué cambió en la TV en relación a
los temas femeninos?
— Creo que se debe avanzar un poco
más. Ha avanzado la mujer y si bien en
muchos aspectos se ha posicionado, se
debe seguir incursionando un poco
más en temas muy delicados como el
femicidio.
—¿Te sentiste presionada a contar
tu vida privada en la TV?
—Si.Uno a veces no quiere contar su
vida íntima, ser reservada. En mi caso
es así y he sentido cierta presión
cuando no he querido contar. Bueno,
de alguna manera me debía al público
y tuve que hacerlo. Sí, he sentido pre-
sión pero sin importancia.
—¿Recordás alguna anécdota por
tu exposición?
—Sí, una anécdota que me causó
pudor y un poco de vergüenza. En una
reunión de padres, de repente veo a
chicos que estaban colocándose en
fila y me dice una seño: “la están es-
perando porque quieren que le firme
un autógrafo”. Fue raro y extraño, pero
muy lindo a la vez.
DANIELA PINARDI
LAURA CASTRO
MARISA GIL
Las mujeres de la TV...
Viene de página anterior