sido la más castigada. Caucete es un depar-
tamento puramente vitivinícola, lo demás es
muy pequeño en cuanto a fuentes laborales.
Después del terremoto la gran cantidad de
trabajo que hay es estatal, la única aspira-
ción posible a tener la seguridad de un in-
greso. El tema es que eso no puede
mantener una sociedad a falta de todo lo
demás. Nos queda mucho por caminar y
siempre pongo esta comparación: vos le pre-
guntas a un jachallero de Jáchal y te hablan
del Molino Viejo, de Buenaventura Luna; vos
le hablas a un caucetero y te habla del terre-
moto. Entonces, como sacerdote, lo resumo
en que nos faltó hacer el duelo, elaborar una
perdida, para volver a retomar el camino. La
idea de la vigilia es para mirar pero no la
crueldad del terremoto, sino mirarnos refleja-
dos en lo que eso nos ha dejado.
—¿Cómo vive esto la juventud?
— Creo que es la que sufre las conse-
cuencias. Cuando hay un hecho tan do-
loroso, cuando se destruye la fuente
de trabajo, la casa y te quedó todo
ahí adelante, te paraliza, no te per-
mite dar pasos. Creció toda una
generación desde esa parálisis,
desde no hacer nada, desde no
comprometerse en nada, no
soñar. Lo he repetido mu-
chas veces e insisto un
montón: el joven cau-
cetero, la familia
joven, la genera-
ción después de
terremoto no
sabe soñar, no
tiene perspec-
tiva de futuro,
no tiene ideales.
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“
”
Muchos de los valores
y los desvalores que
hoy vive la
sociedad de Caucete,
están enraizados en el
mismo terremoto
Viernes 17 de noviembre de 2017
produjo una gran pobreza posterior al terre-
moto debido a que no solo estaban rotos
las bodegas y los lugares de trabajo, sino
que tampoco había quién lo llevase ade-
lante. Cualquier persona que pase por Cau-
cete desde Marayes y La Planta para acá,
va a encontrar ruinas hasta el puente.
—¿Fue una decisión dejarlas así?
—Es un abandono que hubo de todo lo que
quedó ahí. Hay pueblos enteros que se han
reconstruido sobre la misma ruina. Hay una
medianera en una escuela de Marayesque
tiene un pedacito de construcción de cada
cosa. Está construida de adobe, ladrillo, pie-
dra, premoldeado, un poquito de cada cosa
sobre el mismo cimiento de alguna pared
que alguna vez existió y se cayó. Las ruinas
también marcan un modo de ser. Cuesta re-
ponerse a la misma vida social y comunita-
ria partiendo desde la ruina, por eso
haciendo memoria y trayéndolo a la con-
ciencia podemos pensar en un camino
hacia un futuro mejor para Caucete.
—¿Cómo está el nivel de infraestruc-
tura?
—Hay un informe hasta el año 2016, un in-
forme de los 40 años de vitivinicultura del
74 al 2014 donde justamente se ve que
para el terremoto había 59 bodegas produ-
ciendo y envasando vinos en Caucete y hoy
son 9 los emprendimientos vitícolas que
producen y envasan vino. Hubo una inver-
sión pero esa inversión no repercute en la
sociedad caucetera.
—O se la llevan algunos sectores especí-
ficos...
— Las pequeñas partes de grandes empre-
sas, si bien dejan algo en mano de obra y
demás, pero no es lo justo para la misma
tierra que está produciendo el vino. No hay
industria en Caucete. En cuanto a vivien-
das, hay villas que se armaron hace 40
años atrás o al lado de canales, de alam-
brados de fincas y que hoy siguen exis-
tiendo. Actualmente tenés más de seis mil
ranchos, seguro. En los tres años que llevo
en Caucete, se han inaugurado 60 vivien-
das y creo que en la última década un nú-
mero que no supera las 100.
—¿Por qué cree que sucede esto,
cuando otros departamentos si tienen
mayor inversión?
— Caucete solo Caucete no va a salir ade-
lante. Necesita, como todos los departa-
mentos, una ayuda. Notás diferentes
caminos desde lo político. El primer paso
después del terremoto fue construir barrios
dentro del mismo Caucete, dentro de la
misma ciudad y se despobló el campo, de-
sapareció la gente trabajadora que vivía
cerca de las fincas. Treinta años después
empezaron a construir módulos habitacio-
nales diseminados en el campo, otra polí-
tica totalmente distinta, pero la gente que
llega a habitar ahí vivió otra realidad. No
hay un sistema ni modificación urbana ni
sobre todo planificación pensada desde la
producción, desde el trabajo.
—¿Por qué?
—Sabemos que la industria vitivinícola ha
PADRE RICARDO DOÑA
E
l próximo 23 de noviembre se cum-
plen 40 años del terremoto que
azotó Caucete y en conmemoración
a esa fecha, en el departamento serán reali-
zadas una serie de actividades. Entre las
conmemoraciones, la Iglesia de Cristo Rey,
a cargo del padre Ricardo Doña, organizó
la novena en honor al patrono del departa-
mento que incluye una vigilia previa al día
en que ocurrió la tragedia.
En una entrevista realizada en el programa
La Ventana, conducido por Juan Carlos Ba-
taller y Juanca Bataller Plana, el padre Doña
contó también cuál es la realidad del depar-
tamento del este a 4 décadas del terremoto.
—Se cumplen 40 años del terremoto de
Caucete y habrá actividades para recor-
darlo...
.
—Sí, entre el 17 y el 25 organizamos la no-
vena al patrono de Caucete, Cristo Rey, y el
jueves 23 vamos a recordar los 40 años del
terremoto. La actividad que se ha preparado
es previa, ya que el terremoto fue en la ma-
drugada del 23. Vamos a hacer en la noche
del 22, una vigilia con los jóvenes y con Cau-
cete en general, que va a comenzar a las
cero del 23 de noviembre. Invitamos a todos
a participar, será un momento de silencio,
donde vamos a tratar de convertir en refle-
xión toda la noche previa del terremoto. Fue
la noche donde muchas familias tuvieron por
última vez un techo; fue para muchas familia
también la última noche que estuvieron con
un ser querido que murió en esa madru-
gada, por eso va a ser una noche especial.
—Por ahí se recuerda muchas veces el
terremoto del 44, pero también este fue
muy fuerte para Caucete.
— En Caucete fue muy grande la destruc-
ción material. Queremos hacer memoria
porque creemos que muchos de los valores
y los desvalores que hoy vive la sociedad de
Caucete, están enraizados en el mismo te-
rremoto. Cuando hay una situación como
esta, surgen valores como la solidaridad, el
tender la mano, el tener un corazón muy
grande para ayudar a todos, pero también
surgen muchas miserias desde el dolor,
desde la pérdida, desde el egoísmo. Un
hecho que resalta mucho es la cantidad de
gente que se fue después del terremoto de
Caucete. La mayoría es gente que se fue
porque era un fracaso en su emprendi-
miento, en su trabajo. Esa gente daba tra-
bajo a muchas personas, entonces se
“En Caucete, la generación después
del terremoto no sabe soñar”
A cargo de la parroquia de Cristo Rey, el vicario
Ricardo Doña sostiene que la sociedad caucetera
aún no elaboró el duelo por el terremoto, ocurrido
un 23 de noviembre de 1977. Opina que los jóve-
nes son los que más sufrieron las consecuencias,
porque crecieron sin perspectiva de futuro.
“
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Para el terremoto
había 59 bodegas
produciendo y enva-
sando vinos en Caucete
y hoy son 9 los empren-
dimientos vitícolas