Viernes 13 de abril de 2018
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LA DIERON EN ADOPCIÓN
Una mujer busca a su madre hace 47 años
L
a vida de Ana está dominada por la
incertidumbre. No sabe quién es,
cuándo nació, quiénes son sus pa-
dres biológicos, si realmente su cumplea-
ños es el día que dice el acta de nacimiento
y si tiene la edad que el acta dice.
Aunque logró formar una familia, tener hijos
y encontrar un trabajo, quiere cancelar esa
deuda pendiente de saber quién es.
Por esa razón es que Ana, que según el
acta de nacimiento que obra en su poder
cumplirá 47 años en mayo próximo, encaró
una búsqueda incansable de su identidad,
un derecho que, está segura, le fue ne-
gado. Tiene corazonadas respecto a una
mujer que conoció que podría ser su
madre. En diálogo con El Nuevo Diario
contó que hay algo especial que le indica
que es su madre.
Sueña con que sus muestras de ADN se
comparen con otras que hay en el Banco
de Datos Genéticos.
—¿Cómo es tu historia?
—Desde muy chica sospeché, buscaba pa-
peles y por momentos no sabía qué buscar,
pero nunca encontré nada. Me crié con una
mamá muy buena, una mujer mayor, me
dio todo. Mi primera sospecha es que
nunca me hablaba de mi papá. Con el
tiempo la gente me empezó a decir que
esa mujer no era mi mamá, que buscara
quién era mi madre.
—¿Ella se enteró de esto?
—Ella me decía que si alguien me sugería
que yo era adoptada, que no les creyera.
—¿Le preguntaste a alguien?
—Empecé a preguntar hasta que hablé con
mi madrina y me dijo la verdad, que era
adoptada, que mi mamá biológica me
había entregado en la puerta del autó-
dromo una noche. Que me entregó por la
ventanilla del auto y que nunca más supie-
ron nada de ella.
—¿Cómo la contactaron?
—Eso mismo pregunté yo, alguna charla
hubo antes, pero me dijeron que dejara eso
en el pasado, que no investigara.
—no te quedaste con eso.
—No, fui al Hospital Rawson y conseguí el
nombre y el listado de todas las personas
que habían nacido el día en que supuesta-
mente nací yo también, el 28 de mayo de
1971, según dice en la partida que tengo y
que está adulterada.
—¿De ese listado encontraste algún
nombre?
—Encuentro una señora que vive en Albar-
dón con el mismo nombre mío y podría ser
mi mamá porque me cuenta que le quitaron
una hija. Le comento a mi madrina que
había encontrado a mi mamá, que era una
señora bajita, morocha. Ella me dijo que no
era, que mi mamá tenía cabello rojizo, que
era muy linda y que tenía familiares en
Bahía Blanca. Quedó eso y seguí investi-
gando, aunque nunca más tuve una pista.
—¿Surgió algo más?
—Mi madrina me dijo también que ella era
madrina de treinta y dos chicos que habían
sido dados en adopción, que nunca queda-
ron en la provincia. Pero siempre se impo-
nía el “déjalo ahí”.
—¿Cómo seguiste investigando?
—Siempre publicaba en una página lla-
mada ¿Dónde estás? Y nunca tuve res-
puesta hasta que un día encuentro la
respuesta de una señora llamada Griselda.
Ella decía que cuando era muy joven, solo
tenía 13 años, estaba trabajando con otro
chico sanjuanino y se quedó embarazada
pero ella no lo sabía. La dueña de casa que
era doctora, de un apellido muy reconocido,
no la dejó salir más. Ella advertía que en-
gordaba. Un día se descompone y lo último
que recuerda es que la sacaron en camilla
y cuando despierta y se quiere levantar, es-
taba en una cama de sanatorio y se cae. La
señora que estaba al lado le dice “cuidado,
nena, recién has tenido familia y estás muy
débil”. A lo que ella habría preguntado
cómo que tuve familia y le responden que
había tenido una nena, que vino un matri-
monio, habló con la doctora y se la llevó.
