Viernes 13 de abril de 2018
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LIBROS
En nuestro
tiempo
sin tiempo
L
os años pasaron y hoy Reyna Do-
mínguez y Carlos Romera son dos
poetas reconocidos. Cuarenta años
atrás, SPAE les editó un libro titulado En
nuestro tiempo sin tiempo. Para los milita-
res gobernantes de aquellos años, esa poe-
sía juvenil era subversiva. Y el libro no pudo
llegar al público.
La semana pasada, Reyna, desde San
Juan, y Carlos Romera desde México, pre-
sentaron una nueva edición del libro.
Los tiempos han cambiado y aquello que
fue “subversivo” hoy es una poesía juvenil
de quienes entonces eran la expresión
joven de los llegarían a ser dos reconoci-
dos protagonistas de las letras sanjuaninas.
Esto, entonces, no puede ser una crítica li-
teraria. Es simplemente un motivo de cele-
bración. Y de reproducir los prólogos
escritos por los autores.
Aunque pase el tiempo, la botella llegó al
lector.
JCB
l l l
S
eleccionado por S.P.A.E., para su
publicación por Editorial Crisol de
Buenos Aires, en 1975; censurado
por la dictadura militar en 1976, cuando es-
taba a punto de ser presentado, no permi-
tiéndose su acceso al público lector; hoy,
mensaje de dos jóvenes creadores de la
provincia de San Juan, de la República Ar-
gentina, allá, por aquellos años en que la
inocencia nos hacía supremos decidores.
La fe nos alumbró. Y nos echó a andar en
la poesía que embarca estos poemas.
El Momo Editor cumple su misión de res-
cate, pesca desde la negra oscuridad de
los años 70, estos poemas entregados a
los tiempos. Nosotros, Romera y yo,
anunciamos nuestra entrega llamándole
En nuestro tiempo sin tiempo. El título se
lo puse en un rapto de clarividencia, por
intuición. La mayoría de quienes escriben
y publican, desertan de su primer libro. No
me arrepiento de nada de lo que aquí
digo. Podrán ustedes ver ahora en qué
consiste la “subversión” en la que aparen-
temente incurrieron estos corazones de
poetas.
Ciudad de San Juan, Arg. 2016
Reyna Domínguez
T
anta distancia hay entre México
y Argentina, como entre aquel
1976 y hoy. Entre aquel cora-
zón lleno de palabras alquímicas y
sueños de justicia, y este corazón sigi-
loso, laberíntico. Cierro los ojos, tiendo
un puente, y me abrazo serenamente
a este sueño concretado por Reyna y
el Momo Editor. Habida cuenta de que
mi primer libro (Los Primeros Brotes)
fue agotado en su única edición por
las fuerzas policiales sanjuaninas, y
que con En nuestro tiempo sin tiempo
tampoco se pudo llegar al lector, por la
misma brutalidad imperante: hoy, cua-
renta años después y a miles de kiló-
metros de mi tierra natal, esta edición
suena a poco más que un milagro. No
importa si nuestros estilos literarios
evolucionaron, si aquello tan puro, tan
sin cortapisas, tan espontáneo, ya no
corresponda -o sí- a lenguajes más
elaborados o simplemente diferentes.
Se trata, creo, de cerrar un círculo de
amor literario, del elemental derecho
de quienes enhebramos palabra con
palabra, a compartir nuestras visiones,
nuestros vaticinios, nuestras percep-
ciones sensitivas. Desde México,
aplaudo este milagro y comparto amo-
rosamente este florecer de aquellos
poemas que ni con una pesada losa
de espanto y violencia, pudieron sofre-
nar.
Ciudad de México, 2016
Carlos Romera
este libro, es presente en nuestros días.
Cumple así su destino. Fue echado al mar
(de la vida) como mensaje secreto, ci-
frado, dentro de una ignorada botella.
Este libro merece la escucha, el recibi-
miento de quienes lo alumbren con la re-
sonancia que devuelven las palabras que
lo dicen. Y lo renazcan. Se trata de un
Reyna
Domínguez
en la
presentación
del libro.