la_cena_de_los_jueves2 - page 43

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El Senado se empecinaba en
rechazar los jueces propuestos
JONES
José Flores Perramón, ministro de la Corte.
E
l Poder Judicial de la provincia siem-
pre estuvo cuestionado.
La causa era muy sencilla: la justicia
estaba al servicio de los sectores más podero-
sos.
Cuando Jones llegó al gobierno, habían
renunciado los jueces nombrados en comisión
por Escobar.
El 14 de julio, antes que empezaran a sesionar
las cámaras, nombró en comisión a dos cama-
ristas, José Flores Perramón y Franklin
Varela.
Flores Perramón era doctor en jurisprudencia
y ciencias sociales. Tenía 30 años cuando fue
designado y había ocupado varios cargos en
la justicia.
Varela tenía mayor antigüedad que Flores
Perramón, por lo que se constituyó la Corte
bajo su presidencia. El tercer miembro, el
doctor Pedro Manrique, fue convocado como
conjuez por los dos camaristas comisionados.
A los treinta días exactos venció la comisión.
Ya Jones había enviado a la Legislatura la
lista de miembros de la corte y jueces que
quería designar.
Para la Corte había propuesto a Flores
Perramón, Alberto Echegaray y Enrique
Rojo.
El Senado aprobó la designación de Flores
Perramón pero rechazó las de Echegaray y
Rojo.
Los argumentos del Senado eran que ninguno
de los dos había ejercido la profesión de abo-
gado en la provincia en los dos años anterio-
res.
Jones propuso a otro juez en reemplazo de
Echegaray, Alejandro Zaldarriaga e insistió
con Rojo.
Nuevamente se lo rechazaron.
—No van a dejar pasar a ninguno, hasta
que no proponga un hombre del sector de
ellos—,
comentaba Jones en aquellos días a
Honorio Guiñazú.
—Querido gobernador, sostener esos jueces
constituye un gran peligro social. Todo el
mundo sabe a qué personas se les ha despoja-
do de su fortuna y a qué infelices se les ha
puesto en cárcel por ser honrados.
Guiñazú le pintaba a Jones un panorama
realmente negro.
—La justicia no existe en San Juan. Está en
manos de jueces que sentencian sin control,
que viven en la ruleta y que eran ratificados
en sus procederes por los cortistas. Jueces en
la Justicia del Crimen que amparan a cual-
quier bandido que hace alarde del cuchillo.
Jueces civiles y comerciales que dejan los
expedientes de trámite durmiendo en los
estantes de los juzgados y que arrojan a los
litigantes a la calle si demandan una resolu-
ción. Personas malas asociadas a las aves
“Es imposible trabajar
con gente caprichosa que
considera al gobierno cual
cosa propia, de la que puede
disponer en beneficio de
unos cuantos”.
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