Viernes 16 de noviembre de 2018
el poder de las palabras
Escribe
Aída Elisa González de Ortiz
Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y
Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.
L
as nuevas reglas y recomenda-
ciones incluidas en la edición de
la Ortografía de la lengua espa-
ñola, editada en el 2011 por la Real
Academia Española (RAE), comenza-
ron a regir y a generar, al mismo
tiempo, dudas y polémicas. Aclaramos
que la mayoría de las modificaciones
anunciadas por los medios como cam-
bios impuestos por esa institución,
solo son simples recomendaciones,
mientras que las alteraciones más ra-
dicales “sólo obedecen a la consolida-
ción de reglas” que en la edición
anterior de la Ortografía, publicada en
1999 con 577 páginas menos que la
actual, presentaban alternativas en su
empleo o aparecían como recomenda-
ciones. A pesar de las aclaraciones, en
esa última categoría es donde apare-
cen los cambios más profundos.
Palabras como “guión”, “huí”, “Sión”,
“truhán” o “fié”, deben escribirse obli-
gatoriamente sin tilde, a no ser que
sean empleadas, como en esta co-
lumna, para dar cuenta de la modifica-
ción de la regla. Pero desde la RAE se
insistió en que el uso de las nuevas
formas prescindentes de acentuación
ortográfica ya habían sido aprobadas
años atrás, por lo que tal supresión re-
tes” y “exmaridos”. Tan sólo las expre-
siones compuestas, como alto comisio-
nado o capitán general, podrán utilizar
el prefijo “ex” en forma separada.
La supresión del acento ortográfico en
el adverbio “sólo” y los pronombres
“éste”, “ése” y “aquél” no será obligato-
ria, ya que, tras arduas discusiones
entre académicos, se decidió mantener
el uso de ambas formas. A partir de
ahora se podrá prescindir de la tilde,
incluso en casos de doble interpreta-
ción.
El empleo opcional de las modificacio-
nes también se extiende a una de las
reglas que más polémicas desperta-
ron: el reemplazo de la “b” corta por la
más castiza “uve” para denominar a la
letra “v”, o la desaparición del nombre
“i griega” para designar a la “y”, que la
RAE, fundada en 1713, prefiere llamar
“ye” por resultar su uso “el único reco-
mendado para todo el ámbito hispá-
nico, por ser más simple y distinguirse
directamente, sin más necesidad de
especificadores, del nombre de la
vocal i.
Vivimos el cambio de fue, vio, dio, que
antes se escribían con tilde. Pero la
nueva generación no ha tenido ese
problema. Al principio se nos irá una
tilde, por ejemplo, en guión, será inevi-
table, seguramente para todos los ha-
bitantes de los países
hispanohablantes, pero con el
tiempo...todo se acomoda.
presenta, apenas, la ratificación de una
regla preexistente que no fue debida-
mente acatada tras su presentación.
Se anunció también la muerte de la
tilde en la conjunción disyuntiva “o”
cuando es escrita entre números, lo
que originalmente se recomendaba
para que la letra “o” no fuera confun-
dida con el número “0”. Pero ya no es-
tará bien escribir “4 ó 5”. La única
forma aceptada será “4 o 5”. Además,
ya no existen más los ex presidentes ni
los ex maridos, aunque sólo nominal-
mente, porque luego de las modifica-
ciones publicadas en la Ortografía de
la lengua..., pasaron a ser “expresiden-
“
Vivimos
el cambio de fue,
vio, dio, que antes
se escribían con
tilde. Pero la nueva
generación no ha
tenido ese
problema.
De saberes de la
Real Academia Española
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