muy importante en la vida de una persona.
—Sí, es buena la referencia de los nombres. Gene-
ralmente para mis amigos soy el Toto Muñoz, más
sintético todavía.
—Y lo curioso es que no naciste en San
Juan pero todos te consideran sanjua-
nino.
—Y yo también me considero sanjuanino,
que es lo más mágico. Cuando uno llega
a un lugar es una cuestión de las relacio-
nes de ese lugar con las percepciones
que tiene quien llega. En mi caso, desde
que aterricé en San Juan para venir a es-
tudiar arquitectura, empecé a tener una
adaptación tan profunda que me siento
sanjuanino indudablemente. Mi historia
puntana fue una historia muy rica, muy
linda, muy referencial de mi niñez, pero el
núcleo de mi desarrollo como ser humano
fue en San Juan.
—Ya vamos a llegar a esa etapa. Vamos
a empezar por el comienzo. Primero,
Muñoz Daract, ese Daract es un apellido
tradicional en San Luis.
—Sí, es tradicional y tiene origen vasco
francés, de una época tan lejana como
la Revolución francesa. Es decir, el
apellido en realidad no era Daract, fue
un error de quien los anotó cuando
llegaron a Buenos Aires. El apellido
era Darrac, que todavía existe en
Bellon, en el sur de Francia, una
de las provincias vascas. Tuve la
oportunidad de ir a ese lugar y
rastreando un poco la historia del
apellido, los primeros Darrac apa-
recen como proveedores de caba-
llos en la Revolución francesa. O
sea que de ahí vienen, más o
menos, las últimas raíces de ese
algarrobo.
—Pero para San Luis, Daract es
un apellido importante…
—Estuvo muy ligado a historias
de San Luis y del país. José Da-
ract fue el que llegó a la Argen-
tina y tuvo nueve hijos, uno de
ellos fue Justo Daract (N. de la
R. gobernador provisional de
San Luis). Una de sus herma-
nas era Inocencia Daract,
quien fue la novia de Juan Pas-
cual Pringles, el héroe de San
Luis. Después, José Pastor Da-
ract fue diputado nacional, sena-
dor y realizó una tesis sobre
cómo defender y formar la Ar-
—El arquitecto Muñoz Daract es de esas perso-
nas que perdieron en algún momento su nom-
bre y pasó a ser “Toto”. ¿De dónde salió
ese “Toto”?
—Según cuentan mis padres, mi hermano
mayor lejos de tratarme cariñosamente
me decía tonto y como era muy chiquito
me decía “Toto” (Se ríe). No, esa era
una tomada de pelo que decía mi
padre. Generalmente a los Héctor les
suelen llamar Toto. Realmente me
identifiqué tanto con mi apodo en la
niñez, en mi juventud, en mi adultez y
ahora en la tercera edad, que desplaza
tres nombres que tengo.
—¿Tres nombres?
—El Toto tan sintético desplaza al Héc-
tor, al Domingo y al Antonio, que son mis
nombres. Nombres largos, muy referen-
ciados seguramente a santos y a parte
de mi familia. Mi padre se llamaba Juan
Domingo, o sea, de ahí viene el Do-
mingo. Y Antonio porque mi madre era
devota de San Antonio, a tal punto que
mi hermano también se llama Antonio.
—¿Ah, sí? ¿Son dos Antonio?
—Fuimos dos Antonio en mi familia, mi her-
mano ya falleció. Él era Juan Antonio, como
respuesta de mi madre a una promesa que
hizo porque no podía quedar embarazada.
Entonces cuando nace su primer hijo, mi her-
mano, indudablemente que le pone el nombre
de Antonio. Después yo nací el 13 de junio,
día de San Antonio, ¿cómo no me iba a poner
Antonio? Ella lo tomaba como una bendición.
—Ahora, vos fijate, hay muchos Héctor, Do-
mingo, Antonio y Toto debe haber muchos.
Pero cuando uno dice “el Toto”, sabe que
es “el Toto Muñoz Daract”, y eso es algo
8
CON TU VIDA
Escribe:
Juan Carlos Bataller
HÉCTOR MUÑOZ DARACT
Un puntano que es símbolo
de la arquitectura sanjuanina
l
Nació en San Luis y
su apellido está ligado
a la historia provincial.
“El que yo lo use y
esté anotado así es
una reivindicación
hacia mi madre más
que al apellido
Daract”