Viernes 25 de noviembre de 2016
La relatora especial de la ONU sobre violencia contra la mujer,
Dubravka Simonovic, en Buenos Aires
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Falta capacitar jueces (agrego
yo fiscales, defensores, etc.) y
policías (agrego agentes del Poder
Administrador), esa fue la lapidaria
sentencia de la relatora especial
sobre Violencia contra la Mujer de
la Organización de las Naciones
Unidas, la jurista Dubravka Simo-
novic.
Dijo, en verdad, después de re-
correr y visitar territorios y orga-
nismos, entre otras cosas, “…faltan
más refugios, estadísticas más
completas, más capacitación para
jueces, policías y docentes…”, re-
sumiendo: “…
el sistema argentino
tiene deficiencias considerables
para prevenir la violencia contra
las mujeres
…”.
Redondeando la idea, dijo que
cada provincia hace lo que
quiere, por lo que la protección de
las mujeres es variable según la
provincia.
Todo lo dicho, resumido rigurosa-
mente, en nota de Gisele Sousa
Días para un medio de comunica-
ción escrito nacional.
Semejante diagnóstico
des-
pués de lo que en nuestro país
se habla, se proclama, se dice in-
vertir y se “propagandea” sobre la
materia, nos debe llevar a una con-
clusión unívoca, la que hace rato
postulamos en esta columna,
de-
masiados improvisados, dema-
siados pseudo especialistas
pretenden, y muchas veces lo lo-
gran, hacerse cargo de un tema tan
impactante para la sociedad.
Es difícil de entender la razón
por la que para ser médico es-
pecialista hay que acreditar esa si-
tuación, no bastando estar
interesado en el tema, por qué para
ser cura hay que pasar por el Se-
minario (y no basta ser bueno ni
muy creyente), la razón por la que
para ser gobernante hace falta ob-
tener el favor de la voluntad popu-
lar y,
por el contrario, para
decirse especialista en Violencia
contra la Mujer basta con auto
otorgarse esa categoría o conse-
guir que alguien se la otorgue
por el solo hecho del príncipe.
Sigue siendo difícil de enten-
der, por ejemplo, la razón por
la que por más de 6 años no se
puso en funcionamiento el Órgano
Coordinador Provincial para el Se-
guimiento, Evaluación y Preven-
ción de la Violencia Familiar, con la
utilidad indiscutida de su finalidad.
Sigue siendo difícil de entender
la razón por la que
los que no
saben
–del saber científico y del
saber práctico- creen que pueden
preparar a los operadores del sis-
tema.
Sigue siendo difícil de com-
prender la razón por la que los
que deberían instalar un sistema
en la Justicia que “acune” a las víc-
timas no lo hacen, y a cambio fir-
man convenios que jamás
cumplirán.
Sigue siendo una extraña pa-
radoja que se postule que el
tema es una supuesta preocupa-
ción de todos, con el propósito
que, finalmente, unos pocos se
hagan cargo, mientras los otros
“estorban”.
Sigue siendo, también, una
contradicción que siendo un
tema tan a “flor de piel”, no se co-
rresponda con la inversión en orga-
nismos en el seno del Poder
Judicial que lo contenga.
Sigo pretendiendo que esta co-
lumna sea una tribuna de aná-
lisis y denuncias con la intención
de aportar, en serio, al abordaje de
la Violencia de Género, continuará
siéndolo.
Soy consciente que lo que
digo no es del agrado de
aquellos que se sienten “descrip-
tos” ocasionando algunos enojos;
dos son mis consuelos, el
uno
que
tengo contacto directo con aquellos
que se han preparado y se ocupan
en serio, el
otro
que jamás he en-
tendido, ni el ejercicio de mis fun-
ciones ni la finalidad de esta
columna, como un medio para fun-
dar un club de amigos, ellos están
en otras actividades.
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8
COLUMNISTAS
algo de alguien
Capital del Turismo
H
oy es domingo 13 de no-
viembre y son las 18.30hs.
hace mucho calor. En una
esquina céntrica me encontré un
par de parejas de turistas desorien-
tadas y mirando para todos lados.
Como no pude con mi forma de
ser, me paré y les pregunté si bus-
caban algo. La pareja “menor” era
de unos cincuenta años y la otra
parecía mayor.
Rubios totales, colorados, con ber-
mudas, zapatillas y camisas bien
de turistas. El menor parecía ser el
interlocutor del equipo. Me dijo que
buscaban un lugar donde comer.
Le dije que hoy domingo a esa
hora sería difícil encontrar más que
algún café o bar. Entonces pre-
guntó: ¿los domingos no comen? -
Sí, pero más tarde.- ¿los lunes no
trabajan?- Sí, ¿por qué?- ¿Enton-
ces van dormidos a trabajar?
Si andan en auto hay buenos luga-
res donde, tal vez, puedan comer
algo.- No, estamos a pie y ¿qué es
algo?- Alguna pizza o un sándwich
caliente. - No, no más pizza, ¡no!-
¿Y cuándo comen comida de aquí
o siempre comen pizza? Les dije
que ahora se puede comer cual-
quier cosa sí se sabe dónde ir y
hacerlo en la hora acostumbrada.-
¿acostumbrada por quien, por us-
tedes? No saben que por el mundo
hay turistas que pueden venir a vi-
sitarlos y que lo hacen cuando lo
hacen y no cuando quieren uste-
des...
¿Qué quiere decir siesta? Traté
de explicarle y al ver que venía difí-
cil le pregunté de dónde venían y
me dijo que eran de Suecia y que
allí hacían cinco grados bajo cero.
¿Por qué vinieron aquí que hace
tantísimo calor? y contestó que es-
taban muy contentos porque para
ellos el calor es una bendición y
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política Cri-
minal de los Ministerios Públi-
cos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
que la gente era muy “cariñuda”
salvo los motochorros de Buenos
Aires.
Porque no se me ocurrió otra cosa,
le pregunté si no iban a la Fiesta de
la Tradición en Jáchal. - ¿Quién es
Jáchal?, me contestó. Al pregun-
tarle si me entendía lo de la tradi-
ción, y me dijo que sí, que era algo
así como el respeto al pasado, a lo
anterior, más o menos...- ¿ Uste-
des respetan un solo día ?. Noso-
tros somos respetuosos todo el
año.
Ya sin saber cómo manejar la con-
versación, me despedí, deseándo-
les feliz estadía.
Para mis adentro pensé en qué
pobre imagen se llevarían de este
pueblito, y me di cuenta de lo bien
que hablaba castellano, ¡Ojalá yo
pudiera hablar así de bien cual-
quier idioma, incluso el castellano!
La ONU y la violencia de género
