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Viernes 25 de noviembre de 2016
Lalla Salma, la princesa
que se inventó a sí misma
s
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casa.
Otro punto importante en las costum-
bres es que
hay que quitarse los za-
patos al ingresar a un hogar
.
►
El ingreso a las
mezquitas en
Marruecos
y en el mundo árabe
en general
no está permitido a los
“infieles”
. Es decir, solo los musulma-
nes pueden ingresar a las instalacio-
nes. Sin embargo hay ciertos lugares
que si son de libre acceso, como
la
Mezquita de Hassan II
en Casa-
blanca.
►
Es común ver en las calles a
hombres tomados de la mano
,
esto es señal de amistad ya que al no
estar permitido las demostraciones pú-
blicas de afecto entre un hombre y una
mujer musulmanes, los hombres en-
tonces demuestran amistad mediante
el contacto físico.
►
Cuando se visitan los mercados,
tiendas y otros lugares para com-
prar recuerdos y artesanía, es
común
regatear los precios
. De
hecho a veces es necesario hacerlo
debido a los precios elevados de cier-
tos artículos.
►
En algunos restaurantes del
país el consumo de alcohol
está permitido
y se sirven bebidas al-
cohólicas. Sin embargo no es la regla
general y el visitante debe entender
este aspecto. Los restaurantes no
están obligados a vender alcohol obli-
gatoriamente y es de muy mal gusto
consumirlo en la vía pública o andar
por las calles con unos tragos de más.
El respeto es fundamental para disfru-
tar la estancia en Marruecos.
►
Otra costumbre que ha pasado
de generación en generación es
referida a las
mujeres, quienes
deben llegar vírgenes al matrimo-
nio
y por ello están prohibidas las re-
laciones pre matrimoniales.
►
El matrimonio es una unión
obligatoria para las relaciones
amorosas que quieren escapar del
silencio y los reproches de la socie-
dad, así también la familia es dema-
siado importante para las
marroquíes.
►
Quítese los zapatos al entrar
en una casa
. Normalmente a
las casas se suele entrar sin zapa-
tos, fíjese si al lado se encuentran
los zapatos de los inquilinos. Es
mejor preguntar al dueño de la
casa si prefiere que nos descalce-
mos. Las casas marroquíes sue-
len estar llenas de alfombras y
puede molestar que las pisemos
con nuestros zapatos.
►
No dé dinero a los niños
mendigos
. A pesar de
que está muy de moda entre
los turistas dar caramelos, bo-
lígrafos y dinero a los
niños
esta conducta está
considerada muy perjudi-
cial para ellos
, ya que fo-
menta que los niños falten a
las escuelas y su lugar de-
diquen a mendigar por las
calles.
►
La educación es gra-
tuita en el país y
todos los niños debe-
rían de estar escolariza-
dos, aunque muchos de
ellos al ver que pueden
conseguir dinero y golosinas
de una manera rápida fuera
del colegio, abandonan las
clases para perseguir turis-
tas.
N
ada predisponía a esta «hija
del pueblo» a convertirse en
esposa de un monarca. Y
mucho menos a
protagonizar
toda una revolución,
trascen-
diendo el tradicional ostracismo
al que se veían sometidas las
mujeres de los soberanos ma-
rroquíes para
ejercer de pri-
mera dama, a todos los
efectos.
En mayo de 2002,
el enlace entre Mohamed
VI y Salma Bennani su-
puso un gran cambio en
los modos y usos del majzén, el tradicio-
nal régimen marroquí.
Por vez primera
en la historia del país, el rey presen-
taba oficialmente su mujer a sus súb-
ditos,
aboliendo el harén que aún
cultivaba su padre, Hassan II.
«Mohamed VI quiere dar ejemplo,
pre-
sentándose ante los ojos de su pueblo y
del mundo junto a su mujer como una pa-
reja moderna», estima un veterano perio-
dista retirado de la agencia oficial, la
MAP, que ha seguido de cerca las evolu-
ciones de Palacio. «Las prime-
ras fotografías de Lalla
Salma tomadas en el
palacio real de Agadir
fueron una
bocanada
de aire fresco para las
marroquíes.
Cuando
vimos aparecer a aquella
bellísima chica de apenas
23 años y
larga cabellera
pelirroja,
sonriente y rela-
jada, pensamos que algo
había cambiado. Que la
mujer del rey tuviera una
cara, una identidad, fue una
ruptura», estima Aicha Zakhri,
directora del magazine ‘Illy’.
lll
Esta
Cenicienta
marroquí
nació en Fez en
mayo de 1978 en una familia de
clase media. Hija de un profesor de la Es-
cuela Normal Superior, la joven Salma
Bennani perdió a su madre con apenas
tres años de edad. Su abuela materna,
Hajja Fatema Abdellaoui Maâne, se hizo
cargo de ella y de su hermana, trasladán-
dose a Rabat. Bennani ingresó en la Es-
cuela Nacional Superior de Informática y
Análisis de Sistemas, una institución de
excelencia,
obteniendo en el 2000 el tí-
tulo de ingeniero informático.
«Era una
alumna aplicada, atenta y trabajadora,
la
mejor de su promoción»,
evoca uno de
sus profesores.
lll
«Los inicios de Lalla Salma en la fami-
lia real no fueron fáciles»,
enfatiza el
periodista retirado, conocedor de los en-
tresijos de Dar el Majzén. Según éste,
«Lalla Salma
tuvo que hacerse un
hueco
en un entorno muy cerrado y des-
confiado, donde las únicas figuras públi-
cas femeninas eran las hermanas del rey
y, en menor medida, sus tías, las herma-
nas del difunto Hassan II».
Siempre tuvo claro el orden de priorida-
des: su primera «misión» era dar un here-
dero a Mohamed VI.
«Antes de
cualquier cosa, Lalla Salma se consi-
dera la mujer del rey»,
sostiene una anti-
gua compañera en la Escuela Nacional
Superior de Informática. Tras el naci-
miento de su hijo,
realizó un curso de
etiqueta en Alemania.
Lalla Salma ya
habla perfectamente
francés, inglés y
árabe clásico, idiomas a los que re-
cientemente ha añadido el
español.
Como embajadora de la moder-
nidad, del Marruecos que avanza,
un
equipo de estilistas planifica sus apa-
riciones públicas
para combinar colo-
res, diseños occidentales de Chanel,
Valentino y Christian Lacroix con cafta-
nes marroquíes, peinados,
gestos...
«Todas queremos ser como
ella. Moderna y sofisticada, pero tam-
bién tradicional.
Una madre del siglo
XXI», declara su antigua compañera.
Además de representar al rey, Lalla
Salma
se ha centrado en la lucha con-
tra el cáncer
a través de la Asociación
Lalla Salma, que goza de una sede mo-
derna y bien visible frente al Palacio Real
de Rabat. Lalla Salma asiste a todas las
reuniones, recibe un informe diario de ac-
tividades y vigila directamente su acción.
lll
«En la distancia corta tiene gran capaci-
dad de escucha y empatía.
Utiliza a la
perfección el árabe popular para co-
municarse con las clases más modes-
tas.
¡Es una auténtica princesa del
pueblo!», confiesa una colaboradora de la
lucha contra el cáncer.
Lalla Salma
mantiene los puentes con
su vida precedente.
Es habitual verla
con sus hijos, el príncipe heredero y Lalla
Khadija, nacida en 2007, en la casa que
su abuela conserva en el barrio capitalino
de Hay Laqbibat. Embajadora de Buena
Voluntad de la OMS, la princesa multi-
plica sus salidas al extranjero, contribu-
yendo a romper con los estereotipos
sobre Marruecos. Y, de paso, haciendo
más accesible al rey,
que ha hecho de
su esposa su embajadora.
lll
Sin dejar a un lado el tradicional caftán
y
looks
occidentales, Salma ha sabido fu-
sionar la moda actual con la típica vesti-
menta de su pueblo, ella no oculta su
frondosa cabellera pelirroja ni con velos ni
moños. De hecho, para las clases altas,
la princesa es una referencia de estilo, ya
que cuenta con un equipo de estilistas
profesionales que preparan con mucha
cautela cada una de sus apariciones pú-
blicas
.
lll
Mucho ha cambiado la monarquía alauí
con la llegada de la princesa Lalla Salma.
Su antecesora, la
princesa Lalla Latifa,
madre de Mohamed VI, nunca tuvo papel
institucional,
ni siquiera se dio a cono-
cer su rostro.
Cuando su hijo accedió al
trono tras morir Hassan II, Lalla
Latifa
optó por el destierro voluntario y
desapareció de Marruecos.
La madre
del rey se instaló en una
lujosa mansión
de mármol blanco
ubicada en el exclu-
sivo Neuilly-sur-Seine, en el
distrito pari-
sino de Hauts-De-Seine,
donde su hijo
la visita con frecuencia. Latifa, que ahora
roza los 70 años,
se marchó con el que
fue jefe de guardaespaldas de Hassan
II,
Mohamed Madyurí, al que confió la
gestión de sus negocios y con el que,
según algunas fuentes,
podría haberse
casado.
Un país...
MARRUECOS
vidriera
Salma y la Reina Leticia, de España, durante una visita a un hospital
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