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Eduardo Peñafort
*
*Filósofo, Crítico de Arte
.
E
ntre los primeros proyectos
que impulsó el Ministerio de
Turismo y Cultura se encuen-
tra la pintura mural en el espacio pú-
blico – los puentes ubicados en
Avda. España/Circunvalación y
Abraham Tapia sur /Acceso Sur -.
Para su concreción se firmó un con-
venio entre esa dependencia y la
UNSJ.
La actividad registra antecedentes en
San Juan. La Provincia cuenta con
algunos notables murales en espa-
cios cerrados, entre otros los realiza-
dos en la casa central del Banco de
San Juan, Teatro Sarmiento, Agencia
Regional de la Policía Federal, el
Palomar. En espacios abiertos se
ubicaron pinturas en los puentes
hace cerca de veinte años. Una expe-
riencia singular fue la realizada en la
Villa del Carril hace trece años
donde los vecinos, dirigidos por
María Juana Torrallardona, dejaron
su impronta en el edificio escolar de
la zona. Como se encuentran en buen
estado de conservación y no han su-
frido vandalismo, demuestran que los
murales experimentados como pro-
pios por su entorno terminan por ser
respetados. Al respecto, el ejemplo
más logrado es la conversión de la
Calle Ortega de Rawson en un paseo
de pinturas que constituye su verda-
dero carácter distintivo; si bien no se
puede olvidar la pervivencia del gran
mural pintado en OSSE – que de-
muestra además, la incidencia de la
técnica en la conservación -, así tam-
bién como el ejecutado por alumnos
en Central y Circunvalación.
El convenio incluye como objetivo
una propuesta que se debe especifi-
car: “decorar y embellecer los espa-
cios arquitectónicos”. Conviene tener
presente que se trata de una dimen-
sión del urbanismo. No es lo mismo
un puente en Nordelta que en San
Juan. La belleza que se debe lograr
Escribe
IMÁGENES
ss
debe captar la identidad del lugar y
de la comunidad que lo habita, no es
una idea abstracta, un juego formal
sin ningún contenido o el producto de
una inspiración inconsciente. Desde
ese criterio vimos morir innumera-
bles murales, que se convirtieron en
coberturas como de torta.
Las opiniones vertidas por los co-
mentaristas de noticias expresan que
este punto debe ser aclarado. Al res-
pecto, la idea que los puentes siem-
pre son decorativos – sin significados
– es poco consistente. Para tomar
ejemplos egregios, “El puente de
Rialto” en Venecia (célebre, si lo
hay) es una maravilla de ingeniería
que a su vez permite la instalación de
comercios emblemáticos. El puente
de Waterloo es un homenaje a una de
las máximas victorias de Gran Bre-
taña. La forma del puente Cheng-
yang, en Sanjiang, depende de la
protección del viento y la lluvia. Por
supuesto que están los puentes que
han portado mensajes políticos explí-
citos y por ello no se debe entender
que se pintan lugares para limitar la
expresión de la ciudadanía.
Los bocetos ya fueron seleccionados,
pero convendría tener en cuenta las
posibilidades de un diálogo con el
entorno. Por ejemplo, el mural de
Barracas en homenaje a Quinquela
Martín, terminó por ser una repre-
sentación de los vecinos. Además de
la representación, hay otros modos
de participar – como invitar a los in-
teresados de la zona a dejar su im-
pronta o directamente enseñarles los
rudimentos de pintura -.
Por otra parte, resulta fundamental
para su pervivencia que la pintura
mural a cielo abierto tenga un procedi-
miento de conservación. De ese cui-
dado, depende el éxito de la empresa.
La belleza y la pervivencia de los murales
Viernes 5 de febrero de 2016
En Rawson, la calle Ortega se transformó en un circuito de murales.
La Biblioteca M. Moreno, es un ejemplo.