El Nuevo Diario - page 8

Con tremendo resultado del hecho, una
sensación de impunidad sobrevuela en la
gente. A treinta días del caso no hay dete-
nidos, no hay pistas ciertas, hay dos
muertos y el prejuzgamiento que la Justi-
cia y la Policía que no saben qué hacer.
Qué dijo la Policía
T
ras la muerte de Sillero, el jefe de
Policía, Luis Martínez, señaló que
“seguimos varias líneas investigati-
vas, sin descartar nada y estamos confia-
dos en que vamos a resolver el caso. Por
supuesto que hubiéramos querido que Si-
llero se recuperara pero lamentablemente
no fue así”.
“Reunimos todos los elementos posibles
para la investigación que tuvo escasos in-
dicios en escena y pocos testimonios, en
sus inicios”, destacó.
Un dato, saña y
premeditación
A
esta altura de los hechos, con un
matrimonio fallecido, no hay
dudas que los delincuentes no
solo tenían el dato de una suma impor-
tante de dinero en la casa, sino que iban
dispuestos a todo. Premeditación, porque
sabían que a esa casa entraba gente que
no siempre era conocida y que ante el pe-
dido de que necesitaban atenderse ur-
gente, Sillero accedía.
Saña, porque no dudaron en golpear de
manera salvaje a ambos, pero en cierta
forma planificada, primero a él y después
a ella, para quebrar a Sillero y lograr la
confesión de donde estaba el dinero.
Como no fue posible, aplicaron el último
recurso que era golpearlo hasta que no
diera más. Igual no les resultó.
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Viernes 23 de junio de 2017
Heredia Zaldo. El tema del dinero, esta-
blecer quiénes del círculo íntimo mane-
jaban el dato y por qué los atacantes no
obtuvieron el botín, se han transformado
en los ejes de la investigación.
El silencio que
costó dos vidas
E
n el marco de las hipótesis de los
investigadores, probablemente se
plantearon el siguiente escenario.
Los atacantes llegaron y se hicieron
pasar por personas que necesitaban ser
atendidos por Sillero. Una vez adentro,
sacaron las armas y fueron directo al
grano, saber dónde estaba la plata, que
a decir del propio jefe de Policía, era
una cifra importante pero que no pre-
cisó.
El dato era negado por Sillero, entonces
aplicaron la estrategia de golpearlo para
“que aflojara” y hablara. Sillero siguió
firme en su postura de negar el dato.
Entonces los atacantes aplicaron la se-
gunda estrategia, amenazarlo con gol-
pear a Florencia Bustos, la esposa de
Sillero. El quiropráctico continuó firme en
su postura y ahí llegó la parte más terri-
ble de la noche: aplicaron un terrible
golpe en el cráneo a la mujer que se en-
contraba dormida, lo que le hizo perder
el conocimiento.
Sillero seguía en la postura de no hablar
y allí llegó el descontrol de los delin-
cuentes: golpearon a Sillero de tal forma
que lo fracturaron y al ver cómo san-
graba y que de igual modo no hablaba,
aún con su esposa también sangrado y
desmayada en la cama, decidieron
abandonar la vivienda sin el botín.
Víctor Sillero y Florencia
Bustos fueron atacados el 23
de mayo. A tres semanas del
hecho murió el quiropráctico.
Cinco días después, ella. Solo
se sabe que en la casa había
una cantidad importante de
dinero. No hay detenidos ni
sospechosos. Un hecho que
preocupa al gobierno en el
inicio de una campaña
electoral.
E
l brutal ataque perpetrado contra
un matrimonio octogenario, que
con el correr de los días se cobró
la vida de ambos, despierta signos de in-
terrogación por varios factores. Entre
estos interrogantes aparecen por qué la
saña, qué buscaban, qué datos maneja-
ban, quién les facilitó esos datos y lo que
más preocupa, qué sabe la Policía.
El ataque se produjo el pasado 23 de
mayo en el barrio Guillermo Rawson, de-
partamento Rawson. No era una casa
más, el domicilio era muy concurrido por
personas en su mayoría desconocidas.
Es que Víctor Sillero, de 87 años, era un
reconocido compositor de huesos. Era
común ver a deportistas, en su mayoría
futbolistas, que llegaban hasta el lugar a
curar sus problemas óseos o ligamenta-
rios.
Esta continua concurrencia es lo que
llama la atención. A la hora de recabar
datos, nadie vio nada, nadie escuchó
nada, razón por la cual se analizan las
cámaras de seguridad de la zona para
tratar de obtener algún indicio.
Una semana después del hecho, la Poli-
cía detuvo a tres personas sospechadas
de haber cometido el ataque. En ese mo-
mento, hizo dos allanamientos. En uno
de ellos se produjo un arresto y el otro se
procedió a demorar otras dos personas.
Seccional 24, Robos y Hurtos y ahora
Homicidios, son las dependencias poli-
ciales que intervinieron en la investiga-
ción, pero hasta el momento no hay
resultados.
Con la muerte de Florencia Bustos, de 86
años, y esposa de Sillero, volvió a plante-
arse el interrogante en la sociedad refe-
rida a qué hace o qué sabe la Policía. Si
bien tanto el jefe de Policía, comisario
general Luis Martínez; como el secretario
de Seguridad, Gustavo Fariña, no hablan
públicamente del tema, hubo un solo
dato clave que consiguieron a lo largo de
estos días desde que se produjo el
hecho: el presunto móvil del ataque.
Según confirmó el propio jefe de Policía,
en la vivienda del matrimonio encontra-
ron una importante cantidad de dinero,
que evidentemente los atacantes no lo-
graron localizar pero que tenían el dato
concreto de que esa cifra estaba en la
casa.
La causa es una obsesión del juez del
Cuarto Juzgado de Instrucción, Martín
LA MUERTE DEL MATRIMONIO SILLERO
Dos crímenes que instalan
una sensación de impunidad
El matrimonio de
Víctor y Florencia.
Alguien manejaba un
dato clave: tenían
desde marzo una
suma importante de
dinero en la casa.
Los ladrones no
obtuvieron la
confesión del
lugar a donde estaba
guardado. La policía
lo encontró después.
Abajo, el frente de la
viviendfa ubicada en
el barrio Guillermo
Rawson. Nadie vio
nada y complica la
investigación.
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