El Nuevo Diario - page 9

ese dinero, pero la entidad crediticia no
puede aportar las cámaras de seguridad
para que los pesquisas descubran si al-
guien lo acompañó o se generó algún mo-
vimiento sospechoso dentro de la sede,
porque se borraron las imágenes.
Hace una semana exactamente, fuentes
de la investigación confirmaron que en
uno de los allanamientos realizados se
encontró una prenda con manchas de
sangre en una vivienda y que inmediata-
mente fue enviada a Mendoza para deter-
minar si el ADN pertenece a alguna de las
víctimas.
Aunque la identidad del dueño de la casa
allanada se mantiene en reserva, es posi-
ble que la próxima semana el juez Martín
Heredia Zaldo, quien está a cargo de la
causa, tenga acceso a los resultados.
Además, en breve llegaría a la provincia
un dispositivo que permita rastrear las lla-
madas que se realizaron en la zona de
Rawson donde ocurrió el hecho o desde
teléfonos cercanos a la familia, de ma-
nera más rápida que en la actualidad
cuando la tarea es realizada de manera
manual y en una extensión de 15 cuadras
a la redonda.
Sin culpables, no hay causa y tampoco
justicia. La justicia que merecen Víctor y
Florencia y la que piden sus hijos Juan
Carlos, Betty, Gladys, Nancy, Sonia y
Gonzalo, a quienes les hubiera gustado
poder despedirse, abrazarlos y decirles
cuánto los querían antes de morir.
Nadie sabe quién dio aviso a la Policía o
pidió ayuda para Víctor y Florencia fueran
socorridos, tanto que los hijos del matri-
monio están solicitando a través de los
medios que por favor se presenten a de-
clarar.
Algunas hipótesis sostienen que alguien
del círculo cercano fue el entregador;
otros aseguran que Sillero había comen-
tado en un taller mecánico que había
vendido una propiedad y que tendría
cerca de dos millones de pesos guarda-
dos en su casa.
Se sabe que en marzo, el hombre fue
personalmente al Banco Nación a extraer
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Viernes 30 de junio de 2017
investigadores pensaron que los asaltan-
tes de Luis Eduardo Pérez o de Joaquín
Mulet podrían también estar involucrados.
Sin embargo, un viejo policía sostiene
que el modus operandi del hecho contra
los Sillero deja entrever que era gente im-
provisada.
Sillero era un hombre querido y respe-
tado, por su oficio era muy consultado por
figuras del deporte y seguía trabajando
más allá de los años. Las informaciones
sobre lo que ocurrió ese día son confu-
sas: alguien dice que una persona estaba
esperando su turno para ser atendido
cuando vio salir corriendo a un sujeto de
la casa.
El hecho ocurrió el 23 de
mayo; el 15 de junio falleció
el hombre y a los 5 días su
esposa.
V
íctor Sillero (87) y Florencia Bustos
(86) llevaban toda una vida juntos y a
pesar de que ella estaba un poco de-
licada de salud, Víctor seguía trabajando
como quiropráctico en su casa, donde es-
taba el consultorio. Ambos aún tenían sue-
ños y se animaban a jugar desinhibidos bajo
la lente de Gonzalo, el más chico de sus
hijos y un reconocido fotógrafo en Capital
Federal.
En marzo pasado habían vendido una pro-
piedad y la intención era ayudar a una de
sus hijas con el dinero obtenido.
Sin embargo, todos sus proyectos quedaron
truncos.
El 23 de mayo pasado, desconocidos no
sólo les arrebataron los sueños a Víctor y
Florencia, sino que terminaron arrebatándo-
les también la vida, dejando a Juan Carlos,
Betty, Gladys, Nancy, Sonia y Gonzalo huér-
fanos de padre y madre con pocos días de
diferencia. Y con una pregunta punzando
fuerte en su corazón. Una pregunta que qui-
zás nunca tendrá respuesta:
¿Por qué?
Ese 23 de mayo, Víctor y Florencia fueron
golpeados salvajemente, tanto que nunca
pudieron recuperar la conciencia luego del
ataque. Presuntamente los desconocidos
buscaban el dinero y querían que confesa-
ran dónde lo tenían guardado.
El pasado 15 de junio murió Víctor y su com-
pañera lo siguió sólo 5 días después.
El dinero quedó sobre una mesa, donde al
parecer estuvo siempre a la mano...
Imaginar el horror que vivieron hiela la san-
gre: Los golpearon hasta dejarlos desfigura-
dos... Cuesta creer que alguien pudiera
armar un plan tan macabro: primero le ha-
brían pegado a él y viendo que no confe-
saba, se dirigieron hasta el dormitorio donde
Florencia reposaba y la agredieron brutal-
mente, en un intento de que el hombre,
viendo sufrir a su esposa, hablara.
¿Por qué tanta saña? Eran mayores, y aun-
que lo preferible hubiera sido que el su-
puesto asalto no ocurriera, podrían haberlos
reducido y revisar toda la casa hasta dar con
el botín. Sin embargo, quienes hayan come-
tido el hecho, iban dispuestos a todo. Y Víc-
tor no estaba dispuesto a revelarles el
secreto.
Quien tenga familiares de la edad del hom-
bre, puede entender perfectamente que se
negara a decir dónde tenía la plata, por mu-
chas razones: porque eso representaba el
fruto de muchos años de trabajo; porque es-
taba destinada a una de sus hijas; por ter-
quedad o porque jamás logró darse cuenta
de que su vida corría peligro. Era un hombre
mayor, sí, pero también con mucha vitalidad.
Sin avances
A
más de un mes del hecho, la Poli-
cía no encuentra aún un solo indi-
cio certero. Al comienzo de la
causa detuvieron a cuatro personas y los
A MÁS DE UN MES DEL HECHO, LA POLICÍA NO TIENE PISTAS
El matrimonio Sillero: Un doble
asesinato que sigue impune
De
izquierda a
derecha,
Gonzalo,
Florencia,
Víctor y
tres de sus
cuatro
hijas.
En 2015, Víctor y Florencia
retratados por su hijo
Gonzalo, un reconocido
fotógrafo radicado en
Capital Federal. En su
cuenta de Facebook,
Gonzalo muestra esta foto
con el mensaje “Los amo”.
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