El Nuevo Diario - page 10

Viernes 30 de junio de 2017
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¡Basta de hablar
sólo de femicidios!
EL CASO DE ALFREDO TURCUMÁN MUESTRA QUE LA VIOLENCIA
Era una relación enfermiza.
Ella le cuestionaba todo por
celos. Cuando él quiso de-
nunciar lo trataron de mari-
cón. Todo el país habla de un
caso increíble.
L
a muerte de Alfredo Turcumán, de
28 años, a raíz de una puñalada
recibida en el corazón pone sobre
el tapete el tema de la violencia que va
más allá de los numerosos casos de fe-
micidios. Si bien siguen siendo mayorita-
rios los casos en los que una mjer es
agredida, hay muchos casos en donde
hombres, niños y ancianos son víctimas.
Los prejuicios que tiene un hombre para
denunciar y la falta de capacitación de
quien debe contener, en esta caso la co-
misaría, cuando un hombre va a denun-
ciar un hecho de estas características,
hace que termine en tragedia un hecho
que podía ser evitado si Alfredo hubiese
podido radicar la denuncia en la Seccio-
nal Tercera y si no le hubiesen respon-
dido que
“esas cosas se arreglaban en
la casa, como hombre, que no fuera
maricón”.
Verlo con moretones en los ojos, cortes
en distintas partes del cuerpo, chichones
en la cabeza, era parte de su cotidianei-
dad. Escucharlo justificar esas lesiones,
también. Que una mala fuerza en el tra-
bajo, que se golpeó solo, siempre había
un motivo, aunque no le creían.
En el ámbito de la familia quien sabía de
su calvario era su hermana Luján, la
única mujer entre seis hermanos. Según
relató, Claudia Antonella Moya de 23
años, tenía respeto por Luján. La her-
mana de Alfredo buscaba la manera de
que se separara de esa relación y evitar
lo que finalmente se dio.
Una mente
enferma
C
laudia Moya no solo maltrataba
físicamente a su esposo, también
lo manipulaba. No lo dejaba ver a
su hija, producto de una relación con su
novia de toda la vida. Cuando Alfredo la
veía a la menor, era a escondidas. Clau-
dia también le manifestaba que quién le
iba a creer que ella lo golpeaba, que se
iban a reír de él. El discurso estaba tan
aceitado, que Alfredo terminó creyéndolo
y cuando le aconsejaba su hermana
Luján que denunciara, respondía que era
difícil, que no tenía idea lo que era ir a
denunciar. Parte era verdad y parte pro-
ducto de la manipulación a la que era so-
metido.
Desnudar
la realidad
E
ste caso que tiene como víctima a
Alfredo Turcumán es uno de los
tantos que habitualmente suce-
den en las comisarías cuando una mujer
va a denunciar violencia de género.
Hasta hace algunos años era común que
el uniformado advirtiera a la denunciante
que iban a detener a la pareja, que iba
tener problemas en el trabajo, que no iba
a tener para dar de comer a sus hijos.
Cuando se aprobó la ley de violencia fa-
miliar, se dictó una capacitación a la Po-
licía, pero evidentemente no alcanzó.
Incluso hay quejas hasta de la propia
Comisaría de la Mujer por no recibir de-
nuncias cuando una mujer que sufre
violencia se acerca para pedir ayuda.
Un alerta nacional
E
n el 2014, la presidenta del Cen-
tro de Prevención de la Violencia
(CEPREVI), Liliana González,
llamó a apoyar a los hombres víctimas de
violencia por parte de sus parejas para
que denuncien los casos ante la justicia y
se pueda tener una dimensión real de la
problemática.
“El hombre siente vergüenza, por eso
oculta todo: es más pacífico, no reac-
ciona. Hay hombres que por sus rela-
ciones y sus contactos no pueden dar
a conocer lo que les pasa. Hay que
instar a hacer las denuncias. Son es-
critos, expedientes privados de los
que no se entera nadie. Estas situacio-
nes no los convierte en tontos ni polle-
rudos”,
afirmó González.
Sobre el tema de las denuncias, la presi-
denta de CEPREVI también apuntó a la
Corte Suprema. “Estoy muy cansada de
la feminista recalcitrante que termina per-
judicando a la mujer. Como hay tanta de-
nuncia falsa se tiene que esperar a los
peritajes y cuando hay una víctima verda-
dera ésta corre peligro por el tiempo que
está expuesta. La oficina de violencia de
la Corte toma denuncias indiscriminada-
mente por un tema de estadística. No
dejan estar presentes a los abogados”.
En medio de una ola de sensibilización
por casos de violencia de distinto tipo que
van en aumento, contra niños y ancianos
en especial, ahora se pone en la mesa de
debate el tema de los hombre golpeados,
que contrariamente a lo que se piensa o
cree, dejó hace tiempo de ser un hecho
aislado o casos excepcionales. Es por
esto que el caso sanjuanino tuvo repercu-
siones en los medios de todo el país.
—¿Cómo analiza la violencia de la
mujer contra el hombre?
—La violencia no tiene que ver con el
género sino con la personalidad de
cada uno. Hay personas que son vio-
lentas y otras que no. Normalmente el
violento o la violenta, se une a una
persona de carácter más débil. Al
hombre le cuesta más asumir que es
víctima de violencia y le cuesta más
denunciar y mucho más decirlo. Por
una cuestión de fortaleza física, se su-
pone que el hombre es más fuerte
que una mujer.
—Cuesta imaginar que un hombre
va a ser golpeado por una mujer.
—Totalmente. Alguna vez recibí una
consulta de ese tipo, pero no llegó a
denuncia. Sí me tocó un caso en el
que una mujer, menor, violentaba a su
pareja diciéndole que si no le daba
plata arrojaba a la bebé debajo de un
colectivo, que la tiraba por la ventana.
—¿Está preparada la policía para
tratar el tema violencia?
MÓNICA SEFAIR – DEFENSORA OFICIAL
“La violencia no
es cuestión de
género, es cultural”
Homicidio agravado por el vinculo. Es la figura penal que le imputaron a Claudia Moya. Se castiga con perpetua.
—Cuando se implementó la ley de
violencia hubo que capacitar a la Po-
licía. Creo que está preparada pero
mucho tiene que ver el tema cultural.
Hasta que pasan estas cosas gra-
ves, no se sabe exactamente qué
ocurre cuando una mujer golpea al
hombre. Hay ejemplos claros de que
no es un tema de género, tenemos el
caso del peluquero que fue golpeado
por otro hombre.
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