todo eso es trauma. Ahí se armó un grupo
más sólido, con gente más capacitada, así
surgió la residencia en Terapia Intensiva,
que se hizo escuela de especialidad en San
Juan. Y al año, se creó la Asociación San-
juanina de Terapistas, que nació con objeti-
vos científicos pero también de índole
gremial. San Juan está bien posicionado en
el país.
—Este año cumplís 40 de médico,
¿cuánto cambió en estos años la profe-
sión de intensivista?
—Acabo de dejar la presidencia de la
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“
”
A pesar de que el
trauma sigue siendo
epidemia, la de
terapista es una de
las especialidades
que más avanzó
Viernes 10 de noviembre de 2017
ROLANDO GIMBERNAT, MÉDICO TERAPISTA
Asociación Nacional de Terapistas, hace
dos lunes atrás, que me permitió trabajar y
conocer a mucha gente, por ejemplo. En
estos años y a pesar de que el trauma
sigue siendo epidemia, es una de las es-
pecialidades que más avanzó, en cuanto a
tecnología, no hay duda y ha sido determi-
nante. Pero se ha avanzado mucho en co-
nocimiento de la fisiopatología de las
enfermedades, ha posibilitado que estar
en un respirador no sea casi igual a mo-
rirse. La terapia está llena de aparatos, el
soporte hemodinámico, el soporte cere-
bral... el progreso en esta parte de mi vida
ha sido espeluznante, que te desborda.
—En esto años adquiriste experiencia,
tuviste reconocimientos, ¿Qué objeti-
vos quedan a futuro?
—A veces parece que hice todo pero no,
siempre falta. Ahora viene un movimiento
mundial muy grande, que se ve en todos
los congresos que se llama Proyecto HUCI
y es una forma de humanizar los cuidados
intensivos. Esta movida tiene 8 pilares:
UCI de puertas abiertas; Comunicación;
Bienestar del paciente; Presencia y partici-
pación de los familiares en los UCI, Cuida-
dos al personal; Prevención, manejo y
seguimiento del síndrome de post cuida-
dos intensivos; Infraestructura humaniza y
Cuidados al final de la vida. También un
manejo mucho más desarrollado del dolor
y las situaciones que vive una persona
que está en terapia. Ahora se hace cada
vez más foco en la persona que en la en-
fermedad.
—Hace algunos años, y sin formar
parte de esta nueva corriente aún, in-
corporaste psicólogas en el equipo de
UCI y también a la doctora Ana María
Beltrán, especializada en psiconeuroin-
munoendocrinología, o sea una mirada
más integral que la de un especialista
que sólo ve una partecita de un cuerpo
humano.
—Es verdad. Era una época en que uno
se podía dar el lujo de formar esos equi-
pos. Arrancamos como pioneros, teníamos
dos psicólogas que trabajaban con los en-
fermos, con la familia, con el personal y se
hacían incluso actividades grupales a fin
de lograr una armonía. Hoy, la movida es
fenomenal, que además cuida a los profe-
sionales de esta especialidad, es cuidar al
que cuida.
—¿Cómo está San Juan en cuanto a la
especialidad en el contexto nacional?
—Muy bien. Creo que arrancamos con
una buena base. Hay una buena escuela,
que va más allá de la residencia. Se dio
una continuidad y en eso tiene que ver la
Asociación, que hizo mucho hincapié en el
cuidado de este profesional. Aquí lucha-
mos porque las guardias estuvieran a
cargo de un intensivista, no sin esfuerzo,
porque tienen una mirada sistémica, que
es un médico que ve todo el cuerpo, que
ve que cuando falla el corazón, falla el
riñón, falla todo.
—¿Por qué es una especialidad que
tiene pocos profesionales?
—La guardia no le gusta a nadie, es anti fi-
siológica, con altos niveles de responsabi-
lidad, hay más violencia con los medios de
las terapias porque uno sale a dar malas
noticias. No es una especialidad bien re-
munerada, pero ahora se está buscando
un nuevo formato de trabajo, que sea más
accesible y repartido entre más personas,
para que no sea tan estresante.
Con 40 años de carrera, hace
35 años que el médico Rolando
Gimbernat implementó en el ex
Sanatorio ADOS, la primera
terapia de San Juan. Por eso,
recibió la semana pasada un
reconocimiento.
F
ue en el año 1982 cuando autorida-
des del ex Sanatorio ADOS se pusie-
ron en contacto con un médico joven
y especializado en Terapia Intensiva. Hasta
ese momento y aunque parezca extraño a
esta altura del Siglo XXI, la provincia no
tenía aún desarrolladas sus unidades de
cuidados intensivos, ni el ámbito público ni
privado. El pasado viernes 3 de noviembre
y a 35 años de aquel hecho, el doctor Ro-
lando Gimbernat –el médico que instaló la
primera terapia en ADOS— fue reconocido
durante la cena anual de la Asociación de
Clínicas y Sanatorios de San Juan
(ACLISA).
En San Juan como en el país, la cantidad
de profesionales especializados en Terapia
Intensiva es baja y es una de las más de-
mandadas, frente a esa realidad, Gimbernat
sostiene que “ser intensivista no es fácil por-
que es una especialidad que demanda pre-
paración y vocación”.
En cuanto al posicionamiento de San Juan
en el marco del país, expresa que “es una
de las provincias del interior que probable-
mente mejor esté en especialidad y esto es
por el trabajo que la Asociación de Terapis-
tas de San Juan, que a poco de inaugurar el
Hospital Guillermo Rawson, armó su propia
asociación de terapistas que ha sido muy
activa trabajando todos los derechos labora-
les de los terapistas de San Juan”.
—¿Cómo se gestó esa primera terapia en
el ex Sanatorio ADOS?
—La iniciativa la tuvo la gente de ADOS,
que era un modelo de sanatorio. Cuando se
construyó el tercer cuerpo, se dejó el espa-
cio previsto para la terapia, que hasta ese
momento no existía en San Juan. Todo se
hizo a través del doctor Jorge Romero, com-
pañero de La Plata y médico cirujano. Yo lle-
vaba dos años como médico de la Terapia
del Hospital Fernández –no había residen-
cia en ese momento— además de la resi-
dencia que había realizado en Clínica
Médica. Jorge me dijo y me volví a San
Juan. La terapia estaba en un 50 o 60%
construida y me incorporaron como asesor.
Terminamos la construcción y luego se fue
comprando la aparatología. Con la Guerra
de Malvinas se bloquearon todas las impor-
taciones y fue muy complicado. Ningún san-
juanino tenía seguro que si necesitaba
terapia, habría un lugar donde le pusieran
un respirador o si sufrías un trauma, salvo
una pequeña terapia en el Hospital Marcial
Quiroga.
—Hablando de trauma, también organi-
zaste las primeras jornadas nacionales
de trauma en la provincia...
—Es que a poco de llegar acá nos dimos
cuenta de que era una de las principales
causas de la terapia intensiva, como lo
sigue siendo, lamentablemente. En ese mo-
mento hicimos mucha capacitación, un gran
simulacro, y sigue siendo una problemática
compleja: el que se ahogó en el río, el que
mató a la mujer, el que tuvo un accidente,
“Ser intensivista demanda preparación”
Durante la cena anual de ACLISA, fue reconocida la trayectoria de Rolando
Gimbernat por ser el médico que logró instalar la primera terapia intensiva en
San Juan, ubicada en el ex Sanatorio ADOS.