El Nuevo Diario - page 7

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a incorporación de las adicciones a
la Ley Nacional de Salud Mental fue
realizada en el año 2010. El artículo
4° de esa norma aseguraba tratamiento
para adictos. Sin embargo, la reglamenta-
ción de la ley sembró incertidumbre porque
se sabe que el 2020 será un año clave,
pero es posible que antes de esa fecha se
produzcan modificaciones sustanciales.
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Más de 150 centros psiquiátricos privados y
200 comunidades terapéuticas culminarán,
forzadamente, su tarea en 2020. ¿Quién se
responsabilizará por la contención de las
personas que reciban atención en estos lu-
gares? Nadie. Alrededor de veinte mil porta-
dores de patologías compulsivas graves y
severos trastornos psicóticos irán a parar a
la calle. Más de 400 mil pacientes que hoy
reciben tratamientos de día y/o ambulato-
rios, se verán privados —de repente— de la
asistencia de esas instituciones. Comple-
mentariamente, el alcance del personal mé-
dico, operadores y enfermeros que
terminarán en la calle, representa más de
un 15 por ciento del personal sanitario total.
En San Juan, comunidades terapéuticas
como Proyecto Juan, María del Carmen y
hasta el Programa Lihué, dejarán de tener
vigencia en el 2020. En total hay alrededor
de medio centenar de jóvenes recuperán-
dose.
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El director provincial de Abordaje de las
Adicciones y exdirector general del Pro-
grama Lihué, Raúl Ontiveros, se mostró
preocupado por la decisión ya que la fecha
se acerca y no hay señales de un cambio
en la política de la reglamentación de la Ley
de Salud Mental.
—¿Por qué tu enojo con la ley de Salud
Mental?
—Según la reglamentación de la ley, tienen
que desaparecer las comunidades terapéu-
ticas para el año 2020. Lo vivimos con un
grado de extrañeza porque es como si en
un momento en que sea incendia un bos-
que, le ataran las manos a los bomberos.
La comunidad terapéutica es una modali-
Viernes 1 de junio de 2018
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RAÚL ONTIVEROS HABLA SOBRE LA LEY DE SALUD MENTAL
Cerrarán las 3 comunidades de
recuperación de adictos en San Juan
—¿Es cierto que un chico en trata-
miento hace un mes mejoró sus cali-
ficaciones en la escuela?
—Hasta hace poco era un chico que es-
taba a punto de dejar la escuela por su
adicción, hace un mes y medio está en
tratamiento y se comunicó conmigo la
docente que lo derivó, lo cual es muy
bueno que un docente se comprometa y
vaya más allá de dar la clase. Ahora
este chico tiene notas envidiables. Esto
es producto de una modalidad de abor-
daje, de seguimiento terapéutico.
—¿Este chico y sus calificaciones es
un ejemplo de una buena rehabilita-
ción?
—El trabajo en adicciones es un trabajo
que mucha veces está frecuentado por
las malas noticias, pero cuando tene-
mos las buenas es maravilloso poder
compartirlas, es un trabajo de esperan-
zas siempre. Me había gustado mucho
la historia del chico del Hogar San Be-
nito que es uno de los lugares de trata-
miento ambulatorio.
—¿Las personas con adicciones se
tratan porque quieren hacerlo?
—Muchos vienen a tratarse y otros vie-
nen a refugiarse a la comunidad por di-
versas razones, porque su familia los
expulsó o porque había abusos sexua-
les y cuando el autor de la ley dice que
estos chicos deben volver con sus fami-
lias, parece que quien lo pensó viene de
la familia Ingalls, una familia buena con
mamá y papá excelente y sano y de ir
domingos a misa. Tenemos casos de
abuso sexual intrafamiliar de chicos y
chicas que vienen a refugiarse, a buscar
una mejor calidad de vida.
Un buen ejemplo
dad de abordaje y justamente cuando la fa-
milia no sabe qué hacer, la institución lo
contiene y lo va guiando y no solo terapéuti-
camente, pasa a ser un hijo cuando tienen
padres. Antes existía la curatela, el juez dis-
ponía de un tratamiento y ahora está dentro
de no vulnerar los derechos pero está dislo-
cado desde el lado de las adicciones y
puede ser tratado si acepta. En qué caso un
chico va a querer internarse cuando está en
situación de abstinencia y no puede pensar
racionalmente por su salud.
—¿La ley es buena o mala?
—Fue inspirada con buenas intenciones
pero está dislocada con la realidad, termina
vulnerando derechos que era la principal
inspiración. Es una situación complicada y
para el 2020 tienen que cerrar todas las co-
munidades terapéuticas del país.
—¿A quién se le ocurrió la ley así?
—Tiene sus autores, creo que es inaplica-
ble. Traduciendo al común de la gente,
tiene que cerrar el proyecto María del Car-
men donde hoy se atienden diez chicas y
algunas están con sus bebés. Tiene que ce-
rrar proyecto Juan, donde hoy hay chicos
insertados en el sistema educativo y tendría
que cerrar programa Lihué, tendrían que
cerrar comunidades que atienden el 80 por
ciento de los chicos en todo el país y debe-
rían pasar a la calle, abandonados.
—¿Es decisión de la ley el cierre de las
comunidades?
—La reglamentación de la ley de Salud
Mental vino a ser una buena noticia en mu-
chos aspectos, pero en el ámbito de las adi-
ciones es un desastre, es inaplicable. Uno
de los autores de la ley hoy integra un gabi-
nete terapéutico y deriva casos cuando no
saben qué hacer con él. No puedo imagi-
narme la enorme cantidad de chicos y chi-
cas contenidos y protegidos en lugares de
rehabilitación y abandonados a su suerte.
Esto se transforma en complejidades de ha-
bilitar instituciones. Tarde o temprano de-
berá primar el sentido común porque no me
imagino que en alguna ciudad del país no
se pueda internar a chicos.
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