El Nuevo Diario - page 10

cación, estás 3 semanas aislada y veo
que se les complica un poco.
Pasa lo mismo en la carrera del CONICET
en cualquier área, no es simple, es muy
competitiva y las exigencias son altas, en-
tonces por ahí las mujeres si se las ven
un poco más complicadas, pero bueno yo
no tengo hijos y es un poco más fácil.
—Te tocó ser la primera autora del tra-
bajo que revolucionó el mundo de la
ciencia. ¿Qué te pasó con esa fama?
— Primero me sorprendió, y cuando fui to-
mando conciencia de la repercusión, me
encantó, porque si no te llegó por la noti-
cia de la ciencia, te llegó porque era una
mujer la que lideraba el trabajo. La verdad
es que creo que pegó por muchas aristas,
lo cual me parece genial porque llegar con
ciencia a cualquier rincón de la sociedad
no sólo me enorgullece, también me mo-
tiva. Hoy la ciencia en Argentina no está
viviendo su mejor momento, y así y todo
logramos cosas relevantes, imagínate si
el apoyo fuese más serio, lograríamos
cosas mejores aún, en cualquier área.
Que yo sea primera autora de un trabajo
en una revista de primer nivel internacio-
nal demuestra que cualquiera de nosotros
podemos triunfar en esto, con mucho es-
fuerzo por supuesto!. Crecí profesional-
mente viendo que Martínez (mi director)
es reconocido en el mundo por sus descu-
brimientos y todos lo tenemos a Ricardo
como referente. Pero que yo haya podido
lograr estos resultados, sirve para demos-
trarles a mis estudiantes que si yo pude,
también pueden hacerlo. Trabajemos duro
que se logran cosas buenas.
—Este descubrimiento fue la frutilla del
postre de tu trabajo de investigación.
—Fue una sorpresa. Yo estaba trabajando
en mi plan de posdoctorado. Tuve una
beca doctoral del CONICET y después
una beca posdoctoral, donde me encon-
traba estudiando la evolución del gigan-
tismo. En una de las campañas que
realizamos apareció este dino, como un
regalo de la ciencia. Mi director me dijo fí-
jate cómo lo vinculas con el trabajo que
estás por publicar y resultó ser el primer
gigante en el mundo.
Esta es la coronación de ese proyecto,
que aunque se demoró un poco, haberlo
publicado en una revista de alto impacto
como Nature Ecology & Evolution, nos de-
muestra que valió la pena. Desde el mo-
mento en que el técnico Diego Abelín
encontró el primer resto que estaba en su-
perficie, en Balde de Leyes, supimos que
estábamos frente a algo “grande”.
—¿El tamaño era lo más importante?
—El tamaño es relevante, pero no era lo
más importante. Todos los estudios poste-
riores que le hicimos, revelaban cosas
nuevas. Por ejemplo la histología, que es
el estudio de la estruc-
tura del hueso,
cómo va cre-
ciendo.
Aprendí mu-
chísimo de cosas que no sabía. Este ani-
mal creció en forma cíclica o estacional
(dejando marcas en los huesos al igual
que los anillos de crecimientos en los
troncos de árboles) como todos los del
Triásico, pero en períodos lo hacía en
forma extremadamente acelerada, 3
Viernes 10 de agosto de 2018
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Que yo sea primera autora
de un trabajo en una
revista de primer nivel in-
ternacional demuestra que
cualquiera de nosotros
podemos triunfar en esto.
CECILIA APALDETTI, PALEONTÓLOGA
I
nteresada por la fauna silvestre, Ceci-
lia Apaldetti (36) llegó a San Juan
desde Mendoza para estudiar Biología
y se enamoró de la paleontología cuando,
en 2º año, hizo un voluntariado en el Insti-
tuto y Museo de Ciencias Naturales, de-
pendiente de la Facultad de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ.
Doctorada en Ciencias Geológicas, con
un posdoctorado en Paleontología, e in-
vestigadora del CONICET, Cecilia es la
autora principal de un estudio que en julio
revolucionó al mundo: el hallazgo de los
restos fósiles del dinosaurio gigante más
antiguo conocido hasta hoy.
En realidad, “la dinosauria” porque
cuando hubo que buscarle un nombre, Ri-
cardo Martínez, “el padre de los dinosau-
rios” en San Juan, decidió que
se llamara “
Ingentia prima
(la primera gigante)”.
—¿Qué te atrajo de la pa-
leontología?
— Cursando el 2º año de la carrera, hice
un voluntariado en el Museo y ahí descu-
brí la paleo. Me atrapó para siempre. Ir a
una campaña y encontrar un huesito, por
más chiquito que sea, es un animal que
vivió hace 200 millones de años y auto-
máticamente querés saber de qué se
trata, qué hacía, qué comía, cómo vivía…
Ser parte de eso es súper motivador.
—En general, la paleontología es una
ciencia con mayoría de hombres, ¿no?
— Sí. En el museo somos un grupo de 10
personas que hacemos investigación y
somos 3 mujeres. Hay 2 geólogas y yo
soy la única paleontóloga.
-¿Qué le aporta la mirada femenina?
— No sé si hay una diferencia con el hom-
bre, pero sí veo que muy positivos los gru-
pos multigenéricos, en los que cada uno
suma de lo suyo y hace al grupo más he-
terogéneo. Cada uno tiene un rol y todos
respetamos nuestros roles. Creo que
somos todos importantes, por lo menos
nosotros que estamos creciendo como
grupo, vemos que la diversidad de géne-
ros y profesiones siempre suman al obje-
tivo común del grupo.
—¿Es posible dedicarse a la investiga-
ción y llevar adelante una familia?
— No es fácil. Veo a mis compañeras que
eligieron tener hijos y que llevan una fami-
lia y lo pueden hacer perfectamente, pero
es un poquito más complicado. Nos
vamos al campo 3 semanas, sin comuni-
“Vincular el origen del
gigantismo con una hembra
me parecía probable”
“Ingentia prima”, es la dinosauria gigante más antigua conocida hasta hoy. Fue encontrada
en Balde de Leyes, y muestra el camino evolutivo hacia el gigantismo en el Triásico.
Ingentia prima
es la primera
gigante más antigua conocida
hasta hoy.
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