La cena de los jueves
Lo importante
es el nombre
D
e pronto nos salen parientes en todas partes.
—¿Le cuido el auto, tío?
—¿La atendieron, madre?
—¿Va a llevar mandarinas, abuelo?
—¿Cómo andas, hermano?
—¡Cuidate, viejito!
También surgen subalternos.
—¿Le lustro, jefe?
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