El Nuevo Diario - page 8

Viernes 9 de diciembre de 2016
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Es propicio este tiempo para
que cada uno intente reflexionar
respecto a las características y re-
quisitos que debería reunir una per-
sona que, con seriedad, pretenda
ocupar un cargo en la Corte de Jus-
ticia.
1) Edad:
No me parece que la
edad cronológica revista entidad o
resulte ser un condicionante –claro
está, en tanto no se trate de una si-
tuación como la del Dr. Fayt que
con más de 90 años ocupaba el
cargo-, conozco jóvenes temprana-
mente envejecidos y, también,
gente mayor con espíritu de cam-
bio, moderna, renovadora. Debe
ser alguien que quiera dejar un
Poder Judicial “estructuralmente”
distinto al que reciba.
2) Origen:
Entiendo que debe tener
prestigio indistintamente lo sea
como profesional en la libre profe-
sión, como jurista del Estado o
como miembro del Poder Judicial;
lo necesario es que tenga reconoci-
miento en cualquiera de esos ámbi-
tos.
3) Visión:
Este requisito me parece
el más relevante, el que debe tener
un peso determinante en la elec-
ción, ello pues:
a) Debería tener una visión clara
del Poder Judicial en el contexto
de los demás Poderes del Estado.
b) Es básico tenga una visión inte-
gral del Poder Judicial, es decir
que exceda las paredes de su es-
tudio jurídico, su despacho de
miembro del Poder Judicial o de
funcionario de otros organismos
del Estado.
c) Debería, consecuencia del ante-
rior, ser capaz de hacer un diag-
nóstico de la situación del Poder
Judicial, y por ende, poder proyec-
tar la Administración de Justicia
que la Sociedad reclama.
d) Debería conocer detalladamente
de sistemas procesales, informáti-
cos, etc., y de la situación en los
distintos Poderes Judiciales del
País, como mínimo.
e) Debería tener
ansiedad
por en-
frentar las crisis que todo cambio
trae, además necesitar la “adrena-
lina” del progreso y la superación.
f) Debería tener la necesidad de
sentirse y ser respetado por la so-
ciedad toda.
4) Conducción:
Debe saber dife-
renciar entre mandar y
conducir
,
debe basar la conducción en el
prestigio
, debe conducir al Poder
Judicial con conciencia de su finali-
dad, debe saber –sin duda razona-
ble alguna- que su primer deber es
garantizarle a los miembros del
Poder Judicial un clima propicio de
independencia técnica, de respeto,
de dignidad.
Observación I:
Tengo para mí,
aparece un tanto desmesurada la
expectativa creada por el cambio
de un solo miembro sobre los cinco
que integran la Corte, pedirle a esa
persona que por sí sola produzca
un cambio, una mutación de para-
digmas o movilice al Poder Judi-
cial, es , creo, no solo demasiado
sino, también, injusto.
Observación II:
No he abordado,
ni lo haré, la cuestión de género, lo
hago en respeto a la memoria de
mi madre la que, creo, no hubiese
admitido en silencio que su hijo co-
metiera el desatino de faltarle el
respeto a las mujeres.
s
s
8
COLUMNISTAS
algo de alguien
“...Disfrutarás de la vida”
D
esde chicos nos enseñaron
que hay que ser responsa-
bles en lo que sea que aco-
metamos; que debemos
preocuparnos por nosotros y los
demás; que debemos ser solidarios
y buena gente. Que debemos tra-
tar de hacer bien lo que sea que
estemos haciendo, que la prolijidad
es buena compañía de ruta y que
la higiene ayuda a la buena salud.
Que el bien vestir y estar aliñado,
en sociedad es de gran valor. Tam-
bién se puede incluir los buenos
modales que, junto con las normas
de urbanidad y de relación, nos
servirán toda la vida y, que todo
esté bien actuar nos abrirá puertas,
que de otra forma serían más difíci-
les. Se puede sumar a esto la
buena educación y mejor instruc-
ción, etc., etc... Seguro que se le
pueden agregar muchas otras con-
diciones para que en la vida poda-
mos circular más y mejor y, si se
puede, hacia arriba... Todo lo incul-
cado desde la teta en adelante nos
hace ser responsables, honestos y
trabajadores; y la joda ¿para
cuándo? Pareciera que la única
época en que estamos legalmente
habilitados para tomarnos la vida
más agradablemente es la de ser
niños. Aunque desde entonces nos
van inoculando la idea de que “pri-
mero está el deber y después el
placer”. Nos van cuadriculando
los criterios: cada cosa en SU lugar
y NO en otro; se debe hacer tal
cosa y NO otra. Es decir que sin
darnos cuenta, sin anestesia nos
van capando libertades, gustos,
pensares.
No acepto que entre los manda-
mientos no esté el de “...Disfruta-
rás todo lo que se pueda... en la
vida”...
Alguien dirá que es fácil, que con
solo no hacer nada ya estás en ca-
mino, y no es verdad. Depende
del grado de castración que haya
tenido nuestra educación, será lo
que nos auto permitiremos con
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política Cri-
minal de los Ministerios Públi-
cos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
goce, como disfrute. Nos intoxica-
mos de culpas porque mientras dis-
frutamos algo, dejamos de hacer,
de cumplir con alguna otra cosa uti-
litaria.
Si los años de deformación fueron
muchos, es muy difícil comenzar a
disfrutar cosas distintas a las habi-
tuales, salir del carril que nos im-
puso el tiempo. Y, ya, a esta altura
es un trauma cualquier intento de
forzar un cambio de gustos. Cual-
quier intento pasa a ser una imposi-
ción y eso es lo más lejano a
disfrutar...
Propongo, entonces, una ley para
que nos enseñen desde chiquitos a
disfrutar de todo lo disfrutable que
tiene la vida y, especialmente, a di-
ferenciar el natural y espontáneo
deseo de algo lindo, que casi siem-
pre es simple, de lo que nos incul-
can que debemos TENER para ser
felices. Es una utopía imaginar
que los valores naturales de la vida
se puedan imponer por sobre los
del mercado, pero sería lindo que
lo intentáramos.
Es imprescindible saber disfrutar, y
hay que entender que no es auto-
mático y que cada cual lo debe
hacer con lo que le venga bien no
con lo que el entorno le impone.
Para ser cortista...
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