Viernes 9 de marzo de 2018
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
s
4
COLUMNISTAS
algo de alguien
De actualidad
N
o soy muy asiduo visitante
de los centros de compras,
shopping o patios de com-
pras. Voy a ellos de cuando en
cuando. Eso lo corroboré los otros
días cuando fui a uno que está en
avenida Libertador. Comencé por
ver los locales de la planta baja; vi
que había cambios en varios loca-
les; que lo habían agrandado y que
los niños tenían más lugares para
jugar y entretenerse.
Hay locales de modas, de regalos y
decoración, de comidas, cafeterías
y para deportes. Lo típico en estos
lugares. Seguí hasta donde se
sube a los cines y seguí mirando y
de repente vi que, donde había una
simpática librería, a la que solía ir,
estaban instalando otro rubro. Con
pena me paré a ver de qué se tra-
taba y vi que era un lugar dedicado
a la estética femenina. Una espe-
cie de sucursalita de un sanatorio,
pero dedicado exclusivamente a
embellecer a las damas. Pensa-
tivo regresé y, mientras bajaba por
las escaleras mecánicas, pensaba
que hasta esto está pensado para
pasarla bien, no hacer esfuerzo ni
para llegar a hermosearse.
Adentro del gran patio, el clima es
perfecto; todo es lindo y puesto
para gustar; no hay mendigos ni pi-
quetes; todo brilla y reluce. Desde
el auto hasta los niños están am-
parados por ese micromundo de
comodidad y disfrute. Todo está a
la moda y, lo que desentona, dura
poco. Así le pasó a la librería. Ig-
noro totalmente lo que pudo haber
pasado, pero es fácil suponer que
quienes van a pasarla bien y livia-
nitos, no buscarán libros precisa-
mente. En cambio sí querrán lucir
lo más bellas posible. Es perfec-
tamente entendible. Es el signo de
la hora. Hoy, parece que que es
s
(*) Fiscal General de la Corte de Justicia
Ex Presidente del Consejo de Procuradores, Fis-
cales, Defensores y Asesores Generales de la
República Argentina
Ex Presidente del Consejo Federal de Política
Criminal de los Ministerios Públicos de la Repú-
blica Argentina
Ex Presidente del Foro de Abogados de San Juan
Escribe
Gustavo Ruckschloss
muuuuuucho más importante verse
lo mejor posible por fuera, que ilus-
trarse por dentro. No estoy gene-
ralizando porque siempre hay
quien prefiera la sustancia más
que al envase, por suerte. Ade-
más, es muy válido que quien se
cultive por dentro, también lo haga
por fuera. Son personas normales
y de curso legal, libres, lindas y
alegres. Tienen todo el derecho de
elegir, y eso es lo que hacen. Por
eso, el cambio es lógico. También
es cierto que la mayoría de lo que
los veteranos buscábamos en los
libros, hoy se lo lleva en la mano o
en el bolsillo, en este mundo digi-
tal. El progreso técnico nos atro-
pella cada día más en todos los
órdenes de la vida. Espero que
sea para mejorar lo que ahora lla-
man calidad de vida que, en mi
época, también incluía poder leer
poesía (en un libro), en un jardín
con flores.-
D
esde hace ya demasiado
tiempo ha quedado demos-
trada una gran paradoja
dada por la existencia de una Corte
Suprema de Justicia integrada, en
su mayoría, por prestigiosas y pres-
tigiosos juristas pero que paralela-
mente se han mostrado incapaces
de liderar cambios profundos y re-
ales en la justicia nacional, y ni qué
hablar de liderar en base a sus
prestigios profesionales, a las justi-
cias provinciales.
El discurso de Lorenzetti con mo-
tivo del inicio del año judicial es
clara muestra de ello, pues en con-
creto no propone nada, limitándose
a las meras generalizaciones
cuando no a frases de ocasión con
más intención de ganar un título en
los medios que de cambiar la reali-
dad.
Lorenzetti parece un espectador de
la realidad y no el presidente de la
Corte Suprema; relata o describe
un estado de situación tal como si
hubiere asumido ayer el cargo.
Parece el presidente de la Corte ig-
norar que la Justicia Nacional reco-
noce un considerable atraso
comparada con la mayoría de las
provincias (como se sabe no res-
pecto a San Juan ), parece no
saber el desorden legislativo exis-
tente en materia de narcotráfico y
narcomenudeo , parece no estar
enterado de la deficiente estruc-
tura de la Justicia Federal en el in-
terior del país, San Juan incluido;
parece no tener idea de las vacan-
tes eternas en la Justicia Federal ,
parece no haberse enterado de lo
anacrónico del procedimiento
penal nacional.
Conceptualmente el discurso pa-
rece dirigido a obtener el aplauso
fácil, formar comisiones, levantar
tribunas e invitar a los viajeros a or-
ganizar conferencias, jornadas, ta-
lleres, como alguien dijo la mejor
manera de no hacer nada.
Lorenzetti, como demasiados inte-
grantes de tribunales superiores,
esperan que los otros poderes les
solucionen los problemas pues
ellos parecen convocados a solo
“jugar que son cabezas de poder”.
Lorenzetti: el discurso vacío