El Nuevo Diario - page 6

Viernes 9 de marzo de 2018
imágenes
Comunicación y expresión
S
e denomina “Expresio-
nismo” a un movimiento ar-
tístico iniciado en Alemania,
en los principios del siglo XX. En
las artes visuales, se caracterizó
por proponer la construcción de
imágenes saturadas de emociones
y sentimientos, por ello intensifica-
ban los recursos comunicativos
(formas, colores, etc), hasta llegar
al desequilibrio de la versión co-
rriente de las cosas. El expresio-
nismo entiende que las
deformaciones que imponemos a
nuestra visión del mundo constitu-
yen una verdad.
No hay una manera exclusiva de
ser expresionista, lo que en defini-
tiva determina la actitud es la reac-
ción contra la idea que lo verdadero
es la objetividad que reniega de la
visión personal. Las visiones objeti-
vas cambian a lo largo de las épo-
cas y culturas humanas, por lo
tanto admite la calificación de ex-
presionismo aquellas formas que
rompen con el sentido común de un
determinado momento, y por ello
enriquecen la comprensión del
mundo. Algo así es lo que sostuvo
la provocativa ponencia de Roberto
Fontanarrosa en el Congreso de la
Lengua Española en la que reivin-
dicó las denominadas “malas pala-
bras” como colaboradoras en una
comunicación expresiva del len-
guaje oral/escrito.
Pero en esa oportunidad sostuvo
que: “Un congreso de la lengua es
un ámbito apropiado para plantear
preguntas y eso voy a hacer”. Es-
timo que un artículo sobre “mira-
das” es un espacio apropiado
también para plantear preguntas,
aún sobre las manifestaciones de
Fontanarrosa en el 2004.
El tema se ha vuelto actual por las
escuchas de las conversaciones
tes varones, penitenciaría, espectá-
culos teatrales…). Resulta hipócrita
desde cualquier punto de vista con-
denar determinadas expresiones
que se utilizan naturalmente en la
mesa familiar, pero conviene anali-
zar las diferentes situaciones en
que se utilizan y los fines persegui-
dos.
En el mundo del espectáculo argen-
tino, Nacha Guevara fue una ade-
lantada en la transgresión –
reducida a la situación de café con-
cert -, Lanata lo introdujo en los me-
dios masivos de comunicación, la
Mole Moli logró naturalizar una de
las expresiones más condenadas
de la sociedad y así sucesiva-
mente… Claro está que hoy en el
mundo de Internet, los insultos son
idénticos a los utilizados en la vida
corriente y coincide con las inten-
ciones de hacer cosas con las pa-
labras: injuriar, agredir, destruir,
ofender. Pero como de “hacer
cosas con las palabras” se trata, se
debe incluir el mentir, el acosar, el
seducir.
La rapidez de las comunicaciones
hace posible que todos estos usos
de lenguaje aparezcan como for-
mas espontáneas, surjan en cata-
rata y se difundan con inusitada
velocidad. Este hecho ha cambiado
totalmente el carácter expresivo de
las “malas palabras”.
Ellas se han convertido en caracte-
res totalmente estereotipados de
las emociones (mucho más ricas
que un vocablo). Se trata sin más
de emoticones. La expresión se
empobrece notablemente.
Sin embargo, resulta necesario
puntualizar que no se trata de des-
calificar su efectividad en la vida
social. Crean atmósferas y climas
sociales, pueden generar enfrenta-
mientos y provocar tragedias, des-
pertar sentimientos o anularlos,
cambiar el estado del mundo.
Porque la nueva situación remite a
aspectos más subterráneos. Nadie
podía imaginarse que, como la te-
lefonía celular ha demostrado, era
tan desesperada la necesidad de
estar en permanente comunicación
y exposición en todos los niveles
sociales. El exhibicionismo y voye-
rismo ilimitado de las redes socia-
les nos han puesto en contacto con
un plano de soledad del ser hu-
mano que nunca nadie se había
atrevido a sospechar. Una necesi-
dad de pertenecer a un grupo y
obedecer sus reglas parece el im-
perativo de la época.
En esta situación está planteada un
enaltecimiento o una degradación
de la expresión en el presente y el
futuro.
s
6
COLUMNISTAS
Escribe
Eduardo Peñafort*
*Filósofo. Crítico de arte
privadas entre ciudadanos con
roles políticos y los calificativos ma-
sivos a ciudadanos que cumplen
funciones dentro del sistema demo-
crático. Los diálogos o consignas
producen colisiones entre la expec-
tativa del discurso de las figuras de
la autoridad y la referencia soez a
personas investidas con poder en
sociedades democráticas. Este as-
pecto es indiscernible de las for-
mas de relación entre
comunicación y expresión en la so-
ciedad de “las redes sociales”, la
telefonía celular o, de una manera
más amplia, en Internet.
Lo emergente, desde un cierto
punto de vista, se trata de un since-
ramiento de la comunicación,
puesto que las interdicciones lin-
güísticas han desaparecido en la
charla coloquial y los usos en co-
munidades restringidas (adolescen-
Los emoticones crean atmósferas y climas sociales, pueden generar en-
frentamientos y provocar tragedias, despertar sentimientos o anularlos,
cambiar el estado del mundo.
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