El Nuevo Diario - page 18

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democracia
Años de
de la minería
LA MINERIA EN 30 AÑOS
Las tres etapas
P
ara explicarlo más simple dividiremos estos
30 años en tres periodos de diez años cada
uno, es decir tres décadas 84-93; 94-03 y
04-13.
Durante la primera década, se hablo y se pro-
metió mucho sobre las condiciones que se
debían establecer para captar capitales y tec-
nologías internacionales, a los fines de poner en
valor los recursos minerales metalíferos que guar-
daba nuestra cordillera. Este periodo estuvo ocu-
pado en gran parte por el gobierno de Raul Alfonsín
y en definitiva, muy poco se avanzó al respecto.
Durante la segunda década que abarcó casi
todo el gobierno de Carlos Menen, se legisló
fuertemente sobre esta materia, fundamen-
talmente patrocinado por el Senador José Luis
Gioja, con el fin de lograr los objetivos propuestos
durante la primera década. Entre otras, se aproba-
ron la Ley 24196 de Inversiones Mineras, el Pacto
Federal Minero (ya que las minas son de las Provin-
cias) y la Ley 24585 de Protección del Medio Am-
biente en la Actividad Minera. Gracias a la puesta
en vigencia de esta legislación, comenzó, durante el
año 1997, la producción del primer diseminado de
cobre y oro del país (La Alumbrera en Catamarca,
Cerro Vanguardia en Santa Cruz), la cual disparó el
interés internacional de estas nuevas oportunida-
des de inversión. Hay que tener en cuenta que Ar-
gentina dispone de una vasta zona montañosa que
alberga muchos recursos mineros desconocidos
hasta la fecha, pero, cuyas condiciones geológicas
hacen suponer que nuestro país va camino a con-
vertirse en un importante productor de cobre, oro y
plata. Esto fue lo que incentivó a muchas Empresas
Junior de exploración a tomar riesgos y buscar re-
cursos económicamente explotables, los cuales nos
llevaron a descubrir yacimientos como Veladero,
Gualcamayo; Casposo, Cerro Negro, San José, Los
Azules, Taca Taca, Lama, Los Altares, etc, muchos
de ellos fueron puestos en producción durante la
tercera década.
Esta década, la última, significó la puesta en
producción de muchos de los alumbramien-
tos de la década anterior, como Gualca-
mayo, Cerro Negro, San José, Casposo y otros; lo
cual se tradujo en un fuerte impacto económico y
social para muchas regiones olvidadas de la Argen-
tina profunda. La contratación de mano de obra
local, la compra de insumos y la toma de servicios
en la zona, produjo consecuencias positivas que
contribuyeron a la aceptación, por parte de la po-
blación, de esta nueva actividad. El crecimiento
de las inversiones se proyectó desde el inicio de
la década hasta mediados del año 2011, donde la
situación comenzó a cambiar debido a las reitera-
das violaciones a la Ley de Inversiones Mineras y
el cambio de las variables económicas dictadas
desde el gobierno central; a saber: decreto de re-
tención a las exportaciones, pérdida de competiti-
vidad del dólar, aumento brusco de los costos
internos, limitación o prohibición de la repatriación
de dividendos. Si a esto se le suma la disminu-
ción del valor de los metales el corolario lógico es
la modificación de la decisión de los inversores.
Hay que destacar que se lograron aportes volun-
tarios por parte de las Empresas Mineras, como
obras de infraestructura básicas, líneas de alta
tensión, caminos. En nuestra provincia, además
se implementaron los fideicomisos departamenta-
les y el aporte de la diferencia en el cálculo de re-
galías entre el 3% de boca mina y el 3% de las
ventas (+25%), que seguramente y a corto plazo
lo aplicarán otras provincias mineras.
A
ctualmente, hay una fuerte disminución
en la exploración y por consiguiente tam-
bién en la valuación y construcción de
nuevos proyectos. Creemos que si se modifica la
Ley de Inversiones Mineras, se retomará rápida-
mente el camino del desarrollo minero argentino,
sustentado en sus recursos geológicos, disponibi-
lidad de recursos humanos de excelencia y de
empresas proveedoras de insumos y servicios de
calidad demostrada.
Estoy convencido que en democracia, vamos a
retomar el crecimiento armónico y sustentable de
la Actividad Minería Metalífera en la República Ar-
gentina y fundamentalmente, a través de la acep-
tación Social es que la misma se convertirá en la
fuerza motriz del desarrollo de las regiones olvi-
dadas de nuestro País.
Por
Jaime Bergé*
*
Presidente de
la Cámara Minera
Viernes 3 de enero de 2014
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