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democracia
Añosde
JOSE LUIS
GIOJA
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Estado y su libertad, la mía y la de todos dependía
del humor de quien vestía uniforme. Fue algo muy
triste que no nos merecíamos los argentinos.
—¿Qué fue lo peor del régimen?
—La perversidad, la planificación con la que se hizo:
vinieron para eso. Cambiaron la Constitución por es-
tatutos, se pusieron al frente de organismos públicos
y privados, en lugar del parlamento pusieron la CAL
(Comisión de Asesoramiento Legislativo). Así fue
cómo los argentinos nos transformamos en Uganda.
—Fueron años muy duros.
—Yo le puedo decir que no hay como perder algo
para saber valorarlo. Todo cambió en nuestras vidas.
Todo tuvo otro significado. Imagínese no es lo mismo
ver románticamente la lluvia a través de una ventana
que escuchar esa lluvia desde una celda en la cárcel.
Vivíamos la incertidumbre de pensar que llegaban de
noche, que nos llevaban. Es algo que no se lo deseo
a nadie.
—¿Usted fue torturado?
—Sí.
—¿Sabe quién lo hizo?
—Podría haberlo sabido pero no quise. No es bueno
vivir con odio.
—¿Queda mucho odio después de vivir algo así?
—Yo siempre digo que en la vida no hay que recordar
con odio ni resentimientos pero si hay que hacerlo
con verdad y justicia.
Sólo una vez perdió Gioja una elección. Fue con el
retorno de la democracia, cuando se presentó como
candidato a intendente de Rawson.
En 1987, José Luis Gioja fue electo diputado provin-
cial. Luego fue diputado nacional y senador nacional.
Ocupó la presidencia del Senado de la Nación y du-
rante el gobierno de Eduardo Duhalde, en más de
una oportunidad en viajes de éste tuvo la responsabi-
lidad de ejercer la presidencia del país.
Electo gobernador en 2003, fue reelecto en 2007 con
la mayor cantidad de votos que haya alcanzado un
gobernador en la historia provincial, superando in-
cluso los porcentajes cuatro años más tarde cuando
–reforma de la Constitución mediante— fue electo por
tercera vez.
Concentrador
de poder
A
Gioja siempre se le reconoció –tantos pro-
pios como extraños- su gran capacidad de
trabajo.
Con más de 60 años de edad, su agenda no reco-
noce límites. Podía asistir a un acto en Chile al me-
diodía, inaugurar un centro comunitario en Angaco al
atarder y tener fuerzas aun para estar presente en
una reunión de una junta departamental.
Durante diez años ha sido el referente único de la so-
ciedad. Por sus manos pasó todo lo referente a las
cuestiones del gobierno pero también las designacio-
nes de magistrados, la confección de listas de candi-
datos y hasta cuestiones menores como opinar sobre
los artistas que actuarían en la Fiesta del Sol.
Fue sin duda el gobernador qué más poder con-
centró en sus manos.
Pues además de gobernador
fue durante los últimos diez años el presidente del
Partido Justicialista, el hombre por el que pasaba la
conexión con todos los estamentos del gobierno na-
cional y como si esto fuera poco, en todas las elec-
ciones su apellido estuvo ligado a la campaña.
Cuando no fue él candidato, fue lo mismo el dueño
de los votos
. “César es Gioja”. “Votar a Tomas es
votarlo a Gioja”.
Y ese nombre ganó una elección tras otras y en los
últimos tiempos se impuso en todos los departamen-
tos aun cuando perdiera su candidato a intendente.
Pero igual que estuvo hasta en los temas menores,
Gioja jamás se borró cuando las papas quemaban y
había que asumir responsabilidades.
Y sostuvo a
sus ministros aun en los casos en los que estos
perdieron credibilidad popular.
Fue así como se produjo una simbiosis tal con la
gente que hubo actos que se postergaron durante
meses porque las entidades organizadoras querían
que el mandatario estuviera presente.
Una entrevista por El Nuevo Diario hace algunos
años, lo pinta acabadamente:
—Para muchos, fue una sorpresa que como go-
bernador no sea combativo.
—Hay una anécdota muy personal: en junio de 2003
cuando tenía que decidir entre seguir siendo la ter-
cera autoridad del país –presidente provisional del
Senado, o ser gobernador de mi provincia, tuve la
posibilidad de ir a Roma y ver al Papa. Mi hija me
decía que por supuesto respetaba lo que yo quería
hacer pero que estaba cansada de la pelea de los
políticos y mostrar siempre la hilacha. Ahí le dije que
si era candidato no iba a contestar ofensas, al con-
trario. Hay que reforzar el aparato digestivo y tra-
garse los sapos y no es fácil pero por el bien de
todos hay que intentar hacerlo.
—En lo personal, su vida privada se mezcla bas-
tante con la pública.
—Hay que acostumbrarse. Por ahí quiero tomar un
café y no puedo, es parte de esto. Disfruto de las
cosas buenas y las que no salen da bronca. Pero
hay muchas cosas buenas que nos han servido de
cable a tierra en todas las áreas.
—¿Entre las broncas están las críticas contra la
minería por parte de medios nacionales?
—Me tragué muchas broncas pero seguí con la polí-
tica de no salir a contestar donde sé que no hay ra-
cionalidad. Nadie ha podido demostrar un caso de
contaminación. En todos los países del mundo hay
este tipo de minería. Chile en el 2006 exportó 58 mil
millones de dólares contra 49 mil de Argentina. De
esos 58 mil el 62 por ciento es de origen mineral.
Hay algunos que juegan a la destrucción y ante esto
hay que tener paciencia y pedir a Dios que nos
ayude.
—¿Tiene algún cable a tierra cuando está dema-
siado optimista o pesimista?
—No soy cíclico de estar eufórico o depresivo. Nor-
malmente soy una persona optimista. Obviamente
que tengo un cable a tierra, tengo mi familia, mi casa,
voy a la cancha a ver a San Martín, Sportivo, a Unión
que no he podido ir a ver en estos cuatro años. Ver
voley o ver un partido por televisión me encanta. O ir
a comer un asado por ahí, aunque lo he hecho muy
pocas veces. Jugar al truco también me desenchufa
pero le cuento algo, siempre pierdo porque no sé
mentir.
El hombre en
la intimidad
P
ero… ¿Cómo es Gioja en la intimidad?
Digamos que hay varios Gioja. O un mismo
Gioja que fue modificando sus hábitos con el
José Luis
está casado
con Rosa
Palacio
tiene cuatro
hijos: Gas-
tón, casado
con Lorena
Gilabert,
Flavia, que
abrazó la
vida reli-
giosa, Fran
co y Ca-
milo, que
aun perma-
nece sol-
tero.
La religión:
Gioja es un hombre de gran convicción religiosa. El hecho de que
Flavia, su única hija, sea religiosa, ha acentuado en los últimos años esa vocación.
Viernes 3 de enero de 2014
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