El Nuevo Diario - page 36

Viernes 12 de febrero de 2016
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NOCHE
&
DIA
Viene de tapa.
Lucía y Gerard: Un amor...
“ A los 50 años, nos enamoramos
gran experiencia. En esa época todavía
estaba el Sha de Persia y era muy fuerte
la economía del petróleo. Yo quería cono-
cer todo ese mundo así que decidí usar
el chador, la capa que cubre todo el cuer-
po de la mujer y solo deja libres los ojos,
para poder recorrer los lugares como
local. Así pude empaparme de las cosas
de la vida diaria, como por ejemplo subir
a los taxis compartidos de Teherán en los
que la gente viaja hacinada.
“Vemos a Máxima de jean y
andando en bicicleta”
Aunque Lucía se encuentra completa-
mente instalada y feliz en Holanda,
nunca dejó de valorar y cultivar la cálida
cultura latinoamericana, tan distante de
la seriedad y el orden europeos. Con
esa pasión por sus raíces, fundó la
SOCIAPB, Sociedad Cultural
Iberoamericana de los Países Bajos, en
la que participan mujeres de habla his-
pana y holandesas que manejan el idio-
ma. Actividades artísticas, conferencias,
workshops y celebración de festividades
forman parte de la agenda de esta aso-
ciación, que funciona en La Haya.
—¿Cómo es el pueblo holandés en el
que viven?
—Vivimos en un pueblo muy cercano a
La Haya. Andamos casi siempre en bici-
cleta porque allá es un estilo de vida
que sirve para cuidar el planeta. Vivimos
en el mismo barrio de la reina Máxima y
todos pueden verla yendo al supermer-
cado, de jean y andando en bicicleta. Es
muy popular. Obviamente toda la familia
desapercibidos porque casi nadie los
reconoce. Ellos tienen perfil bajo desde
que Máxima y Guillermo se casaron, por
la vinculación de Zorreguieta con la dicta-
dura. Cuando van a esas fiestas lo hacen
muy camuflados. Eso les permite andar
por la calle normalmente y hasta se los
puede encontrar revolviendo un cajón de
rebajas.
—¿A vos nunca te hicieron notas
como argentina casada con un holan-
dés?
—Por ser una argentina casada con un
holandés, ser amiga de los embajadores
y saber hablar holandés, era el prototipo
de entrevistada que durante mucho tiem-
po buscaba la prensa. Pero nunca conce-
dí una nota porque en ese momento yo
quería contribuir a la aceptación social de
Máxima, pero tampoco quería justificar ni
defender la dictadura en la Argentina.
Fuera de eso la prensa también se inte-
resa en resaltar los puntos en común
va con seguridad. La hija va todos los
días al colegio en bicicleta porque tratan
de tener una vida lo más normal posible.
Antes la gente se quejaba porque los
reyes vivían como en una jaula pero
hubo una evolución de las monarquías
sociales en Europa y se volvieron a
ganar el respeto de la población.
Además, Máxima es sumamente inteli-
gente y se mete a todo el mundo en el
bolsillo.
—¿Han tenido contacto directo con
ella?
—La gente en general saluda a los reyes
pero no los molesta. Nosotros siempre
vamos a la celebración que organiza la
Embajada Argentina para el 25 de Mayo
porque somos amigos de los embajado-
res, que viven en el mismo barrio. Casi
siempre participan los padres de
Máxima, que se quedan durante todo
mayo porque ella cumple años ese mes.
Lo curioso es que ellos pasan totalmente
La pareja en Amsterdam. “Siempre
fui muy aventurera y junto a
Gerard conocí diferentes países y
aprendí de distintas culturas”.
Desde que se
enamoraron, hace
cuatro años, Rubén
y María Elvira
disfrutan de los
viajes a distintos
lugares.
entre ambas sociedades, como la edu-
cación pública y la existencia de una
amplia clase media. La diferencia es
que allá no importa quiénes fueron tus
padres y no se entra a los lugares por
acomodo sino por cuánto cerebro y dis-
ciplina uno aplique al trabajo.
—¿Cómo fueron los años que vivie-
ron en Estados Unidos?
—Vivimos en Williamsburg, Virginia,
que está cerca de Washington DC y es
el centro histórico de Estados Unidos
porque fue una de las colonias ingle-
sas. Cuando van visitas importantes a
Washington, también las llevan a
Williamsburg. La Fundación Rockefeller
realizó la restauración del área céntrica
y es uno de los grandes destinos turís-
ticos porque es como un museo abier-
to, con calles y casas recreadas con la
arquitectura de la época. Es como
entrar al túnel del tiempo y ver cómo
fue la historia de Estados Unidos.
MARÍA ELVIRA GODOY Y RUBÉN FERRANDO
M
aría Elvira había dedicado
toda su vida a cuidar a sus
padres, atender a su marido,
trabajar, atender el hogar y ser “el pun-
tal de la familia”, como ella lo describe.
Con poco tiempo para destinar a sus
propios intereses, la angustia por las
frustraciones desembocó en un divor-
cio y un cáncer, los que logró superar
para iniciar una nueva vida. Y aunque
por ese tiempo no pensaba volver a
formar pareja, un viaje con amigas sir-
vió para que encontrara a un románti-
co cantante, que llegó para “traer paz”
a su vida y su familia.
Para Rubén, encontrar a Elvira tam-
bién significó recuperar la alegría, que
había perdido tras la muerte de su pri-
mera esposa. “Cuando quedó viudo su
idea era comprarse una casa rodante
e ir a cantar a distintos lugares porque
no le interesaba volver a formar pare-
ja. Y cuando lo conocí, no quise per-
dérmelo por nada y hasta le ofrecí
acompañarlo a donde él fuera” cuenta
Elvira.
—¿Cómo era tu situación antes de
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