37
Viernes 12 de febrero de 2016
NOCHE
&
DIA
como a los 16”
P
ierina y Marcelo forman una de
las parejas más queridas por el
público sanjuanino. Desde hace
años, su carisma y talento musical con-
quistan a los amantes del folklore, que
siguen de cerca la carrera del dúo que
logró imponer su propio sello. En la
actualidad, los Mixtura no solo son un
símbolo de energía musical sino tam-
bién de amor, en una pareja que renue-
va contrato todos los días pese a los
obstáculos y adversidades de la vida.
La prueba más dura se presentó el año
pasado, cuando el matrimonio perdió a
su hijo Nicolás en un accidente domésti-
co. En el medio del dolor que significó el
trágico fallecimiento del niño de 8 años,
la familia recibió enormes muestras de
afecto de familiares, amigos y seguido-
res. Con una gran fortaleza, Pierina y
Marcelo hoy emprenden nuevos proyec-
tos y trabajan juntos para salir adelante,
apoyados en esa red de contención.
Hace poco, los Bartolomé celebraron el
cumpleaños de 15 su hija mayor, mien-
tras este año se preparan para presen-
tar un nuevo disco.
Pierina y Marcelo se casaron en
1998 y a los dos años tuvieron a
María Luisa, la primera de sus cuatro
hijos, que ahora cumplió 15 años.
—¿Qué recuerdos tienen de la prime-
ra vez que se vieron y del noviazgo?
—Cuando nos conocimos, trabajando
para Cacho Buenaventura, fue intensa
e inmediata la conexión. Largas charlas
y sueños compartidos fueron el comien-
zo. El deseo de una familia fue el motor
y un año después nos casamos, en la
Parroquia Loreto de Córdoba. Dos años
después y luego de buscar y buscar,
llegó Luisa, que nació en Catriel, en Río
Negro. La experiencia de ir a trabajar
solos al sur fortaleció mucho la pareja
porque implicó descansar de giras y
trasnochadas e insertarnos a una
comunidad como la patagónica.
Disfrutamos y sufrimos. El placer de
inventar un camino nunca antes recorri-
do, él con la Psicología y yo con mi
bebé recién nacida. Ambos, con la
música siempre presente. Pero extrañá-
bamos mucho y aunque nos fue muy
bien, volvimos a San Juan en 2001.
—Ahí comenzó una nueva etapa
artística y familiar.
—Estos 15 años en San Juan nos ple-
nifican: nacieron Julián, Nicolás y
Santiago. Nuestro amor maduró, no sin
dificultades y crisis que supimos traba-
jar juntos desde lo familiar y laboral.
Ser dúo metafóricamente nos permite
mantener armonía y haber aprendido a
discutir sin pelear, a comprender, a
esperar, a perdonar. Nuestros hijos son
nuestro sueño cumplido. La música fue
el camino que nos unió y el que segui-
mos transitando. Sentimos que el Padre
Carlos, el curita que nos casó, tenía
mucha razón cuando dijo: “el amor no
es para toda la vida, es para todos los
días”. Un día, te despertás y te das
cuenta que pasó la vida y junto a vos
tenés alguien que amás y que fue testi-
go de tus intentos. No hay que enten-
derse solamente para que funcione,
hay que atenderse.
—¿Cómo viven hoy el día a día?
—En esta nueva etapa aprendemos a
vivir de otra forma, sin la presencia físi-
ca de nuestro Nicolás, que se nos ade-
lantó. Como familia estamos conecta-
dos a una fuente amorosa que trascien-
de dimensiones. Hoy, 20 años después
de habernos conocido, podemos decir
que el amor es una decisión, una bendi-
ción y un camino. Sobre el apoyo de la
gente tengo tantas cosas que agradecer.
Recibimos cartas, mensajes, libros, col-
chas, dulces, lámparas... todo artesanal.
Es una red de amor de sanjuaninos,
familia y amigos que nos sostienen. A
upa de ellos, a upa de Dios. Día a día.
—¿Qué proyectos tienen para el futu-
ro?
—Trabajamos musicalmente y nos pro-
yectamos para un año intenso que inclu-
ye giras y conciertos, con invitaciones
dentro y fuera del país. Hace tiempo que
no lo hacíamos porque los peques eran
chiquitos. Además se viene el disco con
nuestros temas y versiones de autores
contemporáneos a nosotros. Nos com-
plementamos casi en todo, trabajamos
juntos en el desafío de salir adelante.
Nos seguimos eligiendo y renovamos
contrato.
PIERINA CIALELLA Y MARCELO BARTOLOMÉ
“El amor es una
decisión, una
bendición y un camino”
conocer a Rubén?
—Yo no tenía ganas de conocer a nadie
porque venía de un divorcio y me estaba
recuperando de un cáncer. Cuando lo
superé, estaba sola pero me sentía feliz.
Igualmente yo siempre veía las películas
románticas y pensaba que a mí nadie
me había amado así. Siempre había sido
la mujer que tenía que lavar, planchar,
cocinar y estar bien arreglada. Aun
estando soltera, no acostumbraba a salir
de noche y menos con un hombre.
Cuando me curé del cáncer, mis amigas
me invitaron a las Termas de Río Hondo
para reanimarme y pasarla bien.
—¿Cómo se produjo el encuentro?
—Rubén nació en Rosario y mientras
estuvo casado, vivió en Carlos Paz.
Cuando enviudó, quiso cambiar de
rumbo y se fue a probar suerte a las
Termas de Río Hondo. Así lo encontré
yo, cantando en el hotel en el que
estábamos alojadas. En un momento
los dos salimos a fumar y empezamos
a hablar. Al principio no lo miré como
hombre pero la segunda o tercera vez
que nos vimos, me empezó a gustar.
—¿Qué cosas te gustaron de él?
—Era como si lo conociera de toda la
vida y solo habíamos pasado diez días
juntos. Yo venía de otro tipo de trato y
él era muy bueno. En el viaje de vuelta
empecé a llorar y ahí me di cuenta que
era algo importante. A los 20 días volví
a las Termas. Por primera vez en mi
vida me jugué por algo que me intere-
saba. Cuando fui para allá y lo conocí
más, le dije “yo quiero irme a vivir con
vos”. Fue un flechazo como a los 16
años. Pasé mi cumpleaños allá con él
y me vine y antes que terminara la
temporada, él se vino a San Juan a
vivir conmigo. Aquí mis sobrinos lo fue-
ron orientando para buscar trabajo
como cantante y de a poco empezó a
actuar en lugares conocidos.
—¿Cómo es enamorarse a una edad
en la que yo no creían que pasaría?
—Yo sentía que a él me lo había man-
dado Dios porque cuando tuve cáncer,
pedía tener unos años más. Por suerte
lo encontré a tiempo. Yo siempre fui el
puntal de la casa, tuve que cuidar a mis
padres y los mantenía, después cuidé a
mi suegro cuando tenía cáncer.
Además me costó mucho animarme a
divorciarme y por suerte lo hice porque
nunca antes había sentido un amor tan
grande. Seguimos juntos, enamorados
y viajamos mucho porque él sigue
actuando en otras provincias. Ahora me
siento una piba porque me parece
mentira levanto al lado del hombre que
amo.