El Nuevo Diario - page 10

todos y las chicas del INCUCAI se mostra-
ron sorprendidas, estaba convencida que
iba a ayudar a muchas personas.
—¿Cuál fue la reacción de sus herma-
nas?
—De mis niñas era como su padre más que
el hermano mayor. El padre de mis hijas me-
nores se ahorcó hace seis años, entonces él
era quien las protegía, fue terrible.
—¿Cómo fue su vida?
—Era un chico muy querido, pero vivió a full,
consiguió todas sus metas, hizo lo que quiso
porque el presentía que el propósito de Dios
era llevárselo. Tenía pasión por las motos,
por el deporte, jugaba al paddle.
—¿Cómo fue el encuentro con la her-
mana de una de las personas que recibió
un órgano?
—Fue algo emocionante. Estábamos en el
velorio. Esta chica llegó, tenía miedo por
cómo pudiéramos reaccionar, pero nos abra-
zamos y sentí mucha paz. El hermano nece-
sitaba un riñón, tiene varios hijos y llevaba
años dializándose.
—¿Sabés cómo murió tu hijo?
—La verdad que no sé, no he querido averi-
guar nada porque quiero dejar pasar un
tiempo, pero el doctor (Pablo) Flores, de Ur-
gencias, me dijo que cuando recibió a mi hijo
tenía un puntazo en el cuello. Otra cosa que
me dolió mucho fue saber que mi hijo es-
tando tirado en el piso, inconsciente, muy
grave, un policía le robó el casco. Fue algo
horrible, muy feo, tanto de parte de él como
de sus compañeros, ellos vieron que se
llevó el casco, son todos cómplices. Me en-
teré que lo detuvieron, que no trabaja más
en la fuerza y a que a sus compañeros los
sumariaron. En las redes sociales todos re-
pudiaron el hecho.
—¿Han designado a un abogado para
que siga el tema desde el punto de vista
judicial?
—No, tanto el padre como yo estamos muy
shockeados, recién estamos intentando salir
adelante. Yo tengo tres hijas y él aparte tiene
otros dos hijos varones, en algún momento
lo haremos pero no ahora.
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Viernes 21 de abril de 2017
José Luis Rivas junto a su madre, Iris Meizenq.
Iris tuvo que afrontar primero la
muerte trágica de su segundo esposo
y ahora la de su propio hijo.
H
ablar de donación de órganos es ha-
blar de continuidad de la vida de una
persona en otras. El caso de José
Luis Rivas, quien falleció el 27 de marzo a
las 22:30 horas y cuya familia decidió donar
todos sus órganos, es más que especial. El
día en que decidieron donar sus órganos él
cumplía 30 años. Previo a eso, al momento
del supuesto accidente y cuando estaba ten-
dido en el piso, uno de los efectivos policia-
les que acudió no tuvo mejor idea que
robarle el casco que estaba a un costado,
porque “le hacía falta para el cuatriciclo”.
Pero acá no termina la historia de dolor. Los
efectivos de la Seccional 25 informaron a la
jueza de la causa que se trataba de un acci-
dente de tránsito. Por eso ordenó liberar a
una persona que permanecía demorada. El
hecho generó un estallido en las redes so-
ciales. Es que el médico que recibió a Rivas
en el Servicio de Urgencias le manifestó a
los padres que el chico tenía un puntazo en
el cuello.
Con este dato clave la causa cambió de juz-
gado, pasó del Cuarto Correccional, donde
se investigaba como accidente de tránsito, al
Segundo de Instrucción, donde ahora la
causa sigue investigándose como homicidio.
El joven murió tras chocar contra un auto,
producto de un ataque para intentar robarle
en el semáforo de San Miguel y República
del Líbano. Rivas se habría resistido y por
eso el puntazo en el cuello.
Pese a todo este contexto de dolor, apenas
le consultaron a Iris Meizenq si iba a donar
los órganos de su hijo, no dudó en responder
que sí. Cuando le preguntaron qué órganos,
tampoco dudó en decir que todos. Cuando le
advirtieron que la intervención iba a demorar
la entrega del cuerpo, no le importó, sabía
que nada le iba a devolver a su hijo y tam-
bién era consciente de que muchas vidas
podrían salvarse. Y no se equivocó, cinco
pacientes se beneficiaron y todos los tras-
plantes fueron exitosos. Ya hay familiares de
dos trasplantados que la contactaron y le di-
jeron una frase mágica: “somos familia”.
—Hablar de la muerte de un hijo no es na-
tural, ¿cómo estás a dos semanas de la
muerte de José Luis?
—Estoy mal, era mi primer hijo y el único
varón, ese día cumplía 30 años. Sé que su
muerte sirvió para dar vida a varias familias,
no sé cuántas. Justo para su cumpleaños dio
vida a muchas personas, eso me da paz,
eso siento, paz.
—¿Alguien en la familia era donante, él
era donante?
—Nunca me lo manifestó pero conociéndolo,
una persona correcta, tuvo sus errores como
todo joven pero siempre enfrentó las situa-
ciones. Cuando me preguntaron decidimos
que sí, lo mejor era donar.
—Esto generó historias de agradecimien-
tos.
—Sí, dos de las personas que recibieron la
donación me contactaron y no solo agrade-
cieron sino que me manifestaron que ahora
somos familia. Mi hijo sigue vivo en otras
personas, eso me hace mucho bien.
—Esto ahora los hace a ustedes fervien-
tes promotores de la donación de órga-
nos.
—Yo soy donante desde que saqué el car-
net, siempre veía los casos en la televisión y
rogaba que donaran, ver tantas personas pi-
diendo por una donación, cuando me pre-
guntaron inmediatamente dije que sí.
—El hecho adquiere relevancia por el
contexto, tanto dolor que no los cegó y
decidieron de igual modo donar.
—Para nada, pese a todo esto apenas nos
preguntaron dijimos que sí, estábamos de-
sesperados, pero fue algo muy raro porque
dije sí y me puse bien. Cuando me pregunta-
ron qué órganos iba a donar respondí que
La muerte de José Luis Rivas no está clara. Se investigaba
como accidente de tránsito pero ahora hablan de homicidio.
Su madre decidió donar los órganos. No es la primera vez
que la tragedia golpea a la puerta de esta mujer.
LA CONMOVEDORA HISTORIA DE LA MADRE DE JOSÉ LUIS RIVAS
“Donar los
órganos de
mi hijo me
hizo sentir
bien”
Iris, marcada por
la tragedia
y el dolor
I
ris Meizenq, la mamá de José
Luis, tiene otras tres hijas, las
últimas dos producto de su se-
gundo matrimonio. José Luis nació
cuando ella tenía apenas 18 años y
luego del nacimiento de su se-
gunda hija, Iris se separó de su pa-
reja. Con el correr de los años
conoció a Sebastián Scarzo, con
quien rehízo su vida y con quien
tuvo dos hijas más.
Cuando su vida parecía encami-
narse, la tragedia golpeó a su
puerta. Sebastián tomó la drástica
decisión de quitarse la vida y se
ahorcó. Hoy, tras la muerte de su
hijo mayor y único varón, dice que
gracias a la buena relación con su
exmarido es que puede apoyarse
en él para salir de este momento.
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