ras no es la mejor. Las crisis de abstinencia
suelen volverla agresiva, lo que la lleva a
ocasionar algunas grescas. La última fue
porque le quitaron un celular.
Y además, las reclusas elevaron una queja
a las autoridades porque no quieren com-
partir celda con ella, ya que aducen que
muchas tienen hijos pequeños y que –al
carecer de intimidad- los niños observan
que el cuerpo de ella no se corresponde
Viernes 29 de septiembre de 2017
UN DRAMA SOCIAL
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La vida de una persona transexual
en la alcaidía de mujeres
con el de una mujer.
“A pesar que se autopercibe como
mujer, tiene la fuerza de un hombre y es
difícil contenerla cuando comienza a po-
nerse agresiva y genera peleas con las
internas”,
expresó una fuente muy cer-
cana al Servicio Penitenciario Provincial.
Por ahora, la joven fue recluida en una de
las celdas reservadas a encuentros ínti-
mos, como una manera de protegerla y
proteger a las demás internas
, “pero esa
no es una situación ideal”,
expresó la
misma fuente.
Debido a la extrema vulnerabilidad que pre-
senta y en la marginalidad en la que ha vi-
vido, las autoridades del Servicio
Penitenciario están brindándole asistencia
psicológica y psiquiátrica como una forma
de contenerla. Además, ante la falta de visi-
tas de familiares y amigos, desde la alcai-
día se contactaron con la sede local de la
Asociación de Mujeres Meretrices de la Ar-
gentina (AMMAR), cuyas representantes
también comenzaron a asistirla.
S
er transexual implica que una per-
sona siente que vive un cuerpo
ajeno. Es decir, vivir en un cuerpo
de hombre, sintiéndose mujer o viceversa.
Y aunque cada vez hay más reconocimien-
tos a los derechos de estas personas –
como el cambio de nombre acorde al
género autopercibido en el documento na-
cional de identidad- también es verdad que
aún quedan muchos escollos en el camino.
Este es el caso de una persona trans alo-
jada en la alcaidía de mujeres de San Juan,
para quien la vida nunca fue sencilla. De
pequeña, su familia no entendió su situa-
ción y la abandonó. Sin afectos, la calle fue
la que la albergó y rápidamente tuvo que
prostituirse para poder obtener dinero. De
ahí a la drogadicción hubo sólo un paso
más.
Su situación se agravó al diagnosticársele
VIH y desde hace un tiempo está presa por
haber cometido una serie de delitos relacio-
nados fundamentalmente con su adicción.
En la cárcel, la relación con sus compañe-