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Viernes 6 de abril de 2018
gente, de tocar con mi mano al musculo
paralitico y después, cuando dejé la pro-
fesión, me trasladé al espíritu de las per-
sonas. Creo que eso es un don.
—Tus novelas tienen el poder de ha-
cerse colectivas porque tus persona-
jes llegan a través de sus vivencias.
—Escribo no sin temor a las consecuen-
cias, sino haciéndome cargo de las con-
secuencias. Si el lector se siente reflejado
en lo que escribo, me hago cargo. Es
como estar desnudo en una vitrina, pero
sé que esa desnudez le sirve a otro. A
mis lectores les tiene que gustar la histo-
ria, ser capaces de leer 456 páginas y de
seguir la vida de 47 personajes… Yo me
juego, no hago éxito fácil, no escribo no-
velas rosas. No soy una autora de best
seller, a mi la editorial me tiene en el casi-
llero de los low seller, porque a través de
los años el libro sigue vendiendo.
—A partir de tu experiencia, creaste el
taller El Club de la Cicatriz, ¿sentís que
es una condición femenina el “ha-
cerse cargo”, de decir lo que les pasa?
—Sí, siempre fuimos punta de lanza, pero
se están animando cada vez más varo-
nes. Se dan el permiso. Siempre tuve 10
mujeres y un varón y este año son 5.
Los varones se están animando a mos-
trar su lado femenino, a decir yo también
lloro, porque son otros los paradigmas
de esta época. Se está resquebrajando
su armadura y su virilidad. El feminismo
plantea cómo es el hombre que tenemos
enfrente. Ahora hay mujeres jefes, patro-
nas; hay mujeres que deciden tener a un
hombre como objeto sexual… Ese hom-
bre también tiene que replantearse
cosas: ¿qué soy un donante de es-
perma, un compañero, un socio?, ya no
es el que protegía. Tenemos que abrir
nuestras cabezas, es un momento muy
fuerte el que estamos viviendo, diría fun-
dacional.
—¿A partir del feminismo, los hombres
también deberán buscar sus propios es-
pacios para expresarse?
—Hay una escritora feminista nigeriana,
Chimamanda Ngozi Adichie, que dice que
los hombres deberían ser feministas, por-
que significa igualdad de derechos. Las
cosas que hemos logrado en 50 años son
muy grandes, lo que pasa es que a veces
nos vamos de mambo. No nos hemos
puesto a mirar a quién tenemos enfrente,
quién este macho alfa, qué quiere… Los
asustamos y muchos han sido criados por
madres machistas que dicen: mi hija se
casa de blanco; mi hijo que vaya probando.
¿Probando con quién? Con las hijas de
otros... Las mujeres tenemos que empezar
a criar hombres autónomos, las mujeres no
venimos con el gen de la cocina (risas).
Hay que romper ese paradigma femenino
que dice: mi marido me ayuda. ¿Cómo se
ayuda si el hijo es de los dos? Ese es el
molde que hay que romper.
—San Juan sigue siendo una sociedad
muy conservadora con respecto al rol
de la mujer. El cambio cultural está lle-
gando desde los jóvenes.
—El año pasado cuando fui a San Juan, en
mi charla pronuncié la palabra orgasmo y
sentí: Uhhh. ¿Por qué tenemos que fingir el
orgasmo y no disfrutarlo? Hay mujeres que
piden disculpas por ganar más que sus
maridos y si el hombre no tuvo una buena
performance sexual, se disimula para no
herirlo. ¿Perdón? Yo me hago cargo de mis
orgasmos y vos hacete cargo de los tuyos,
esto no es una competencia. Nadie puede
ser responsable de mi felicidad. Hay que
romper ese paradigma del hombre que
dice: “la protejo porque es frágil como una
flor” y después asegura que “es una estú-
pida que no sabe ni ir a un cajero”, porque
las mismas cosas que enamoran, son las
que desenamoran… Espero que no me de-
claren persona no grata por decir estas
cosas (risas).
“
”
Yo me juego, no hago éxito fácil,
no escribo novelas rosas
Y ahora,
¿qué hacemos?
En su primera actividad del año,
Fundación OSDE organizó la charla
de Cristina Loza, “
Y ahora, ¿qué
hacemos?”,
que será realizada el
próximo 12 de abril, a partir de las
19 en el Consejo Profesional de
Ciencias Económicas (Suipacha
377 Sur).
Para más información, los interesa-
dos pueden llamar a OSDE, Tel.
4291536 o escribir a
Foto gentileza http://negrowhite.net
