ella está afectada a la parte electoral,
montar una conexión al sistema no es
cosa de un día, es todo un proceso. Fue y
denunció que la habían trasladado, que la
habíamos apartado y en realidad ella
pidió que no quería verle la cara a esa
persona.
—¿Cómo terminó esa denuncia?
—Vino la directora del INADI, se le ofreció
volver a su lugar físico y ella lo pidió por
escrito y firmó conforme, eso fue todo,
nada de persecución. Ella va a tener que
ponerse de acuerdo con lo que quiere.
—¿Cuál es el comportamiento laboral
de ambos empleados ahora?
—El muchacho acusado de acoso es un
buen empleado y rinde y la señorita Bala-
guer, que no es que tenga una capacidad
disminuida, pasa que tiene problemas que
le impiden rendir como se debe. Tienen un
promedio en los últimos años de 30 o 40
días al año que no viene, cuando no se
enfermó, se enfermó una hija o tiene la
fiesta en el colegio de las hijas. Son todas
faltas justificadas, el reglamento lo per-
mite, pero las faltas están.
—¿Le pueden descontar días si falta?
—Hace dos semanas presentó un certifi-
cado diciendo que tenía la hija enferma.
Le pedimos a la parte de Salud Pública de
la Nación que controla esto, que lo verifi-
cara. El informe manifiesta que nadie res-
pondió el llamado en la casa, por lo que
no había madre cuidando niña. Dispuse
que no se le justificara la falta y se puso
en marcha el mecanismo para descontar
el día.
—¿Se ha visto afectada la carrera ad-
ministrativa de estos empleados?
—La señora Balaguer tuvo cinco ascen-
sos desde que ingresó y el señor Rivera,
en los últimos años, dos ascensos. No sé
dónde está el acoso.
podía estar en el mismo ámbito que él.
Cuando estábamos en el viejo edificio se
podía separar, pero desde que estamos
en el nuevo edificio, todos compartimos
espacio. La única posibilidad que había
es que fuese a la biblioteca, y se la tras-
ladó para que no le viera la cara, como
ella decía. A raíz de eso fue al INADI, in-
terpuso denuncia porque estuvo cuatro o
cinco días sin trabajo. Pasa que como
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Viernes 27 de abril de 2018
A
na Carolina Balaguer, hija del ex-
cortista Carlos Balaguer, y con
más de 20 años de antigüedad en
el Juzgado Federal Nº 1, a cargo del juez
Miguel Ángel Galvez, denunció en las
redes sociales que es víctima de acoso la-
boral (mobbing) por parte del magistrado.
También manifestó que anteriormente fue
víctima de abuso sexual por parte de un
compañero de trabajo. Al respecto, el juez
expresó que si bien por ese último hecho
se instruyó un sumario que terminó con la
sanción para el empleado acusado, las
pruebas no fueron contundentes.
—¿La hija del excortista Balaguer lo
denunció por malos tratos?
—No hay malos tratos, no sé qué le pasa
a la señorita Balaguer. No sé cuál es el
motivo de su enojo, su actitud y reacción.
Obviamente hay cosas que pretende a las
que no le he hecho lugar, inclusive habla
de acoso laboral. El famoso acoso sexual
que menciona fue hace nueve años, se
hizo un sumario y no hubo mayores prue-
bas, no obstante se sancionó a quien ella
indicó como el supuesto acosador. El
acoso consistió en que él la intentó besar.
—¿Hubo denuncia penal?
—No, cuando denunció acá se hizo un su-
mario, concluyó y se sancionó al supuesto
autor, aunque no hubo prueba contun-
dente. Este muchacho lo único que reco-
noció fue que cuando la saludó le rozó sin
querer los labios, no sé si es verdad o no,
lo que hice como juez fue atenerme a las
pruebas. Creo que intentó poner una de-
nuncia penal el año pasado cuando ha-
bían pasado nueve años, son delitos de
instancia privada que lamentablemente
hoy están de moda. Tendría que haber
puesto la denuncia hace nueve años.
Cuando denunció acá hice lo que corres-
pondía y sancioné a quien acusaba ella.
Le reitero, no fueron claras las pruebas
pero sancionamos igual.
HIJA DEL EXCORTISTA BALAGUER LO DENUNCIÓ
El juez Gálvez responde a las
acusaciones de violencia en su contra
—¿Por qué hubo una denuncia ante
INADI?
—Esto fue el año pasado, a raíz de que
hubo una vacante en el escalafón. Se ca-
lifica anualmente y cuando hay una va-
cante, se asciende al primero. Y primero
estaba el señor Rivera –a quien ella
acusó— y cuando se enteró que él había
ascendido, se molestó y otra vez reflotó lo
del acoso sexual. Vino a pedirme que no
