7
Viernes 4 de mayo de 2018
El excoordinador,
Enzo Lampasona
durante el juicio
realizado en
Bariloche.
La víctima declara ante el tribunal en el juicio.
El hotel donde sucedió el hecho en Bariloche.
puta, mitómana y diciendo que había
realizado denuncias anteriores (las
cuales son mentiras). Me lastimaron
de los medios, la gente y la empresa”.
Sobre cómo se hizo la denuncia, contó:
“El ginecólogo privado se da cuenta
de la situación y llama a una ginecó-
loga, ella me lleva al hospital y se ini-
cia un protocolo de abuso sexual, me
hacen análisis biológicos y psicológi-
cos y hago la denuncia”.
La joven sostiene que la empresa in-
tentó tapar todo.
“Al día siguiente me
llevan a un hospital privado, un mé-
dico de la empresa y un coordinador.
En el camino me piden que diga que
había tenido relaciones consentidas y
que me dolía. Que no dijera con
quién”.
El caso merece analizar por qué, du-
rante el juicio, coordinadores y empresa-
rios fueron a declarar en favor del
acusado, tal vez la respuesta es “
por-
que se les cae el negocio. En parte
porque esto es una pirámide: si cae
uno, se van a empezar a caer todos
”,
según analiza la nota “Nieve sucia”, que
el diario Página 12 publicó sobre este
tema.
Cómo funciona
el “sistema”
E
n el centro de la escena está el
coordinador, en vez de que estén
los alumnos. El coordinador tiene
la potestad de decidir a quién “beneficia”
con entradas libres al boliche o con tra-
gos gratis. A partir de esto empieza a
desvirtuarse la función primordial, que
es ser guardador del contingente a su
cargo.
La nota publicada por Página 12 (en el
suplemento Las 12) desnudó el tema,
más allá del caso puntual. El paquete de
turismo juvenil que las empresas ofrecen
incluye dosis de misoginia. Eso cuenta
Ana Carfagnini
, del
Colectivo El Mar-
gen de Río Negro
, organización que a
partir del caso Lampasona empezó a do-
cumentar relatos de las egresadas, de
los que poco se conoce ya que a los chi-
cos se los mantiene dentro de circuitos
cerrados.
Las empresas tienen sus propios hote-
les, discos y centros de esquí. “
Es un
paisaje corriente de Bariloche la exa-
cerbación de la fiesta y el descontrol
por parte de los adultos que rodean y
se supone que cuidan a las chicas
”.
Desde El Margen hablaron con choferes,
recepcionistas y otros empleados de los
hoteles a donde llevan a los chicos. “
Lo
que se desprende de lo que cuentan
es que las chicas están ‘a la buena de
Dios
’. Las empresas les dan ciertos dis-
fraces: conejita, enfermera sexy. Y que-
dan expuestas así con el frío que hace
acá.
Nadie les pide DNI para vender-
les alcohol
. Los coordinadores las abor-
dan en grupo, varios contra una. Te
ofrecen camperas a cambio de favores
sexuales. Las traen a un lugar que ellas
no conocen. Los coordinadores casi
siempre son mayores. Y las agencias los
cubren. ”
Si no te ponés el disfraz de
diablita, sos una amarga
. Si entrás a la
habitación de un coordinador, báncatela
y no arruines la fiesta. ¿Es esto paranoia
feminazi?”, sostiene la publicación.
Rosana González, una de las ginecólo-
gas que fue testigo en el juicio, advierte
que “no hay que subestimar el poder
corporativo de estas empresas de tu-
rismo.
Los desgarros vaginales son
las patologías más frecuentes que
vemos en chicas de esa edad que vie-
nen a Bariloche
. Hay presión para que
no denuncien. Las trae al hospital al-
guno de la empresa que les dice: ‘
Ahora
te vas a dormir y mañana ya pasó. Te
pusiste histérica. No les arruines el
viaje a todos
”.
Ante el secreto a voces de que las viola-
ciones son frecuentes y están naturaliza-
das, los colegios se desmarcan. Todo
queda a cargo de las empresas. El viaje
de fin de curso no es viaje de estudios y
las faltas se computan. Los esfuerzos ins-
titucionales se limitan a esquivar el bulto
de lo que pueda ocurrir en el marco de los
“excesos” de Bariloche o Brasil pero ni
una sola iniciativa apunta a informar sobre
consentimiento o reducción de daños en
el consumo de drogas, por ejemplo. Una
de las madres del Colegio Central Univer-
sitario Mariano Moreno, al que asistía la
chica que denunció a Lampasona, le
contó a Las12 que
“después de que
pasó lo que pasó no hubo ninguna
charla en la escuela. El colegio y el Es-
tado podrán decir que esto no les com-
pete, que es tema de las empresas,
pero a nadie se le ocurre que antes de
viajar los chicos vayan a una charla con
perspectiva de género, sobre cómo pre-
venir un embarazo no deseado, etc. Es-
tamos hablando de una provincia (San
Juan) donde no se aplica la ley de Edu-
cación Sexual Integral”.