—Sí, con la misma novia.
—¿Una sola novia tuviste?
—No, era más delgado y salía a bailar.
—¿Bailabas bien?
—Era buen bailarín, bailaba muy bien el
rock. Y bueno, estuve nueve años de
novio y un día me casé. Me casé con una
gran mujer. Siempre digo que lo que lle-
gué a ser en la vida se lo debo a esa
gran mujer. Tuvimos tres hijos y tenemos
ocho nietos.
—¿Cómo se llama tu mujer?
—Olga Marina Cecco. Soy muy ami-
guero, tengo a mis hijos y nietos. Por
dónde van les dicen “ah, vos sos el hijo
de Palito”. Eso me reconforta.
—Realmente sos admirable Palito.
Esto no es por alabarte pero, la ca-
rrera de mozo es difícil. Primero por el
horario, generalmente el mozo llega a
las 3 de la mañana a su casa. La
noche es difícil y sobre todo para el
puerta y estaba con poca ropa.
—Sí. Esa fue Susana Giménez, cuando
hacía shows y era modelo. Una vez ter-
minado el desfile se fue a su habitación,
pidió un jugo de naranja y un tostado.
Cuando llegué estaba en su cama, en
bombacha y corpiño. En ese momento te
sorprendía.
—Me imagino, no le pediste propina.
—No, ¡me temblaba la bandeja!
—Palito, no todo en tu vida fue tra-
bajo. Alguna vez te pusiste de novio,
después te casaste.
—Sí, me puse de novio muy joven y me
casé.
—¿Con la misma novia?
—Con Lanusse también estuviste.
—Si, a él lo atendí en la casa de Fran-
cisco Paolini, en una cena especial.
Charlamos del vino; yo siempre le metía
un bocadito.
—Puede ser que haya visto una foto
tuya con Maradona.
—Sí.
—¿Qué tal era?
—He tenido muy buena relación con
todos. Con Maradona pasó que estaba
desayunando, a las 7 de la mañana. Fui
y le pedí un autógrafo para un chico que
estaba esperando con su padre. Me co-
rrió de mala forma: “cuando termine de
desayunar te firmo”. Sin embargo, el
resto de los jugadores, Fillol, Tarantini,
me firmaron sin ningún problema. Pasa
que hay artistas y jugadores a los que no
les gusta que los molesten cuando están
comiendo. Pasó con la cantante Estela
Raval. Dos personas de acá de San
Juan, muy conocidas, fueron a verla con
una foto para enseñarle que habían es-
tado con ella en España. Ella les dijo
“discúlpenme, después de que termine
de almorzar estoy con ustedes”.
—Hubo una actriz con la que pasó
algo.
—No. Conocí a Graciela Alfano porque
su marido, Quique Capozzolo, venía a
atender su finca y bodega. Él me dijo:
“Palito, va a venir mi novia a desfilar ma-
ñana”. “¿Y cómo se llama?” le pregunté.
Cuando aparece Graciela Alfano, él le co-
mentó “mirá, Palito me lleva a jugar al fút-
bol”. Íbamos a la cancha El Globo, un
tierral. Éramos muy amigos con él.
—Pero creo que una actriz te abrió la
CON TU VIDA
CARLOS
mozo que está acostumbrado a salir a
comer o tomar algo después del tra-
bajo. Y la vida es corta. En muchos
casos terminan mal.
—Sí, lo único que no me gustó era ir al
casino. Pero si salía a tomarme una
copa con amigos, a bailar, pero lo fui de-
jando todo de a poco.
—¿Y llegaron pronto los hijos?
—Si, al año y medio llegó Natalia, des-
pués vino Marcelo y luego María Belén.
—Lo importante es que junto a tu
mujer les fueron inculcando el amor
por la gastronomía.
—Claro. Por eso admiro a mi mujer. Yo
trabajaba y quería progresar. En un mo-
mento entraba a trabajar a las 7 de la
mañana, hacía el desayuno. Terminaba
a las 11 y hacía el almuerzo. Me iba a
las 16. Dormía la siesta y a las 20 tenía
que estar en el hotel hasta la 1 de la ma-
ñana, y al otro día tenía que volver otra
vez a las 7. Ahí la admiro a mi mujer por-
que ella cuidaba a los chicos y los ayu-
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Un nombre propio...
Durante la estadía de “Ringo” Bonavena en San Juan, el famoso boxeador se alojó en el No-
garó con su hermano Juan (quien aparece en el extremo derecho) y como no podía ser de otra
manera, los mozos del hotel, Julio Alcaraz, Carlos Balmaceda, Palito, Juan Alvarez y Luis Flo-
res, quisieron fotografiarse con él en la piscina. (Foto proporcionada por Palito González)
Con su infaltable flequillo, Carlitos Balá, visito
San Juan en 1972 y también se hospedó en el
Hotel Nogaró. (Foto proporcionada por Palito
González)