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Viernes 5 de abril de 2019
“PALITO” GONZÁLEZ
daba con la escuela. Hasta que un día,
después de veinte años, di un paso al
costado. Renuncié.
—En ese momento eras el jefe, el
“maître”.
—Exacto. Y me fui a trabajar de “maître”
al Hostal de José. Después de veinte
años cambié un Mercedes Benz por un
Fiat 600, pero yo le tenía fe. Empecé y al
mes iban a cerrar porque los dueños no
eran gastronómicos y les propuse alqui-
larlo. Me lo alquilaron y le cambié el
nombre, le puse el Hostal de Palito. Ahí
incursionó mi señora y era la cajera. Lo
más importante fue que los platos los
perfeccioné, las brochetas, los lomos, las
supremas de pollo, el panqueque a la ita-
liana. Ya soy un psicólogo de la comida,
ya sé lo que le gusta al cliente. La co-
mida condimentada, el pollo con ajo.
—Lo extraño es que vos hiciste casi
una escuela gastronómica porque el
sanjuanino estaba habituado y está
habituado a ir a la parrillada o a la lo-
moteca. De pronto, consumir este tipo
de comidas era otro mundo.
—Claro. Yo estuve varias veces a punto
de cambiarlo, de ponerme una lomoteca
o pizzería, pero no. Lo más importante
es que la gente me siguió. Me fui a la
Avenida de Circunvalación y después
vino mi hijo Marcelo, que era muy chico,
y me acompañaba a hacer las compras.
Luego Belén. Íbamos a la feria, al auto-
servicio.
—Esto es lo que mucha gente no sabe
de la gastronomía. Todos creen que
la actividad de un restaurante empieza
simplemente cuando abre, a las 8 de
la noche, pero el día comienza muy
temprano.
—Muy temprano.
—¿Dónde está la ganancia mayor, en
la compra o en la venta?
—En la compra y en la venta, pero ha
cambiado todo tanto ahora. Antes había
un precio estable. Ahora, en un mismo
día tenés en tres o cuatro lugares una di-
ferencia de precios de hasta veinte
pesos.
—Salir a comer no puede ser nunca
tan barato pero lo que la gente busca
es calidad.
—Exactamente.
—Si comiste mal es peor que si te co-
braron poco.
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s
—Sí, y ya desde 1991 soy concesionario
del Club Sirio Libanés. Ahí ya viene mi
hijo Marcelo. Él empezó a estudiar la
gastronomía moderna, marketing,
idioma, cursos de vino, tomar el color, el
sabor, el olor.
—Algo que no entiendo es por qué no
se sirve el vino en copa. Si vos me
servís unas rabas como entrada a lo
mejor quiero un vino blanco. Pero,
después te pido un lomo y prefiero un
malbec. Nadie puede pedirse una bo-
tella de cada cosa. ¿Por qué no se
sirve en San Juan la copa?
—Hay mujeres que piden una copa de
vino, yo les sirvo.
—En buena hora. ¿Se toma vino de
acá o de Mendoza?.
—Antes salían todos los vinos mendoci-
nos, ahora son sanjuaninos. A mi le
En su firma predomina el apellido, otorgando gran impor-
tancia a los asuntos laborales o sociales.
Se presentan signos de posible impaciencia y ansiedad.
Se detectan rasgos de autocontrol, dominio de los impul-
sos, cautela y autovigilancia.
El tamaño de las letras es normal, manifestando una co-
rrecta autoestima. Sería una persona que reconoce tanto
sus fortalezas como debilidades.
Su firma es ligada, marcando fluidez de pensamiento,
sentimiento y acción.
Se observa necesidad y facilidad de relación social, per-
sona extrovertida con predominio de las facetas sentimen-
tales.
Se revela tendencia al optimismo, espíritu de superación y
de perfeccionamiento. Habría confianza en el éxito y en sí
mismo, nivel de aspiraciones medio a elevado.
Marcada capacidad creativa y de imaginación.
Su nivel de energía vital es normal y moderado.
Se detectan indicadores de actividad vivaz. Posible nece-
sidad de alcanzar los objetivos personales en el menor
tiempo posible.
El perfil
psicografológico
Por: Elizabeth Martínez
Grafoanalista
La foto es de 1969.Ya
era famosa, especial-
mente por la publicidad
que realizaba para el
jabón Cadum, “un
shock” de frescura y
limón. Susana Gimé-
nez estuvo en San
Juan y se hospedó en
el Hotel Nogaro. En la
foto aparece junto a su
pareja de esos años,
Héctor Caballero y un
muy joven “Palito” Gon-
zalez, entonces maitre
del Nogaró.
Palito Gon-
zález junto a
Graciela Al-
fano y su
esposo
Dante Ca-
pussoto