Viernes 3 de marzo de 2017
Menos uvas, menos bodegas
L
a baja competitividad no solo
afecta a los viñateros sino tam-
bién a las bodegas. “De 214 bo-
degas inscriptas en el INV, el año
pasado solo trabajaron 114 y este año
no vamos a llegar a 100. Llegamos a
tener 500 bodegas pero los bodegue-
ros no pudieron tecnificarse con acero
inoxidable o temperaturas controladas
porque la situación de rentabilidad no
se los permitió”, asegura Juan José
Ramos, presidente de la Asociación
de Viñateros Independientes.
“Se otorgan beneficios impositivos a
los grandes que manejan el mercado y
no hay interés para que resurjan los
escalones más bajos. La falta de in-
versión va a hacer que se reduzca sig-
nificativamente la cantidad y variedad
de uva”, señaló otro especialista en el
tema.
S
egún las opiniones consultadas, la producción de pasas y de
uva en fresco son dos de los mercados más prometedores,
que sin embargo no reciben la suficiente atención para despegar
.
“Hay un mercado creciente de uva en fresco pero el rubro
está mal porque de los 70 millones que exportábamos hace
10 años, este año no vamos a superar los 5 millones. Perú,
en el mismo período en que nosotros caímos, aumentó 10
veces las exportaciones y Chile también. Tiene que ver con
una decisión política porque acá se invirtió en una estructura
de frío carísima y ahora está parada”,
dice Juan José Ramos,
que recuerda que en este marco se fueron de San Juan empre-
sas como Expofrut y Patagonia.
Un escenario similar tiene el mercado de la pasa, que a pesar de
las enormes posibilidades no termina de despuntar por falta de
producción en cantidad.
“La helada se llevó casi el 80% de la
producción provincial de las uvas que se usan para el mer-
cado externo. Los paseros pagaron poco precio y algunos
productores mandaron a hacer mosto. Por eso no vamos a
poder cubrir lo que exportamos tradicionalmente”,
explica
Ramos. El productor asegura que San Juan
“puede ir mucho
más allá en este rubro porque la producción orgánica tiene
mucho peso en los mercados pero para iniciar una negocia-
ción con países como China hay que tener mucha más uva”.
H
ace un año, los gobiernos de Mendoza y San Juan no lo-
graron ponerse de acuerdo, por primera vez en 22 años,
para firmar el acuerdo vitivinícola que establece el porcentaje
de uvas que debe destinarse a mosto.Las diferencias entre
ambas provincias surgieron a principios de 2016, cuando se
conoció que Mendoza quería incorporar un sistema de “com-
pensaciones” o “excepciones” al cupo de mosto, que consis-
tía en que los productores que exporten determinada
cantidad de vino pueden eludir la obligación de hacer mosto
que prevé el Tratado Interprovincial.
Hoy Juan José Ramos asegura que Mendoza vuelve a in-
cumplir el convenio con “un acuerdo que firmaron los indus-
triales y el gobierno de Mendoza para volver a poner las
compensaciones”. Para el viñatero,
“hoy debería hacerse
un convenio sobre uvas comunes porque quien tiene uva
tinta, no va a destinar el 30% para mosto por el buen pre-
cio y la escasez de esta uva en este momento”.
Además, Ramos indicó que hay preocupación debido a que
“el costo de producción de una uva común es alrededor de 5
pesos y se está hablando de un precio de 3 pesos porque los
mosteros dicen que no pueden pagar más porque en el mer-
cado internacional tiene otro precio”.
Viñateros: ¿en
peligro de extinción?
Pasas y uva en fresco,
en la cuerda floja
La disputa con
Mendoza por el mosto
E
l año pasado, las heladas que
afectaron a los parrales mendoci-
nos llevaron a que las bodegas de
esa provincia recurrieran masivamente a
los productores sanjuaninos para salvar
el año. Así, los precios experimentaron
un repunte considerable y la ganancia
fue mayor para los que venían per-
diendo desde hace años.
“Los viñate-
ros que se quedaron con vino del año
pasado, hicieron muy buen negocio,
al punto que hoy no necesitan finan-
ciación. Siempre necesitan plata pero
actualmente no están tan desprotegi-
dos porque la uva en enero de 2016
valía $1,10 y al final de la cosecha
costaba $2,50 o 3”,
explicó Marcelo
Ureta, que puso énfasis en que la dife-
rencia se debe a esta coyuntura particu-
lar.
Si bien todos reconocen esta mejoría,
algunos ven con peores ojos la situación
actual de los viñateros. “Si no hay un
cambio estructural en la industria, los
pequeños productores van a desapare-
cer y cada vez habrá más parrales
abandonados.
La actividad hace tiempo no resulta sus-
tentable y los productores están muertos
porque las grandes bodegas manejan el
negocio y a nivel nacional no hay una
política integral”, dijo un referente con-
sultado. Según este experto, “algunas
empresas que se dedican al vino y a la
soja están invirtiendo para concentrar
más el mercado y el sueño de muchos
productores es venderle a estas marcas
para deshacerse del estrés de esta acti-
vidad”. En este sentido, resaltan que
también
“se perdió la cultura de traba-
jar en la vid por lo que implica a nivel
climático y por los bajos precios que
se pagan”.
Para Ramos, la escasa participación del
productor en las ganancias se debe
tanto a los impuestos, que “representan
el 40% del precio final, como a quienes
manejan el fraccionamiento y la comer-
cialización final”
. “Los hipermercados
realizan la mayor parte de la comer-
cialización y remarcan la botella en la
góndola con un 30%”,
asegura.
En este contexto, algunos terminan re-
curriendo a prestamistas, en unajugada
que más de una vez termina perjudicán-
dolos. Sin embargo, Pedro Pelegrina,
actual presidente del Consejo Profesio-
nal del Enólogos, asegura que no es
una práctica frecuente.
“El productor
es una raza del minifundio que tra-
baja todo el día. Cuando tiene buen
precio hace una mejora y cuando no,
trata de subsistir”.
19
Pasa a página siguiente
s