El Nuevo Diario - page 14-15

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Viernes10 de marzo de 2017
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¿Qué son las geishas? ¿Se prostituyen? ¿Venden la virginidad?
¿Pueden casarse?¿Cuáles son los pasos para alcanzar ese grado? Una
nota que explica los aspectos de una profesión y destruye algunos mitos.
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El misterio
de las geishas
Esposos, hijos y amantes
en la vida de un geisha
Una geiko atiende a un hombre de negocios en un encuentro
en Gion (Kioto).
Mujeres vestidas
como maiko (aprendi-
ces de geisha)
en Kioto(Japón).
Una verdadera geisha pasa años
de entrenamiento en su arte.
Aprenden a tocar instrumentos
musicales tradicionales y el domi-
nio de la antigua danza.
Lo que llama la atención en una geisha, y que
nunca falta, es el color rojo. El rojo simboliza la
fertilidad, y es utilizado en estas mujeres incluso
en la ropa interior para proteger los órganos re-
productivos y demostrar que están sanos.
Un tatuaje de geisha representa el sím-
bolo de la feminidad, el poder y la mís-
tica. Como si de una orquídea rara se
tratase, la geisha es famosa por su be-
lleza, pero a la vez se convierte en algo
inalcanzable, casi etéreo. Para muchas
personas que eligen este diseño repre-
senta también la serenidad y la paz
Tatuajes
s
Peinado
s
Maquillaje
s
Vestimenta
S
e conoce como
geisha
al término
japonés que significa
“artista”
,
formado por los
fonemas
“Gei”
que significa “arte y
habilidad”, y
“Sha”
que expresa “per-
sona”.
Las geishas son mujeres. Antiguamente
también existían geishas masculinos, con
formaciones en diferentes artes como mú-
sica, danza, que se dedicaban a entrete-
ner los clientes o invitados en banquetes,
ceremonias de té o en cualquier otro local
privado o público.
En vista de la miseria y hambruna que vi-
vían algunos campesinos de la época, las
niñas eran vendidas a las Okiyas –casas
donde vivían las geishas-, bajo la tutela
de la geisha anciana, conocida como
Okaasan, que en español significa “madre
en japonés”.
Para llegar a ser aquella mujer que entre-
tiene y hace compañía a los hombres
debe primero superar dos etapas:
l
Shikomi
, período hasta que cumpla los
15 años de edad, en el cual se dedica a
las tareas domésticas e iniciaba clases de
canto, danza, postura, modales, entre
otras.
l
Maiko
, etapa que antecede a la geisha,
y se realiza una ceremonia conocida
como omisedashi que representa el debut
de la maiko, la cual debe de continuar con
su etapa de aprendizaje guiada por onee-
san (hermana mayor).
Superadas estas etapas, ya es conside-
rada
Geisha
, una vez celebrada la cere-
monia Mizuage –venta de su virginidad-,
aproximadamente a los 20 años de edad,
ya es vista como una mujer madura, bajo
los ojos de la Okaasan.
En consideración a lo anterior, después
de la Segunda Guerra Mundial, se prohi-
bió la venta de las niñas, y actualmente
todas las geishas que aún existen en
Japón son por decisión propia para man-
tener la tradición.
También, las Maikos
pasaron a tomar la decisión de mante-
ner o no relaciones sexuales. Es de re-
saltar que las geishas no son
prostitutas, en virtud de que la princi-
pal función de una geisha no es ganar
dinero a cambio de mantener relacio-
nes sexuales con sus clientes, sino
por acompañar y entretener al público,
la mayoría hombres pero también hay
femenino.
Por último, la geisha ha servido de inspi-
ración para diversas producciones artísti-
cas, dentro de las mismas se puede
destacar la “Opera Madame Butterfly”, de
Puccini; la película de “Memorias de una
geisha”, del director Rob Marshalla, ba-
sada en el best-seller homónimo de Ar-
thur Golden, publicado en 1997.
El símbolo de geisha representa parte de
la cultura en el mundo oriental. La geisha
representa la fuerza, delicadeza, mística
e inteligencia, así como también para al-
gunos individuos simboliza la paz y sere-
nidad.
Los tatuajes de geisha son bastantes co-
munes en las mujeres, aunque también
es solicitado por los hombres, en vista de
que es un ejemplo de la cultura, siendo
una persona íntimamente ligada al mundo
de las artes.
En una época usaban el cabello suelto,
luego comenzaron a usar cabello reco-
gido, en forma de moño. Por último, deci-
dieron utilizar pelucas de pelo natural,
llamadas en japonés katsura, con ador-
nos como: peineta de ébano, acompa-
ñada de una horquilla decorada con una
perla de jade, o peineta de caparazón de
tortuga, acompañada de una horquilla con
una perla de coral.
Generalmente, la geisha utiliza el maqui-
llaje tradicional de la Maiko, base blanca
(originalmente hecha con plomo) en cara,
torso y cuello, y las mejillas llevan polvo
de color rosa claro. En cuanto a sus ojos,
llevan una línea negra dentro y fuera, y la
parte de afuera del ojo la maquilla de un
profundo rojo.
Sus dos labios van pintados de rojo en su
totalidad.
Los kimonos son hechos a mano, y a la
medida. En comparación a las Maikos,
utilizan kimonos mucho más discretos,
con estampados más apagados, pero su
modelo y color es en relación a la esta-
ción del año, ya que en el invierno usan
kimonos forrados.
La geisha utiliza sandalias de suela baja
de madera y laca, llamadas zori y en inte-
riores llevan sólo calcetines, llamados en
japonés tabi. Por su parte, en zonas ne-
vadas las geishas utilizan zuecos de ma-
dera, lo que es lo mismo geta en japonés.
L
a geisha puede contraer matrimo-
nio, pese a que la gran mayoría
prefería retirarse antes de ca-
sarse, y podían tener hijos fuera del ma-
trimonio. También ahora pueden ir a la
universidad y se cree que son total-
mente libres de elegir un novio o
amante.
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Mientras que es conocido que los com-
promisos generalmente incluyen coque-
tear e incluso bromas sugerentes (no
obstante codificadas en maneras tradi-
cionales), todavía se mantiene el de-
bate debido a cierto secretismo
encubridor que trata como tabú el tema
de las actividades sexuales y que se ve
amparado por el propio hermetismo so-
cial japonés para discutir abiertamente
temas de esta índole.
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Algunos afirman que nunca incluyen ac-
tividad sexual, que una geisha no es pa-
gada por sexo y que algunas pueden
elegir tener una relación que incluya el
sexo con algún cliente fuera de su rol
como tal. Sin embargo, tales afirmacio-
nes siguen discutidas por otros que afir-
man lo opuesto.
Fue tradicional para las geishas tener
un danna, o amante. Un danna era ge-
neralmente un hombre adinerado, algu-
nas veces casado, que tenía recursos
para financiar los costos del entrena-
miento tradicional de la geisha y otros
gastos considerables. Aunque una
geisha y su danna podrían estar ena-
morados, la relación está sujeta a la ca-
pacidad del danna de entregar algún
aporte financiero. Los valores y conve-
nios ligados a este tipo de relaciones no
son bien comprendidos, incluso entre
los japoneses.
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Se especula sobre la venta de la virgini-
dad de las geishas y de su cuerpo a un
solo cliente (hasta que el danna se can-
sara y entonces se buscaría otro). La
publicación de la novela Memorias de
una geisha generó gran polémica sobre
este tema, porque aumenta el debate
sobre si las geishas venden o vendían
su virginidad.
Por el contrario, la ceremonia se cele-
braba poco antes del erikae y consistía
en visitar a todos los clientes y clientas
más cercanos, agradecerles el cuidado
prestado durante el aprendizaje de la
Maiko y finalmente, entregar un dulce
japonés a cambio de ayuda financiera.
lll
Al contrario de como se suele afirmar, la
geisha no atiende solamente hombres.
Desde sus inicios también tenía clientas
con las cuales forjaba relaciones tal
como con un cliente masculino. Incluso,
muchas veces se celebraban cumplea-
ños infantiles o adultos con geishas
como compañía.
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