vidriera
Viernes 27 de octubre de 2017
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La inmigración gitana
en Argentina
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El fascinante mundo
de los gitanos
E
l origen de los gitanos es todavía
hoy objeto de controversia. Exis-
ten varias razones que explican la
oscuridad que envuelve a este
asunto.
En primer lugar, la cultura gitana es
fundamentalmente ágrafa y despreo-
cupada por su historia, de manera que no
han conservado por escrito su proceden-
cia.
Su historia ha sido estudiada siempre
por los no romaníes, con frecuencia a
través de un tamiz fuertemente etnocen-
trista.
Los primeros movimientos migrato-
rios datan del siglo X, de manera que
mucha información se ha perdido.
Es importante señalar también que
los primeros grupos de gitanos llega-
dos a la Europa occidental fantaseaban
acerca de sus orígenes, atribuyéndose
una procedencia misteriosa y legendaria,
en parte como estrategia de protección
frente a una población ante la que eran
minoría, en parte como puesta en escena
de sus espectáculos y actividades.
Otro problema es que no existe una
delimitación clara dentro de la propia
comunidad (ni fuera) acerca de quién es
gitano y quién no lo es. Es decir, la deno-
minación gitano puede en ocasiones no
ser estrictamente étnica, sino socioeconó-
mica: en ocasiones se tiene por gitano a
una persona de extracción muy humilde,
no habiendo sido sus progenitores tenidos
por tales en su día.
En el siglo XVIII, el estudio del idioma ro-
maní, propio de los gitanos, confirmó que
se trataba de un idioma índico, muy simi-
lar al panyabí o al hindi occidental. Esto
indicaba que el origen del pueblo gitano
se halla en el noroeste del subcontinente
indio, en la zona en la que actualmente se
encuentra la frontera entre los Estados
modernos de India y Pakistán. Este des-
cubrimiento lingüístico se ha visto además
respaldado por estudios genéticos.
lll
La procedencia de los gitanos ha sido ob-
jeto de todo tipo de fantasías. Han sido
considerados descendientes de Caín, o
relacionados con la estirpe de Cam. Algu-
nas tradiciones los han identificado con
magos caldeos de Siria, o con una tribu
de Israel extraviada en el Egipto faraó-
nico. Una antigua leyenda balcánica los
hace forjadores (o ladrones) de los clavos
de Cristo, motivo por el cual habrían sido
condenados a errar por el mundo, si bien
no hay ninguna prueba que sitúe a los gi-
tanos en Oriente Medio en esa época.
lll
Los estudios genéticos y lingüísticos pare-
cen confirmar que los rom son originarios
del subcontinente indio, posiblemente de
la región del Panyab. La causa de su
diáspora continúa siendo un misterio.
Unas teorías sugieren que fueron origina-
riamente individuos pertenecientes a una
casta inferior reclutados y enviados a lu-
char al oeste contra la penetración musul-
mana. O tal vez los propios musulmanes
conquistaron a los rom, los esclavizaron y
los trajeron al oeste, donde formaron una
comunidad separada. Esta última hipóte-
sis se basa en un relato de Mahmud de
Ghazni, que informa de 50.000 prisione-
ros durante una invasión turco-persa del
Sindh y del Panyab. Por qué los rom es-
cogieron viajar al oeste en lugar de regre-
sar a su tierra constituye otro enigma,
aunque la explicación puede haber sido el
servicio militar bajo dominio musulmán.
lll
Lo que es aceptado por la mayoría de los
investigadores es que los romaníes po-
drían haber abandonado la India en torno
al año 1000 y haber atravesado lo que
ahora es Afganistán, Irán, Armenia y Tur-
quía. Varios pueblos similares a los gita-
nos viven hoy en día en la India,
aparentemente originarios del estado des-
értico de Rayastán, y a su vez, poblacio-
nes gitanas reconocidas como tales por
los propios gitanos habitan todavía en
Irán con el nombre de lurios.
lll
«Atsinganoi» fue un término usado tam-
bién para referirse a adivinadores ambu-
lantes y ventrílocuos y hechiceros que
visitaron al emperador Constantino IX en
1054. Un texto hagiográfico (Vida de San
Jorge anacoreta) refiere cómo los «atsi-
gani» fueron llamados por Constantino
para ayudarle a limpiar los bosques de
fieras. Más tarde serían descritos como
hechiceros y malhechores y acusados de
intentar envenenar el galgo favorito del
emperador. La extensión de ese término
generaría los modernos sustantivos tzi-
gane, Zigeuner, zingari y zíngaros.
Idioma y
persecuciones
Desde su llegada a tierras europeas, uno
de los rasgos de la comunidad gitana que
más llamó la atención de los demás pue-
blos era su extraño idioma, muy diferente
de los hablados en Europa.
Uno de los primeros o el primer docu-
mento en que se propone identificar el
idioma romaní como un idioma indio es un
trabajo de Szekely de Doba en la Gaceta
de Viena en 1763.
lll
Se puede calcular que aproximadamente
la mitad del patrimonio genético gitano es
parecido al de los grupos europeos cir-
cundantes.
Movimientos migratorios de los gitanos en
Europa entre los siglos XII y XVI.
A causa de las incesantes guerras entre
bizantinos y pueblos tártaros y turcos, los
gitanos iniciaron una nueva migración, la
primera que está documentada. Las evi-
dencias lingüísticas permiten reconstruir
esta nueva peregrinación. Partiendo de
que los gitanos habrían abandonado la
India y de allí habrían pasado a Irán y el
norte del mar Caspio, se supone que más
tarde habrían tomado dos rutas. La pri-
mera, desde Armenia hasta Bizancio (lo
que explicaría la presencia de vocabulario
grecobizantino en el idioma de los gita-
nos), la otra, a través de Siria y Oriente
Próximo y el Mediterráneo (de la cual
quedarían vestigios de vocabulario
árabe). Tras su estadía en los Balcanes,
el idioma gitano absorbió vocabulario ger-
mánico, pero la ausencia de este resto lin-
güístico en los gitanos españoles hace
sospechar que la migración se dividió en
dos antes de ese asentamiento centroeu-
ropeo. Una se habría dirigido hacia el
H
ace referencia al movimiento migra-
torio de personas de origen romaní,
mayormente conocidos como
gitanos
,
hacia la República Argentina.
Actualmente la población gitana en Argen-
tina se calcula en aproximadamente
300.000 personas, convirtiéndola en una
segunda mayor comunidad gitana
en América Latina, después de Brasil.
En la Argentina se dividen en dos grandes
grupos: el
grupo “Rom”
y el
grupo
“Ludár”
. Los gitanos del grupo Rom lla-
man “boiás” a los gitanos del grupo Ludár;
y éstos llaman “burbéts” (desde
gurbetçi
-
“forastero”, en idioma turco) a los gitanos
del grupo Rom.
oeste, al interior de Europa, y otra hacia el
sur, hacia Siria. La primera rama se ha-
bría extendido por todo el continente eu-
ropeo, mientras que la segunda habría
cruzado África del Norte para reaparecer
en Europa tras cruzar el estrecho de Gi-
braltar en el siglo XV, reencontrándose
ambas corrientes migratorias en algún
punto del sur de Europa. De esta manera,
la llegada de los gitanos a la península
ibérica es también un asunto controver-
tido que analizaremos más adelante.
lll
Lo cierto es que la migración fue masiva y
extraordinariamente rápida, siendo objeto
de una acogida desigual. En el siglo XV
comienza a encontrárselos por todas par-
tes, y los documentos multiplican los testi-
monios de su presencia por toda Europa,
que ha sido estudiada prolijamente.
lll
Cuando tuvo lugar el descubrimiento de
América, en 1492, los gitanos ya estaban
esparcidos por toda Europa, donde a
pesar de una buena acogida inicial co-
menzaron a ser perseguidos, marginados,
expulsados, severamente castigados, es-
clavizados (como en Rumania, donde la
esclavitud gitana no fue abolida hasta
1864) o simplemente exterminados. El
desencuentro entre los no gitanos y los gi-
tanos perduraría desde el siglo XVI hasta
la actualidad.
lll
A partir de finales del siglo XVI se sucede-
rán en toda Europa pragmáticas, leyes y
decretos contra el modo de vida de los gi-
tanos, estando al borde de la extinción
tras la Gran redada de 1749. La dinámica
de estas disposiciones será contradictoria
(se los obliga a sedentarizarse al tiempo
que se les impide la entrada en muchas
ciudades, se los obliga a asimilarse al
tiempo que se los concentra en determi-
nados barrios, se los obliga a trabajar en
oficios reconocidos al tiempo que se les
impide la entrada en los gremios….
La tenacidad de los gitanos, sus estrate-
gias de ocultamiento, de multiocupaciona-
lidad (como la llama Teresa San Román),
de seminomadismo o itinerancia circuns-
crita, de adaptación a las circunstancias
cambiantes de la legislación, la capacidad
para cruzar fronteras o para aliarse en
ocasiones con la población autóctona rea-
lizando trabajos imprescindibles, hacen
que los gitanos de toda Europa se resis-
tan a la asimilación
y conserven sus
propios caracteres culturales más o
menos intactos hasta la actualidad.
Llegan a América
El salto de los gitanos hacia América co-
rrió parejo a la propia diáspora de los eu-
ropeos. Se emprendió entonces una
nueva migración. Está plenamente esta-
blecido que en 1498, Cristóbal Colón, en
su tercer viaje, embarcó a cuatro gitanos
que pisaban el nuevo mundo. Se sabe
también que Inglaterra y Escocia enviaron
remesas de gitanos a sus colonias ameri-
canas de Virginia, en el siglo XVII y Lui-
siana. La práctica de la deportación a
América fue seguida ese mismo siglo por
Portugal. Según este autor, los gitanos
españoles solamente podían viajar a
América con permiso expreso del rey. Fe-
lipe II decretó en 1570 una prohibición de
entrada a los gitanos en América, y or-
denó el regreso de los ya enviados. Se
conoce el caso de un herrero gitano
(Jorge Leal) que consiguió autorización
para viajar a Cuba en 1602. Habría que
esperar a la pragmática de 1783 para que
los gitanos tuviesen permiso de residen-
cia en cualquier parte del reino.
Según los informes del Banco Mundial en
Europa hay una población de 7 a 9 millo-
nes de gitanos, de los que alrededor de 2
millones viven en Rumanía, aunque por-
centualmente la presencia más alta del
pueblo gitano es la de la República de
Macedonia, donde representan el 11% de
la población. La mayor parte de la pobla-
ción gitana de Europa Central en la zona
balcánica vive con menos de 3 euros dia-
rios por persona y un 89% de los gitanos
de Bulgaria no han podido cursar estudios
primarios.
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Gitanos en
el
puerto de Bue-
nos Aires
, a
bordo del Re
Umberto, en
1919
Grupo de
danza gi-
tana.