El Nuevo Diario - page 19

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e supone que cuando uno elige
un símbolo de algo, se lo
asume, se lo respeta y, sobre
todo, se lo cuida. Es decir, se lo
enaltece siempre que se pueda ya
que representa ese algo. Hay símbo-
los emblemáticos, como es la Torre
Eiffel para París; los colores azul y
amarillo lo son de Boca y, en otro
nivel, las banderas y escudos de
cada lugar. Son, precisamente, los
representantes de ese lugar, terruño
o la parcialidad que sea.
En San Juan tenemos un campanil,
el de la catedral, que es una imagen
característica de la ciudad. Lo es
per se y porque, además, el propio
municipio lo ha adoptado como em-
blema característico de aquí. Así
está difundido y así está publicitado,
tanto para nosotros como para el tu-
rismo. Es decir que, quien llega
aquí, levanta la vista para ver ese
campanil de los folletos. Primero ve
su figura toda, luego mira el reloj y,
ahí nota que su reloj nunca está en
hora. Pasa una vez y otra y el
asunto es que no se arregla. No sé,
ni tengo por qué saberlo, a quien le
corresponde hacerlo andar bien. Se
me dirá que es responsabilidad de la
iglesia porque es la dueña del edifi-
cio. Se puede decir que es el muni-
cipio que se aprovecha de su imagen
discrecionalmente. Tal vez sea el re-
lojero suizo que lo mantenía; quizás,
el observatorio astronómico que no
lo pone en hora, o la universidad de
no sé dónde que no pone los maes-
Viernes 18 de diciembre de 2015
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Laboratorios de
Investigaciones Forenses
Tiempo nuestro
TEMAS DE LA JUSTICIA
Escribe
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s
tros relojeros a solucionar el tema.
No sé si le falta algún elemento,
pieza o lo que sea de importación;
tampoco sé si es caro o barato ha-
cerlo andar bien, como un reloj. Lo
que sí sé es que más que “El reloj
del Campanil”, es el símbolo de
nuestra ciudad y cuando veo a los
turistas señalarlo y hacer malos ges-
tos porque ni siquiera está como co-
rresponde, me duele.
Como muchas cosas en la vida, no
es solo cuestión de dinero, que es lo
primero que se dice. Es cuestión de
ganas; de querer lo nuestro; de sal-
tar cotos de unos y de otros; de
sumar interés para ver cómo ha-
cerlo andar bien. Aquí, como en
cualquier lugar del mundo, cuando
se quiere, se puede. Qué lástima,
entonces, porque parece que no lo
queremos, que no nos interesa, que,
simplemente, refleja el andar de
nuestro tiempo.
pecto al posterior mantenimiento y ad-
quisición de insumos, labor para la
cual la herramienta que constituye la
Red Nacional de Ciencias Forenses,
creada por el Consejo Federal de Polí-
tica Criminal de los Ministerios Públi-
cos de la República Argentina, resulta
ser vital para evitar los abusos de los
proveedores.
Sirve, también, esa Red para la ca-
pacitación del recurso humano,
para ello se está articulando con el
Ministerio de Ciencia, Tecnología e In-
novación Productiva de la Nación, con
el cual los Consejos han firmado los
correspondientes Convenios.
Es decir, la puesta en funciona-
miento de un Laboratorio es un acto
sumamente complejo que requiere de
conocimientos, voluntad de aprender,
humildad para ello, mucha vincula-
ción con las demás jurisdicciones, y
por sobre todo, amplitud de criterio y
de espíritu que supere la media.
Prueba de lo que se dice ha sido la
presencia en San Juan del
Ing. Pedro
Dilmar Villagrán, profesional del Mi-
nisterio Público Fiscal de la Provin-
cia de Salta,
quien, a nuestra solicitud,
se prestó para compartir conocimien-
tos con los profesionales locales.
Se ha presentado públicamente la
aparatología que dará vida a un pró-
ximo Laboratorio de Investigaciones
Forenses en la Provincia de San Juan.
Junto a ello, claro está, se ha dado a
conocer la obra civil –el edificio- donde
funcionará dicho laboratorio.
Bueno es recordar que la aparatolo-
gía, toda ella, ha sido donada por los
Consejos que nos agrupan a la totalidad
de los Procuradores y Fiscales Genera-
les del País,
como parte de un proyecto
integral comprensivo de todas las re-
giones y todas las provincias del país
.
Bueno es asumir que, hasta hoy, lo
que existe es un edificio y la aparatolo-
gía, supuestos indispensables para
armar un laboratorio,
pero no sufi-
ciente.
El recurso humano
será fundamen-
tal, ello por cuanto un Laboratorio Fo-
rense es distinto a todo otro,
requiriéndose una preparación y capa-
citación de excelencia, idoneidad téc-
nica y científica y, creo yo, en esta etapa
fundacional,
juventud
, de modo tal de
asegurar no solo el presente sino el fu-
turo de la inversión.
Protocolos de Actuación uniformes
con otros Laboratorios, validación,
certificaciones,
serán otros requisitos
que harán al prestigio del Laboratorio.
Importa y mucho la planificación res-
Eduardo Quattropani*
Escribe
ALGO DE ALGUIEN
* Vicepresidente Consejo Federal de
Política Criminal de los Ministerios
Públicos de la República Argentina
LA COLUMNA DE LA TANA
s
s
Escribe
Alejandra Araya*
Hoy: Yo vivía en un bosque
Zooilógico
-Tiene que aprender a compartir. Uds
no están en todo el día, se queda con
la empleada, no tiene hermanitos.
Les sugiero que adopten una mas-
cota.
-Va a un jardín…
-Eso es un ratito. Ella necesita inte-
ractuar con otros.
La Psicóloga recién recibida en la
Universidad, les hablaba a Cecilia y
Gustavo, los papás de Luana que, con
4 años, había mordido, pegado y co-
mido la merienda a todos sus compa-
ñeritos de la sala roja.
Pero un día,
vino la madrina con su jaula y le
trajo un gatito. Vacunado, desparasi-
tado y rescatado del oprobio humano
que, junto a cuatro gatitos más,
había sido abandonado.
Santi fue el nombre que Luana le puso
al gato.
En la casa le enseñaron las
piruetas y así Santi perdió su amada
libertad.
Un día, cuando los papás lle-
garon de trabajar encontraron a Santi
pintado y con un collar en el cogote.
-¿Qué pasó, Lu?
-Es que… jugamos a las modelos y…
Y Cecilia tuvo que bañarlo con
champú para sacarle el lápiz labial
rojo que tenía en su cuerpo, usar el
secador de pelo y rogar que no se en-
fermara.
-Lu, estos juegos nunca más.
Pero había otros juegos…
El de la mamá, por ej. Como a Santi
le tocaba ser bebé, Luana lo paseaba
en una mochila. La nena se fue a un
cumpleaños y el gato quedó más de
cuatro horas encerrado, hasta que a
la noche se dieron cuenta.
-¡Menos mal que era una mochila
vieja y tenía un huequito! Sino…
Frase inconclusa (¿Premonitoria?).
-
Conformate, le decía un loro viejo a
Santi, nunca el techo y la comida
han de faltar, sólo exigen que haga-
mos las piruetas y a los niños poda-
mos alegrar.
Otra vez, lo encontraron mojado y
dando estornudos. Luana lo había ba-
ñado y cuando la abuela la había ve-
nido a buscar para llevarla de
compras, lo había dejado así en el la-
vadero.
-¡Hija! ¿Por qué lo bañaste?
-No lo bañé. Estábamos jugando a la
pileta.
Como felino que era, el espíritu caza-
dor lo llamaba. Y pasó lo que por na-
turaleza, tenía que pasar.
-¿Qué tiene Santi colgando de la bo-
quita? Preguntó Luana.
-A ver… ¡ay, no! ¡Gustavo, llevate a
ese gato afuera y sacale esa rat… esa
porquería!
-¿Qué le pasa a mi gatito?
Luana lloró como político encapri-
chado por resultado adverso en las
urnas. Y, como político, no le duró
mucho. Con paciencia de monje tibe-
tano, Luana le cortó las uñas cuando
Santi dormía.
Interrogada, la niña
respondió.
-Y yo la vi a la madrina cortarle las
uñitas a su bebé… que…que… las
tenía largas y bueh… el Santi también
las tenía largas…
Había pasado algún tiempo de esa
vida pero Santi no pudo olvidarse de
su bosque ni de su ansiada libertad.
Dicen por ahí que en una noche sin
luna, alguien no puso cerradura y el
gato dejó la comodidad, laa laa lala-
laraláaaa laa lalalaraláaaa.
*Profesora en Letras y escritora
Gustavo Ruckschloss
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