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Viernes 17 de junio de 2016
Es algo extraordinario. Los
abanderados son, habitual-
mente, alumnos de quinto
año, pero detrás del prome-
dio hay otros detalles que lo
hacen un estudiante de
excepción.
N
icolás Ramírez tiene 21 años, y
una noticia lo tomó por sorpresa
a mediados de marzo pasado:
la Secretaria Académica de la Universi-
dad Católica de Cuyo le comunicaba
que era el nuevo abanderado de la Fa-
cultad de Derecho y Ciencias Sociales.
No debería ser una situación extraordi-
naria para él, de no ser porque recién
cursa cuarto año de la carrera de Dere-
cho y los abanderados son los alumnos
de quinto año.
Muchos factores incidieron en la deci-
sión de las autoridades, pero fundamen-
talmente dos: los alumnos de quinto año
no cumplían con los requisitos y Nicolás
tenía el promedio más alto (9,16), y
nunca había sido reprobado.
A partir de aquí se empieza a tejer la
historia de este alumno con evidentes
signos de no ser uno más. A los cuatro
años aprendió a escribir, en el jardín de
cinco sabía escribir el nombre de sus
compañeros y también sumar. A los seis
años leía la revista Muy Interesante y
las docentes le pedían a la mamá, por
nota, que no lo dejara leer esa publica-
ción por cuestiones pedagógicas.
Nicolás no dedica mucho tiempo al estu-
dio; es más, hay días en los que no
toca un libro. Se junta con jóvenes de su
edad y sale a compartir con ellos. Vive
en el barrio Aramburu y sus padres son
empleados del Estado. Su madre, Án-
gela Manrique, es licenciada en Cien-
cias de la Comunicación e historiadora.
Integra la Sociedad Sarmientina y tra-
baja en el Archivo General de la Provin-
cia.
Su padre, Rómulo Ramírez, tiene pen-
diente dos materias para ser Licenciado
en Ciencias de la Comunicación. Es em-
pleado de Salud Pública y tiene un se-
manario orientado a la información
gremial. Además la familia se integra
con Elías, de 31 años, y Romina, 30
NICOLÁS RAMÍREZ TIENE 21 AÑOS Y CURSA CUARTO AÑO
La historia del abanderado
de Derecho de la Católica
años. Elías es fotógrafo y Romina, do-
cente.
Nicolás ha participado en congresos y
parlamentos. Uno de ellos es el Primer
Parlamento Juvenil del Mercosur y tam-
bién recibió un reconocimiento por partici-
par en el Encuentro por el Bicentenario de
la Independencia de Paraguay.
—¿Qué promedio tuviste en la secun-
daria?
—Tuve un buen promedio pero no llegué
a integrar el cuerpo de bandera, los pro-
medios de mis compañeros eran muy
altos. Sí obtuve una medalla por mejor
promedio al terminar el ciclo básico.
—¿Por qué elegiste estudiar Derecho?
—Esto empezó cuando iba a la secunda-
ria, participaba mucho del centro de estu-
diantes, hacía de mediador cuando a un
compañero le ponían amonestaciones,
trataba que la pena fuera menor y en
casos en que creía que no correspondía
esa sanción.
—¿Actualmente militás en el centro de
estudiantes?
—No, no tenemos centro de estudiantes
en la Universidad Católica, pero sí integro
la Asamblea de Delegados, si bien no es
función propia de un centro tenemos diá-
logo con las autoridades para poder plan-
tear temas.
—¿Cómo te enteraste que habías sido
elegido abanderado?
“
”
Lo disfruto por lo
que significa portar la
bandera nacional pero
mucho más disfruto
porque disfrutan
mis viejos
—A mediados de marzo me llama un día
la secretaria Académica y me comunica la
decisión, no lo podía creer.
—¿Hay posibilidades de que el año
próximo continúes portando la ban-
dera?
—Las posibilidades están, solo debo cum-
plir con los requisitos, entre ellos no haber
sido reprobado nunca.
—¿Cómo vivís este momento?
—Lo disfruto por lo que significa portar la
bandera nacional pero mucho más dis-
fruto porque disfrutan mis viejos. Nunca lo
esperaba y nunca lo busqué, solo quería
retribuir todo el esfuerzo que hacen ellos
para que yo estudie y poder colgarles el
título.
—Además de estudiar, ¿qué otra activi-
dad desarrollás?
—Hace cuatro años que colaboro con mi
papá en el periódico que tiene, es una
manera de colaborar para que yo pueda
cubrir mis gastos.
Nicolás junto al rector de la UCCuyo, Claudio Larrea,
durante el acto en el que fue designado abanderado.
Nicolás es el menor de tres hermanos.
Elías tiene 31 años y Romina, 30.
Nicolás junto
a su papá,
Rómulo
Ramírez, y su
mamá, Ángela
Manrique.
El intendente de Rivadavia, Fabián Martín,
le entregó una distinción por su promedio.
