M
ientras la televisión, los familiares
y las nuevas tendencias sociales
asedian a los padres con infini-
dad de consejos para educar a sus hijos,
muchos adultos se ven abrumados por la
amplitud de modelos, que sugieren pautas
variadas y hasta opuestas de crianza.
¿Cuáles son las pautas básicas que ase-
guran ir por el camino correcto? A esa pre-
gunta busca responder el libro “Crianza
saludable, educando y comprendiendo a
nuestros hijos”, del pediatra Mario Pola-
cov.
Oriundo de Alta Gracia, Córdoba, y miem-
bro del Comité de Pediatría Ambulatoria
de la Sociedad Argentina de Pediatría, Po-
lacov presentará su libro en San Juan,
este sábado a las 18 en la sede de la So-
ciedad Israelita.
—¿Cuál es el equilibrio entre la riguro-
sidad extrema de épocas pasadas y la
permisividad actual?
—Las pautas modernas de vida desplaza-
ron principios que eran considerados cen-
trales en la crianza. Es el caso del
concepto de autoridad, que ponía a los pa-
dres en una situación de supremacía en
relación a los hijos, en base a una relación
asimétrica. Esa relación tiene que ser asi-
métrica. El paradigma de épocas pasadas
era el miedo a los padres y la consigna ac-
tual parece ser el miedo a los hijos. Pasa-
mos pendularmente de un extremo a otro
sin considerar que en ambos hay cosas
buenas y que de esa conjunción podría re-
sultar un producto mucho más adecuado.
—¿Qué cosas pueden decidir los niños
y en qué cosas los padres deben impo-
ner su autoridad?
—El objetivo de la crianza es lograr que
los niños sean capaces de tomar decisio-
nes y desarrollar un juicio propio. Eso se
“
”
El objetivo de la crianza
es lograr que los niños
sean capaces de tomar
decisiones y desarrollar
un juicio propio
“
”
Es fundamental que no
les falte un abrazo, un
consejo y sobre todo la
presencia. Además es
bueno que tengan tiempo
libre para aburrirse
Viernes 21 de octubre de 2016
desarrolla con la práctica. Desde que
son muy pequeños podemos plantearles
la posibilidad de elegir entre dos opcio-
nes. Si un niño se tiene que poner una
remera, podemos darle a elegir el color.
Cuando sean más grandes tendrán dis-
tintas opciones pero la posibilidad de ele-
gir siempre debe estar. Muchas veces
queremos que los hijos vayan por un ca-
mino llano y sin obstáculos, del error
también se aprende.
—¿Es conveniente explicar por qué
se toma cada decisión o hay cosas
que no hay que explicar?
—El ejercicio de la autoridad está en fun-
ción de la edad del chico. Hasta los 7
años los niños necesitan una autoridad
impositiva. Los padres tienen que impo-
ner determinados parámetros aunque
haya objeciones y los chicos no estén en
condiciones de entenderlos. Desde los 8
hasta los 12 o 13 años se necesita una
autoridad educativa, en la que se pro-
cura la argumentación de las ideas y el
debate de consignas para que se interio-
rice un aprendizaje. Después del desa-
rrollo puberal, a los 13 o 14 años, el
concepto es la libertad controlada, los
papás tienen que conceder ciertas liber-
tades pero estar siempre cerca.
—¿Es aconsejable que estén ocupa-
dos en actividades o que tengan más
tiempo libre en la casa?
“El apego se logra
de día y no cuando
el niño duerme”
16
MARIO POLACOV, MÉDICO PEDIATRA
—Más allá del deporte o la actividad, es
fundamental que no les falte un abrazo,
un consejo y sobre todo la presencia.
Además es bueno que tengan tiempo
libre para aburrirse. El aburrimiento es
una oportunidad creativa, permite desa-
rrollar la inventiva. La tecnología ha per-
meado todos los grupos y culturas y hay
que aprender a convivir con ella. Pero
hay que cuidar el uso que hacen los chi-
cos de las redes porque pueden darse
situaciones invasivas. Hay una gran co-
modidad por un entretenimiento que los
tiene seducidos como un chupete men-
tal o como niñera tecnológica. Es una
forma de mantenerlos quietos, tranquilos
y callados. El uso de la tecnología ge-
nera que en muchos casos la familia
esté disgregada, cada uno con su celu-
lar aunque estén sentados en la misma
mesa.
—¿Tenemos que adaptarnos a estos
cambios o hay que intentar combatir-
los?
—Pasa como con los medicamentos,
hay que encontrarle la dosis. Una dosis
por encima de la que resulta terapéutica
genera efectos adversos. Lo más impor-
tante es asignar tiempos para determi-
nadas actividades y en redes sociales es
central la supervisión. Además no nece-
sariamente las pautas de otros hogares
deben ser copiadas. La idea es tener
una clara línea de pensamiento unifi-
cado entre ambos padres para dar un
mensaje unidireccional porque cuando
uno dice una cosa y el otro dice otra, se
genera un aprendizaje confuso.
—¿Es muy común la falta de acuerdo
entre los padres?
—Tenemos un ritmo de vida tan acele-
rado que disponer de una pausa para
pensar parece una utopía. El desafío es
invitar a los padres a hacer esa pausa y
pensar la crianza. La crianza saludable
es educar y comprender a los hijos. Los
modelos centrales para imitar son los pa-
dres y por eso es casi más importante el
trabajo que tiene que hacer un padre
sobre sí mismo que el que se hace sobre
el hijo. Hay que tratar de mejorarse como
persona y crecer para ser un espejo en el
que el niño pueda verse.
—¿Qué piensa sobre la crianza con
apego y el colecho?
—Es indudable que los niños necesitan
un vínculo de amor y cercanía con los
adultos de referencia. Pero si el colecho
está destinado a que los padres puedan
sentir la cercanía del niño, creo que tie-
nen el resto de las 24 horas del día para
estar cerca y no necesariamente cuando
duermen. Por otro lado, para el niño es
mejor tener un espacio propio porque si
no cree que los padres lo están inva-
diendo. Confundimos las ideas porque el
amor es el lazo que privilegia esta rela-
ción. Pero nos podemos transformar en
padres tóxicos si no dejamos que desa-
rrollen su propia vida y su identidad. No
acuerdo con el colecho porque además
de los riesgos para la salud, creo que,
desde el punto de vista emocional, la cer-
canía fundamental se logra de día y no
cuando se duerme.
Antes de presentar el libro “Crianza saludable”
en San Juan, el pediatra cordobés Mario Polacov
habló sobre el desafío de educar y comprender a
los hijos en un mundo signado por la tecnología y
la falta de tiempo para pensar.