El Nuevo Diario - page 12

Pésaj recuerda la liberación
y el éxodo en masa de los
judíos tras dos siglos de
esclavitud en Egipto, hace
unos 3.300 años, para luego
marchar por el desierto, guia-
dos por Moisés, hacia la Tierra
Prometida. Este suceso,
narrado en el libro del Éxodo,
es el punto central de la
historia del judaísmo porque
cristalizó su identidad nacional
y señaló su nacimiento como
pueblo.
L
a historia de Pésaj comienza con
Abraham. Cuando Dios le promete
a Abraham un heredero, Jacob,
cuya semilla sería “tan numerosa como
las estrellas del firmamento”, también le
informa sobre el largo período de esclavi-
tud que soportarían sus hijos antes de ser
un pueblo libre.
El primero de los descendientes de Abra-
ham en llegar a Egipto fue José, hijo de
Jacob, cuyo milagroso ascenso de la es-
clavitud al virreinato del país es una de las
narraciones más inspiradas de la Biblia y
se encuentra en el libro del Génesis. En la
dramática historia de José, vemos llegar a
Jacob y su familia a Egipto, empujado por
la sequía y el hambre. Su arribo a Egipto
fue una marcha triunfal cuando, tras tan-
tos años de incertidumbre acerca del pa-
radero de su amado hijo José, lo
encuentra convertido en un miembro pro-
minente de la corte del faraón.
La esclavitud
en Egipto
L
os judíos se multiplicaron en la tie-
rra de Egipto. Tras morir José y el
faraón, un nuevo monarca as-
ciende al trono. El nuevo faraón no sentía
ni amor ni simpatía hacia los hijos de Is-
rael y olvidó todo lo que José había hecho
por Egipto y toma medidas contra la in-
fluencia y el creciente número de judíos.
Empieza limitando sus libertades persona-
les, cargándolos con pesados impuestos y
reclutando a sus hombres en batallones
de trabajos forzados.
Los únicos hebreos que escaparon a la
esclavitud fueron los de la tribu de Leví, el
último de los doce hijos de Jacob en
morir. Ellos instruían a los hijos de Israel
en el conocimiento de Dios. El nieto de
Leví, Amram, tuvo tres hijos. Su primera
hija, Miriam, llegaría a ser una profetiza
del pueblo judío. El segundo niño fue
Aarón. Pero fue el hijo más joven, Moisés,
el destinado a guiar a los hijos de Israel
fuera de Egipto y a recibir para ellos la pa-
labra de Dios en el Monte Sinaí.
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Viernes 31 de marzo de 2017
PESAJ
El judaísmo se prepara para celebrar la
liberación y el éxodo hacia la tierra prometida
Moisés, el
embajador divino
E
s Moisés justamente, el intérprete
de las ansias de libertad de sus
hermanos, quien toma sobre sus
hombros la misión de terminar con su es-
clavitud y sacarlos de Egipto.
De acuerdo con lo relatado en el libro del
Éxodo, Moisés y su hermano Aarón entran
al palacio del faraón y le dicen “Así habló el
Señor: Deja salir a Mi pueblo para que
haga una fiesta para Mi en el desierto”. El
faraón se rehusó: “Nunca he oído hablar
del Dios de los israelitas”. Luego los ex-
pulsa y acusa a los hermanos de conspira-
ción y de interferir con el trabajo de los
esclavos hebreos.
Entonces Dios hace descender sobre los
egipcios una serie de plagas por interme-
dio de Moisés y Aarón ante la negativa del
faraón, quien tras cada plaga promete libe-
rar a los hebreos para luego faltar a su pa-
labra.
Finalmente, Dios ordena que cada familia
israelita sacrifique un cordero, lo coma y
pinte una señal en los marcos de su casa
con su sangre, a fin de que la última y más
terrible de las plagas pasara por alto los
hogares judíos y visite sólo los egipcios. El
vocablo hebreo Pésaj, justamente, se re-
fiere a que la plaga acaba con los primo-
génitos egipcios y quedan a salvo los
primogénitos de Israel al saltear (pasáj) los
hogares israelitas. Después de esta última
y terrible plaga el faraón cede y a media
noche, bajo la luna llena, permiten que
partan los israelitas.
La brusca partida no da tiempo a hornear
pan, por lo que las familias mezclan harina
con agua y cocinan unas tortillas chatas
sin levadura llamadas matzá y siguen a
Moisés hacia la libertad. Como recuerdo
perpetuo de esa noche, los judíos se reú-
nen la primera noche de luna llena del oto-
ñal boreal en una solemne cena ritual, el
Séder (orden) de Pésaj, en la que no se
come pan sino matzá.
El Séder de Pésaj
L
a cena del Séder de Pésaj es un
ejemplo del método educativo
judío. En primer lugar, se sirven co-
midas especiales que permiten vivenciar el
sentido de la festividad antes que transmi-
tir ideas abstractas.
Todos los años, los niños comen la matzá
y hierbas amargas –símbolo de la amar-
gura del cautiverio- y beben cuatro copas
de vino. Después vienen las razones que
explican estas costumbres.
Antes y después de la cena se lee la Ha-
gadá (relato) del cautiverio y la liberación
en Egipto. En la mesa, se reserva un sitio
para el profeta Elías y, en determinado mo-
mento, se abre la puerta de casa para reci-
birlo. Según la leyenda bíblica, Elías no
murió sino que subió al cielo en un carro
ígneo. Por eso es que se lo considera un
“viajero” entre el cielo y la tierra, el único
que conoce los secretos celestiales. Según
esta misma creencia, Elías vendrá algún
día para anunciar el arribo inminente del
Mesías y la liberación del mundo de todas
sus imperfecciones.
En el Séder, el niño menor de la familia for-
mula las Cuatro preguntas: ¿Por qué esta
noche es distinta de las otras noches?
¿Por qué comemos matzá, mordemos
hierbas amargas, mojamos nuestra comida
en salmuera? El que preside la mesa res-
ponde con el relato bíblico del Éxodo, que
explica el significado de la matzá y los
demás alimentos simbólicos.
La costumbre de derramar unas cuantas
gotas de vino recuerda cuánto sufrieron los
egipcios inocentes a causa de la dureza de
corazón del faraón. Es un brindis presidido
por la pena, por eso la copa no debe estar
rebosante.
Como muchas tradiciones judías, Pésaj se
celebra principalmente en el hogar. Según
las encuestas, es la fiesta más celebrada
por los judíos, no sólo por su mensaje teo-
lógico sino porque es una ocasión de reu-
nir a la familia con alegría.
El Séder se repite las dos primeras no-
ches. Las oraciones y comidas especiales
duran ocho días entre los judíos de la
Diáspora y siete en Israel. Sin embargo, el
mensaje que Dios favorece a los oprimidos
contra los poderosos y el relato de que
Dios liberó al pueblo hebreo de la servi-
dumbre repercute a lo largo de todo el año.
Una nota de
Ricardo Casares
l
½ taza de harina de matzá
l
½ cucharadita de sal
l
½ cubito de caldo de gallina ó ¼
taza de aceite
l
½ cebolla rallada
l
2 cucharadas de perejil (opcional)
Mezcle todos los ingredientes secos.
Mezcle las claras muy suavemente
con la cebolla y el perejil usando un
tenedor y vierta sobre los ingredien-
tes secos. Mezcle bien y manténgalo
en la heladera durante 1 hora.
Forme albóndigas del tamaño de una
nuez (mójese frecuentemente las
manos para evitar que la masa se le
pegue) y cocine en agua hirviendo
con la cacerola tapada durante unos
30 minutos. Retire con la espuma-
dera y sírvalas con el caldo de pollo.
Estas medidas dan para unos 8
kneidlaj.
Kneidalaj de harina de matzá
*Nota publicada en “El Nuevo Diario” el 11 de abril de 2003, edición 1100.
Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario judío; comienza el día de Nisán, y se celebra durante siete días
(ocho en la diáspora), de los cuales el primero y el último son días de reposo, y en los que está prohibido el trabajo cotidiano.
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