Viernes 2 de junio de 2017
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sabía del auditorio, sabía que era maravi-
lloso y la idea de estar en una orquesta
en el auditorio me fascinó así que me
vine. A los 22 años uno tiene mucha facili-
dad para moverse de un lado a otro y me
quedé, y me estoy jubilando ahora. Son
43 años de San Juan.
—¿Qué significó para ustedes ser
parte de un momento histórico?
Salvador:—
La verdad es que es una ex-
periencia muy interesante, integrar una
orquesta en formación, que generalmente
suelen ser orquestas que están bien con-
formadas con colegas de muy buen nivel
artístico, y eso era realmente interesante.
Yo en ese momento estaba casado, tenía
cuatro de mis cinco chicos, todos tucuma-
nos y moverme para San Juan me cos-
taba bastante pero era una experiencia
muy alentadora y gratificante por otra
parte.
Daniel:
—Para mí fue una enorme felici-
dad integrar la orquesta, nunca me voy a
olvidar de lo que fue tocar por primera vez
en el auditorio, sentir esta acústica increí-
ble y además, sentirme parte de un orga-
nismo que fue realmente de excelencia.
Creo que del interior del país, sin duda al-
guna, fue la mejor orquesta lejos, en
todos los sentidos fue una experiencia
maravillosa.
—¿Quiénes formaban parte de esa or-
questa?
Salvador:
—Diría que fue una especie de
seleccionado, no tan solo nacional, sino
internacional, había mucha gente de
Chile, de Uruguay, no recuerdo si de otros
países, el resto de la gente era de Tucu-
mán, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe,
algunos sanjuaninos.
Daniel:
—Los sanjuaninos no eran tan
pocos, no hay que olvidar que el núcleo
de la orquesta sinfónica fue un grupo de
cuerdas que ya venía actuando y que
diría el maestro Juan Kowalski, que fue
un gran pionero de la música en San
Juan.
—¿Qué repercusión tuvo el surgi-
miento de la orquesta en el público
sanjuanino y cómo fue evolucionando
hasta ahora?
Daniel:—
En ese momento fue un boom,
fue tremendamente convocante, los con-
ciertos estaban con la sala desbordante,
así fue durante los primeros años. Des-
pués poco a poco, como suele pasar en
San Juan, la gente se va a acostum-
brando, quizás aburriendo, y el público fue
disminuyendo, lo que motivó muchas cam-
pañas de parte de nuestra y de la universi-
dad para estimular la venida a los
conciertos, se hicieron muchísimos con-
ciertos didácticas para atraer a los más
chicos a la música. De hecho eso tuvo un
efecto muy positivo y después fue fluc-
tuando, hubo épocas con más o menos
público y en este momento tenemos bas-
tante.
—¿Cómo se sienten en esta etapa, en
la que tienen que despedirse de la or-
questa, aunque no de la música?
Salvador:—
Esta es una nueva etapa que
me toca vivir, ya no tener la dependencia
de venir en forma frecuente a los ensa-
yos, de venir a diario a estudiar una hora
antes. La verdad es que uno no se jubila
de la vida, o sea que hay un montón de
cosas para hacer, pero me tengo que ar-
monizar conmigo mismo y entender cómo
me debo mover en esta nueva etapa, sin
alejarme del instrumento, porque a la mú-
sica la amo y la amaré por toda mi vida.
Daniel:—
Lo estoy tomando con más natu-
ralidad de lo que me hubiera imaginado,
como bien dijo Salvador, no me jubilo de
la vida, ni de la música, tengo planes de
hacer música de cámara y además es-
cribo. En fin, se abren muchas perspecti-
vas, es una nueva etapa de la vida, no
resulta traumático para nada.
—¿Qué proyectos tienen?
Salvador:
—Para no desconectarme total-
mente de la música, tengo posibilidad de
formar un quinteto integrado por flauta,
oboe, clarinete, corno y fagot, con Luis
Corrado, Daniel no participa, no le inte-
resa mucho la idea. Ese es un proyecto a
nivel musical.
Daniel:—
También como proyecto, viajar
lo más posible. Mis dos hijos viven en Es-
tados Unidos así que eso implica viajes
permanentes para allá y si puedo recorrer
todo el mundo, lo voy a hacer.
—¿Qué representó la orquesta en sus
vidas?
Salvador:—
Integrar la orquesta sinfónica
es algo maravilloso, ser solista de la or-
questa también es gratificante, es un peso
más, porque uno tiene que manejar pe-
queños grupos de su especialidad. Tuve
la oportunidad de conocer mucha gente,
de la que nunca me voy a olvidar. Siento
un gran aprecio musical y humano por mi
colega Daniel y de otros más por su-
puesto. Tuve la suerte de tocar como so-
lista en la orquesta sinfónica de Buenos
Aires antes de venir a San Juan, fui solita
en la provincia de Tucumán, hasta cuando
fui convocado por el maestro Fontenla. Es
una experiencia maravillosa y faltan pala-
bras para expresar lo que uno siente.
Daniel:—
Son 43 años de mi vida, llenos
de alegrías, por supuesto también de tris-
tezas, pero profesionalmente es un orgu-
llo que siempre voy a llevar conmigo.
Los orígenes de la orquesta
L
a Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan nació
poco después de la inauguración del Auditorio Juan Victoria y la crea-
ción de la UNSJ. Nació para dotar de actividad regular y permanente
al auditorio y quien estuvo a cargo de ese proceso fue el pianista y director
de orquesta, Jorge Fontenla, quien además fue su primer director estable. El
grupo se formó sobre la base de una orquesta de cámara, que funcionaba
bajo la órbita de la Universidad Provincial Domingo Faustino Sarmiento y que
era dirigida por el maestro Juan Kowalski. El resto de los músicos fueron con-
vocados desde diferentes puntos del país e incluso de países vecinos. Ade-
más, Fontenla concibió a la orquesta como la conjugación de lo artístico y lo
educativo, por eso otorgó funciones docentes y de investigación a los inte-
grantes. De esta manera, la Escuela de Música quedaba dotada de un plantel
de destacados profesionales.
”
“
Actual orquesta: Una de las últimas
fotos de la Orquesta Sinfónica de la
UNSJ. Salvador Tallarita está entre los
cornos y Daniel Blech a la misma al-
tura, con su clarinete.
Salvador Tallarita
Daniel Blech, en la Orquesta Sinfónica de la UNSJ en la
década de 1980. El músico está en el fondo, en el medio
entre los clarinetes.
En los primeros años de la orquesta. Al fondo a la izquierda, se puede ver
a un joven Salvador Tallarita tocando el corno. En el centro de la imagen,
justo delante de los timbales, está Daniel Blech.
Diría que fue una especie
de seleccionado, no tan solo
nacional, sino internacional,
había mucha gente de Chile,
de Uruguay, no recuerdo
si de otros países
Esta es una nueva etapa
que me toca vivir, ya no
tener la dependencia de
venir en forma frecuente a
los ensayos, de venir a dia-
rio a estudiar una hora antes