“
No seamos
hipócritas;
han demostrado los
dirigentes del fútbol
que no pueden
organizar “ni un
partido a las
figuritas”.
dirigentes del fútbol que no pueden or-
ganizar “ni un partido a las figuritas”.
Que no son capaces de tomar decisio-
nes ante una crisis.
No jodamos, si el sábado hubiesen
dejado de lado las especulaciones,
chicanas y malos entendidos y hubie-
sen tomado decisiones racionales, el
resultado era el mismo de hoy, sin bur-
larse de la gente.
Viernes 30 de noviembre de 2018
(*) Fiscal General de la Corte de Justicia
Ex Presidente del Consejo de Procuradores, Fiscales, Defen-
sores y Asesores Generales de la República Argentina
Ex Presidente del Consejo Federal de Política Criminal de los
Ministerios Públicos de la República Argentina
Ex Presidente del Foro de Abogados de la Pcia. de San Juan
Crean la Súper Liga, contratan ju-
gadores y técnicos por millones de
dólares, son personajes públicos y,
en verdad, se comportan como impro-
visados y ventajeritos de cuarta cate-
goría.
En efecto, tienen a la gente más
de 8 horas sentada en las tribunas,
esperando una resolución que llegará
después de interminables idas y vuel-
tas.
Primero postergan para unas
horas después y luego suspenden
el partido, ello bajo el pomposo título
de Pacto de Caballeros para jugarlo
otro día, e inmediatamente, darle
lugar al “Apache” para acusar de
poco caballeros a los caballeros
que firmaron dicho caballeroso de
acuerdo con su Presidente.
Al otro día abren la cancha dejan
entrar y movilizar hinchas y unas
horas después suspenden o poster-
gan, sin fecha, el partido.
Patéticos, impresentables. Impro-
pio de quienes manejan semejante
negocio llamado fútbol. Un asco.
Para peor, se animan a decir que
es la sociedad la que debe refle-
xionar, lo que constituye, como mí-
nimo, una “tomada de pelo”.
Digo yo, qué tiene que ver con todo
ese desaguisado la parcialidad de
River presente en el estadio, la res-
puesta es una, única, es víctima.
Digo yo, qué tiene que ver con ese
espanto el 99% de los hinchas de
River y de Boca, nada, salvo que se
quedaron con las ganas.
Pregunto yo, más allá del grado
de las lesiones, ¿qué tan general
fue la violencia? La verdad que fue
minúscula y encapsulada.
El desastre ha sido, y lo es, la falta
de capacidad dirigencial, pues es
cierto que nunca se está exento de
que ocurra un hecho, sea por culpa o
no de quienes debían prevenir, la lo-
cura, en verdad, está dada por el
modo en que las directivas administra-
ron la crisis, ello fue vergonzoso, ver-
gonzante, impropio de
quienes manejan un “Circo”, un “ne-
gocio” tan importante llamado Fútbol.
No jodamos con la gente, no sea-
mos hipócritas; han demostrado los
s
s
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s
s
s
s
s
s
s
s
s
algo de alguien
Escribe
Gustavo Ruckschloss
“
Nadie puede
explicar por qué
deben sufrir
situaciones límites
personas y familias
que nunca han hecho
más que trabajar y
cumplir.
Pura fantasía
F
ilosófica y románticamente, la
frase “Saber encontrar la fanta-
sía en la realidad”, siempre me
ha parecido simpática. Es un sabio
consejo que todos nos atrevemos a
darle a los demás. Suena bien. Pero
que nosotros, casi no entendemos
bien, porque dígame alguien cómo en-
contramos fantasía en la pobreza de
tantos lugares de mi pueblo. O, tal
vez, que me explique cómo encontrar
la fantasía en el pésimo actuar de
nuestros dirigentes, de lo que sean.
Dónde encuentro fantasía cuando veo
a niños morir de desnutrición aquí, en
esta fantasía de país.
Se me mezclan las cosas, los temas,
las ilusiones y las realidades. Me es
sumamente difícil entender lo inenten-
dible. La fantasía es que somos un
pueblo de personas inteligentes que
habitan un país enormemente rico. Ni
lo uno ni lo otro; la realidad es que si
siempre equivocan el rumbo, es por-
que no somos tan inteligentes. La fan-
tasía es creernos vivos. La realidad
es que estamos como estamos.
Casi, casi es al revés: encontremos la
realidad en la fantasía. Sí, esa que
nos venden a cada minuto tanto los
mediocres políticos, que creen que
quienes viven la realidad real, se
creen la fantasía que solo ellos imagi-
nan,
Se puede poner todo el buen empeño
y romanticismo para imaginar y tratar
de ver bien las cosas; pero la realidad,
aparte de golpear todos los días la
puerta, está expuesta; no se puede
ocultar semejante situación debajo de
ninguna alfombra de fantasía.
No quiero ser pesimista pero pido
ayuda para encontrar esa fantasía de
lo bueno, del optimismo en alguna
parte de nosotros. Desde la educa-
ción, la política, la economía, la salud,
lo que sea que se nos ocurra mirar,
nos muestra esa realidad. Se
podrían usar frases lindas y edulco-
rantes, pero a quien no tiene cómo ali-
mentar hoy a su familia, no se le
puede pedir que crea la fantasía del
porvenir...
El hambre no se acaba con frases bo-
nitas; se achica con aciertos y accio-
nes conducentes. Nadie puede
explicar por qué deben sufrir situacio-
nes límites personas y familias que
nunca han hecho más que trabajar y
cumplir. No tienen la culpa de lo que
sea que pase. Ellos hoy, tienen el de-
recho de ser argentinos de primera, y
de comer, y no de cuarta, como los
personeros los cuentan.
Hoy no puedo encontrar fantasía en
esta realidad; debe ser porque estoy
acostumbrado a caminar con los pies
en el piso; a mirar el hoy de verdad y
no poder encontrar ilusiones cuando
miro al mañana.
Son de cuarta...
temas de la justicia
Escribe
Eduardo Quattropani*
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