El Nuevo Diario - page 8

Viernes 16 de septiembre de 2016
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Causa admiración, y hasta
cierta perplejidad, en juristas
del interior del país que, en el orden
federal, en el orden nacional, en es-
pecial cuando se trata del derecho
penal, se continúe confrontando
como dos posiciones extremas el
que:
“Los jueces hablan por sus
sentencias”
con
“La publicidad
de todo acto de gobierno” o “El
acceso a la información” y toda
otra derivación de estos postula-
dos
.
Pasa que la prensa, el perio-
dismo nacional continúa igno-
rando, caprichosamente, que en la
inmensa mayoría de las
jurisdic-
ciones provinciales y de Ciudad
Autónoma
, la investigación y, por
lo tanto, la información sobre ella,
incluyendo las estadísticas, está en
manos del Ministerio Público, esto
es de quien tiene la representación
de la Sociedad.
Conclusión Primaria:
Es que
los fiscales –los poseedores de
la información, incluidas las esta-
dísticas-, no hablan por sus senten-
cias, así que tienen que hablar
como todos.
Dicho ello, como dato que no
puede obviarse en ningún aná-
lisis que pretenda un mínimo de
rigor técnico, debemos, si, afirmar
que la relación entre el Ministerio
Público Fiscal y el periodismo, que
el fenómeno Ministerio Público Fis-
cal y Comunicación, resulta ser de
complejidad tal que requiere no
solo
una mutua comprensión de
las tareas del otro, sino que
exige, en primer lugar, que
ambos, Ministerio Público Fiscal
y periodistas estén debidamente
formados, preparados y capaci-
tados para relacionarse con el
otro
.
Debe asumirse que, por lo ge-
neral,
los tiempos de uno y
otro –Justicia y Periodismo- son
las más de las veces incompati-
bles, irreconciliables
, ya que co-
múnmente en los primeros tiempos
el investigador suele cerrar o res-
tringir todo el grifo informativo,
justo cuando el periodismo, la fun-
ción periodística, exige mayor cau-
dal de noticias, pues luego será
comunicacionalmente extemporá-
neo.
Debe asumir el investigador
que al periodista –lógica-
mente- no le sirve el mero relato de
pasos procesales o de fórmulas ju-
rídicas, en tanto el periodista debe
comprender que el investigador “no
es un datero” y que cierta informa-
ción, en ocasiones, debe reser-
varla al máximo, debiendo
recurrirse a otras fuentes de infor-
mación las que, por lo general, son
múltiples.
Deben asumir, unos y otros, las
necesidades de cada función,
debe comprenderse el rol del otro,
para ello hace falta, se requiere,
reitero, máxima preparación y ca-
pacitación.
Conclusión Secundaria:
Cuando un fiscal cree ver en
los periodistas a enemigos funcio-
nales, no estará preparado para
ser fiscal; y cuando un periodista
visualice en los fiscales un adver-
sario, seguramente todavía no al-
cance la madurez necesaria para
tan apasionante profesión.
Conclusión Terciaria:
Cuando desde la Justicia se
piensa que el interés periodístico
se puede saciar con explicar pasos
procesales, anticipar medidas de
mera administración o repetir “Se-
creto Sumarial”, jamás se imaginó
al periodista frente al Jefe de Re-
dacción, y cuando el periodista
quiere ejercer su función y hacer
sus notas basado en una sola
fuente –el fiscal- jamás entendió
los secretos de la investigación.
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COLUMNISTAS
algo de alguien
A tiempo
E
s de humanos no querer
dejar algo que anda bien. Es
difícil dejar el candelero a
tiempo. Pero no hay que excederse
porque el tiempo no pasa gratis y,
según de quien se trate, produce
estragos, en especial si es una ac-
tividad física como los deportistas o
deja marcas importantes si es inte-
lectual.
El ver a Cacho Castaña en un pro-
grama me recordó algo que siem-
pre tuve en claro: para todo hay un
tiempo y, si lo excedemos, o hace-
mos el ridículo o damos pena...
Para mí siempre fue un buen can-
tante y compositor, hoy es lo que
queda de lo que fue.
Fangio nos dio cátedra de muchas
cosas de la vida, una de ellas fue
retirarse a tiempo, en plena gloria y
vivir tranquilo, callado y disfru-
tando. Fue el final de una conducta
de vida de corrección y sensatez.
No hablo en abstracto porque hay
ejemplos en toda actividad, desde
la política hasta la filosofía. Toda
carrera tiene un final. No se pue-
den ignorar los tiempos, tanto biló-
gicos como intelectuales, ya sea el
artista, deportista, gobernante,
padre, amante, poeta, o colcho-
nero...
De la misma manera que la mejor
crema francesa no nos devuelve la
juventud real, sino, apenas mejo-
rará la apariencia, el tratar de per-
petuar o estirar los tiempos, las
normas, las voluntades o circuns-
tancias, también es casi una ilu-
sión. Los que lo intentan se creen
excepciones y que para ellos el
Olimpo es perpetuo y que los lími-
tes son para los otros... Es el pri-
mer paso para creerse superior a
los otros, al común de los mortales.
Es creer tener un plus sobre los
demás y es, entonces, un promotor
de desigualdad...
Si todos nacemos iguales, debe-
mos transcurrir la vida como igua-
les, si no, algo anda no anda
bien... Los estudios tienen una du-
ración, los esfuerzos tienen un lí-
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política Cri-
minal de los Ministerios Públi-
cos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
mite, la belleza tiene término en
todos los órdenes de la naturaleza,
hasta la energía tiene un límite en
el Universo, Todo tiene medida y
ciclos que tienen su motivo de ser,
que siempre son superiores a las
voluntades y vanidades.
Además, el pretender perpetuarse,
entre otros errores que tiene, es
perder la oportunidad de disfrutar
de lo logrado y, en especial, des-
cansar. El estar del otro lado del
escenario también tiene sus encan-
tos y, para eso hay que dejar de
estar arriba. Es el tiempo de dis-
frutar como espectadores lo que
otros continuarán como intérpretes
que es, en definitiva, el mayor mé-
rito de la renovación: dar paso a los
que vienen. Es injusto obstruir el
futuro.
Dios perdona todo; los humanos,
muchas veces; el tiempo, nunca.
Justicia y comunicación
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