El Nuevo Diario - page 9

Viernes 16 de septiembre de 2016
política
Hay que salir de
la zona de confort
L
a zona de confort es un es-
tado de comportamiento en
el cual la persona opera en
una condición de "ansiedad neu-
tral", utilizando una serie de com-
portamientos para conseguir un
nivel constante de rendimiento sin
sentido del riesgo (White 2009). En
psicología, la zona de confort de-
signa un estado mental en que el
individuo permanece pasivo ante
los sucesos que experimenta a lo
largo de su vida, desarrollando una
rutina sin sobresaltos ni riesgos,
pero también sin incentivos.
Está de moda hablar de la
zona de confort. Lo hacen
principalmente los coach que re-
marcan permanentemente la nece-
sidad de superar los límites que
nosotros nos imponemos, de sa-
lirse del lugar en el que estamos
cómodos para conseguir objetivos
que, por no arriesgarnos, creemos
que no están a nuestro alcance.
Quienes manejan los poderes
del Estado son los que más
dificultades tienen de salir de esa
zona de confort. Y tienen sus moti-
vaciones.
Imagínese que usted cobra un
buen sueldo, un muy buen sueldo
que nunca lo obtendrá en la parte
privada. Además tiene todas las
prerrogativas que puede dar un
cargo, como auto con chofer, se-
cretaria, viajes, gestos de cortesía
de parte de gente que busca que-
dar bien con uno. Y un día le plan-
tean la posibilidad de tomar una
decisión que no va a ser bien acep-
tada por quienes trabajan con
usted, por quienes están dentro del
sistema. La verdad es que la mayo-
ría de la gente optará por seguir
como está, mal pero acostumbra-
dos, antes de arriesgarse en algo
que podría ser entendido recién en
muchos años más.
Esta semana, los integrantes
de la Corte de Justicia fueron
a hablar con el gobernador. En
agenda estaba el pedido del predio
actual de Bomberos para construir
el edificio de Tribunales. Se fueron
con un no pero ellos también se
negaron a aceptar los terrenos de
la exCavic por no estar de acuerdo
con la ubicación.
¿Qué podría pasar si la justicia se
traslada a este terreno en el límite
de Capital con Chimbas?
Los abogados se quejarían, la ma-
yoría de los empleados judiciales
protestarían y no es lo mismo tra-
bajar en el microcentro que en una
zona más complicada.
Eso sí, si se cambian al límite entre
Capital y Chimbas, se aliviaría el
tema del tránsito y estacionamiento
en el microcentro, se cambiaría to-
talmente una zona más marginal
porque junto al Poder Judicial se
instalarían bancos, comercios de
todo tipo, se construirían edificios
para oficinas, mejorarían las vías
de comunicación, habría que hacer
nuevos recorridos de ómnibus, se
trasladarían dependencias policia-
les, la movilidad del servicio peni-
tenciario no tendría que pasar por
el centro cada vez que lleva deteni-
dos, se elevaría el valor de cotiza-
ción de toda la zona aledaña.
No sólo son los jueces los
que están cómodos en su
zona de confort. Pasa lo mismo
con el Poder Ejecutivo.
Se decide construir un edificio para
la Subsecretaría de Trabajo y se
hace enfrente de dónde está ahora,
a 100 metros de la plaza 25 de
Mayo; a pesar de ser un lugar de
protestas permanentes con cortes
de calles includos cada vez que
hay un conflicto salarial. Todavía
están a tiempo para decidir enviar
la subsecretaría a un lugar más
alejado y en ese sitio trasladar
otras oficinas.
Son dos ejemplos de lo que
cuesta tomar decisiones que
nos saquen de la seguridad que
buscamos. Salir de esa zona signi-
fica pisar callos, enfrentarse con in-
tereses y esquemas cerrados. Pero
los grandes cambios los hacen
quienes se animan a ir más allá de
la decisión que todos esperan.
Lo invito a trasladarse a San
Juan en plena gesta liberta-
dora. San Martín llegó a la provin-
cia por segunda vez un 9 de julio
de 1815 y la crónica afirma que se
hospedó en la celda del convento
de Santo Domingo. Incluso se de-
talla el mobiliario de su hospedaje,
que se reunió con el gobernador Ig-
nacio de la Roza, con Laprida y
Fray Justo Santa María de Oro y
que estuvo hasta el 14 de julio que
regresó a Mendoza.
Lo que no se dice en las cró-
nicas oficiales es que San
Martín vino a exigir muchas más
contribuciones de los sanjuaninos
en la gesta -la provincia aportó
mucho más que lo lógico para su
realidad económica- presionó para
que le dieran los esclavos para el
ejército y después recuperarían su
libertad, se llevaron gran cantidad
de animales y mercadería e incluso
las alhajas de las damas sanjuani-
nas. Para una gesta como la de
San Martín, se presionó, se jugó
muy fuerte y se logró avanzar en la
liberación de los países de la re-
gión. No alcanzaba hacer lo co-
rrecto.
Hoy no se esperan gestas liberta-
doras, sólo que se tomen decisio-
nes incómodas que nos hagan
progresar...
Mucho pedir ¿no?
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COLUMNISTAS
Juan Carlos Bataller Plana
Juanca Bataller @ juancabataller
Juan Bataller
La Justicia no quiere irse a los terrenos de la exCavic y piden el lugar donde funciona hoy Bomberos
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