El Nuevo Diario - page 5

otra vez y me dicen que es imposible
porque excedí la edad.
—¿Usted está diciendo que por su
edad no lo dejaron trabajar acá, en
San Juan?
—A los 53 años no me dieron trabajo
porque me había excedido de la edad.
Encima yo había estudiado todas las
técnicas de la pintura, estudié escultura,
me sacrifiqué con el estudio de grabado
para enseñarlo acá, pintura al fresco,
todo eso. Cuando vengo…me dejan en
la calle, fuera de órbita.
Qué triste. ¿Fue difícil la partida a
México, dejar a San Juan, familia y
amigos?
—Yo siempre estuve con las ideas de
terminar mis estudios, de profundizarme
más en la materia y si, un poco difícil es,
no es decir “
me voy a la Plaza 25 de
Mayo y vuelvo
”, pero lo hice con el afán
de venir a enseñar todo lo que había
aprendido.
Con más de 50 años de experiencia
viviendo en el exterior, ¿cree que es
más fácil la vida del artista que vive
afuera o del que está aquí en San
Juan? porque como dice usted, a los
50 años no lo dejaron trabajar por
considerarlo mayor.
—Honestamente…bueno, vuelvo a Mé-
xico y me andaban buscando. “
Maestro
Genovese, ¿Qué pasó? Tiene que dar
clase en una secundaria
”. Me habían
nombrado y yo ni sabía. Llego a México
en el año ’70 y me dicen que para que-
darme tenía que tener un contrato. Voy
Una de las obras en carbonilla que
conforman la serie “transfiguración psi-
cológica del ser humano”
Viernes 28 de octubre de 2016
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—No, me di cuenta con satisfacción que
tenía razón mi padre, tenía toda la razón
del mundo. Al pasar el tiempo dejé de
estudiar y me dediqué a la pintura.
¿Estudió pintura apenas terminó la
escuela?
—Sí, después de que terminé la escuela
me dedique a pintar y estudiar sobre el
tema.
¿Quiénes fueron los principales
pintores que influenciaron su tra-
bajo?
—Siempre uno a tenia a Van Gogh, Cé-
zanne y otros pintores franceses.
¿En qué año aproximadamente co-
mienza la pintura?
—Año 1938, 1939…
—¿Por qué decide ir a estudiar a Mé-
xico?
—Yo fui uno de los creadores de la Es-
cuela de Arte y, con todo respeto, no
menciono a ningún amigo, a nadie. Ese
grupo de amigos me sacó de allí, di-
ciendo que yo no sabía nada de pintura
y otras acusaciones al respecto. Eso ya
me dio un poco de rabia y otro amigo
me dice “
Petiso, los curas van abrir una
escuela de abogacía, ¿por qué no nos
inscribimos?
”, y le dije que no, que me
iba a México a terminar de estudiar.
Después le dije a mi familia y partí.
—Estamos hablando de la década del
’60.
—Sí, del ’60 y ese fue el motivo por el
cual me fui a estudiar.
—¿Y por qué México? ¿Por qué no
Uruguay o Chile?
—Porque me gustó, sin saber la ense-
ñanza tan profunda de México, además
había grandes pintores como Diego Ri-
vera, Clemente Orozco, Siqueiros…
—Era una época importante en la pin-
tura mexicana
—Definitivamente. Fui y un director de la
escuela me dio una carta para el maes-
tro Vito Reyes, un pedagogo psicólogo
extraordinario que ya falleció. Entonces
él me dio una beca sin conocerme para
la escuela de pintura y escultura “La es-
meralda”. Mi llegada a México fue igual
que cuando yo llego a San Juan, y eso
que nadie me conocía.
Había que empezar de cero com-
pletamente.
—No, empecé de arriba como si todos
me conocieran, como si fuera su amigo.
Fui a la escuela, me inscribí y todo. A los
tres días un ingeniero que iba a practi-
car pintura me conoció y me invito a su
casa. Llegué bien a México, sin ninguna
contra.
—Se sintió como en casa
—Sí, casi lo mismo que acá. Todos me
apreciaban mucho, a lo mejor era por
ser mayor de edad que todos me ofre-
cían su casa.
—¿Usted tenía entre 40 y 50 años?
—Sí. Una vez que terminé de estudiar
me dieron mi título, que en aquella
época era de Profesor en Artes Plásti-
cas y la maestría se llamaba Técnica de
la Enseñanza. Entonces vengo a San
Juan a trabajar y me dejan cesante de
las cosas que daba. Voy a pedir clases
tal del individuo en ciertos momentos.
Son 10 cuadros que tengo y escribí
sobre psicología de eso, también tengo
pinturas sobre temas taurinos hechos
en un sentido psicológico. No me limito
a ciertos campos para pintar.
¿Estudió psicología?
—Sí, no soy psicólogo pero profundizo
mucho en el ser humano
—¿Ese estudio lo ayudó a profundi-
zar en la pintura?
—Sí, justamente, la mente se va am-
pliando. Si usted me pone dos o tres fi-
guras para hacer una composición, ya
sea desnuda o vestida, yo preparo la
composición, empiezo a dibujarlo y se
acabó. Todas mis pinturas las he hecho
de esa forma.
—¿Considera que existió una edad
de oro en la pintura de San Juan?
Porque usted es contemporáneo a
pintores como Julián Tornambé, Al-
berto Bruzzone y Paredes.
—Es difícil responder. Cuando nosotros
nos iniciamos, que fuimos los primeros,
había otros pintores acá que habían ve-
nido de Buenos Aires pero ya se habían
ido. Prácticamente fuimos nosotros los
primeros en iniciarnos, recuerdo a Julián
Tornambé, Miguel Ángel Tornambé, Ibá-
ñez y Dávoli. Había arquitectos también,
pero supongo que en pintura fuimos pio-
neros
¿Cree que ellos constituyen una
época que fue diferente, de influencia
para pintores que siguieron des-
pués?
—No lo sé, habría que preguntarle a los
pintores que vivieron en los años si-
guientes.
—¿Cree que la asociación “Refugio”,
que nucleaba a artistas de San Juan
y apareció por esa época, ayudó a
que se conociera la obra de estos ar-
tistas?.
— Definitivamente. Yo fui uno de los
creadores de “Refugio”. Ahí teníamos
lugar para exponer, criticar y debatir.
—¿Cómo ve a los artistas de hoy?
Por ejemplo, un referente es Mario
Pérez, que tiene reconocimiento a
nivel nacional e internacional.
—Como casi no conozco sus obras no
puedo hablar. Si son tan reconocidos,
mi respeto hacia todos ellos. Yo a todos
los pintores los respeto, no hago críticas
a nadie, cada uno pinta de acuerdo a su
criterio o de acuerdo su formación, su
forma de ser y de interpretar.
—Vicente, usted tiene más de 50
muestras internacionales; ha ex-
puesto en Argentina, Chile, Estados
Unidos, Italia, Israel, México. ¿Hay
algún otro lugar donde le gustaría ex-
poner?
—¿En este momento? No sé.
¿Quizás Paris? Que es una plaza
muy asociada a la pintura.
—Uno tiene deseos, pero es tan difícil…
si no tengo dinero, ¿cómo voy a ir a
Paris? Si tengo que llevar toda mi obra a
Paris ,¿sabe lo que me cuesta? La idea
a la Secretaria de Educación Pública y
ahí nomás me dieron 16 horas de cla-
ses. Di clases, presenté mi documenta-
ción a la universidad, fui parte de la
comisión directiva, pensioné a la edad
de los 85 años y de allí en más, trabajé
tranquilamente.
—Vicente, usted se dedica al paisa-
jismo, figura humanas y demás ¿Cuál
cree que es su fuerte en la pintura?
—De acuerdo a la obra que tengo en
México, si usted ve, hay composiciones
con figuras humanas, desnudos, otros
temas con figuras y paisajes. Como yo
ya he dominado todas las facetas de la
pintura, no tengo ningún problema en
ponerme a pintar hasta animales.
—¿Tiene algún estilo favorito? ¿Qué
es lo que más le gusta pintar?
—Lo que más me gusta pintar son las fi-
guras humanas, desnudos y paisajes.
—¿Dónde cree que nace esa elec-
ción?
— Esa pregunta es difícil. Yo siempre
sostuve algo y espero que no interpre-
ten mal los pintores, pero pienso que es
una evolución mental. Cada ser humano
tiene una evolución mental y yo tuve la
valentía de desarrollarla. Como a mi
obra no la hago para la venta, he pin-
tado lo que he querido pintar, como una
serie de dibujos de una exposición que
he titulado
“Transfiguración psicológica
del ser humano”
. En México tengo una
serie de 10 cuadros grandes de un
metro y medio por un metro de rostros
con cierto estado físico – psíquico men-
Elegí México por su enseñanza
profunda, además, era un momento
importante con pintores como Diego
Rivera.
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