El Nuevo Diario - page 8

Viernes 28 de octubre de 2016
Una escena de Showmatch. Sin palabras
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Quede claro, clarito, existe una
tremenda deuda
del Sistema
de Justicia y Seguridad que, en de-
masiadas ocasiones, puede consti-
tuir una de las causas o motivos de
hechos ilícitos aberrantes léase,
por ejemplo, violencia de género,
femicidio.
Quede claro, también, es hora
nos dejemos de hacer “los dis-
traídos, y nos preguntemos:
¿Qué
carajo nos pasa como socie-
dad?, ¿Qué carajo nos pasa
como seres humanos que hasta
somos capaces de (de) formar
miembros capaces de cometer
semejantes atrocidades?
No son los jueces, los fiscales
ni la Policía los que habilitan la
aparición de esos “degenerados”
(en el sentido de casi negar con
sus hechos su propia naturaleza),
aunque en ocasiones no se los de-
tienen a tiempo, ellos se forman o
se deforman en la sociedad. ¿Qué
carajo nos pasa entonces?, reitero
la pregunta.
Quien me conoce –no los que
dicen conocerme- saben que
no milito en los llamados “Mojiga-
tos”, que no ando por la vida ven-
diendo virtudes ni que me
considere preceptor de la moral de
nadie, más bien soy partidario de
no meterme en la vida ajena, de no
juzgar y de no imponer una escala
de valores.
Creo en la libertad.
Esa posición no me hace per-
der de vista que todo se puede
hacer, que todo se puede hasta
aprobar, lo
único –así hay que en-
tenderlo- que no se puede evitar
son las consecuencias de esas
decisiones, de esos hechos, de
esas realidades.
Así se puede festejar el “Festi-
val de Toco y Salgo”, o
“el in-
dividualismo”
, el show de
perversiones en horarios centrales
de la tele (quede en claro no estoy
hablando de inclinaciones sexua-
les), el carnaval de tetas, traseros,
engaños, sexo explícito, invitación
al sexo grupal; todo ello como
quien vende una plancha por Spra-
yette en horario indistinto en los
medios.
Todo bien, podemos disfrutar
de esas decisiones de la mo-
dernidad,
padezcamos entonces,
sin tanta sorpresa, de sus con-
secuencias
, ya que de esos men-
sajes, de esas realidades, no se
puede cosechar solo conductas vir-
tuosas.
Todo bien, sigamos plan-
teando que el único éxito es tener
mucha plata, o un buen cargo, si-
gamos creyendo que ser triunfado-
res es ser famoso, sigamos
enamorados de nosotros mismos.
Todo bien, hagamos un altar al
consumismo, diferenciémonos
por las marcas de autos, ropa, za-
patillas, etc.,
pero aguantemos a
la par las consecuencias
.
Todo bien, no nos hagamos,
entonces, los otarios,
volva-
mos a casa mas tarde y mas to-
mados que nuestros hijos, total
somos la modernidad, pero no
nos sorprendamos de las conse-
cuencias
,
abandonemos a nues-
tros hijos, seamos jóvenes
eternos, postulando la vida es
una sola, “seamos fiesteros”.
Quede claro, no soy de ir a
misa, no estoy en contra de la
diversión, no hago diferencias por
inclinaciones sexuales hasta creo
no ser grato para cierta ortodoxia
religiosa, pero no soy lo suficiente-
mente asno para no darme cuenta
que el desorden, el individualismo
y la falta de valores se pagan, tam-
bién, en muertes.
(*) Interj. Expresión que indica en-
fado o sorpresa (Real Academia
Española).
s
s
s
s
s
s
s
s
s
s
s
s
8
COLUMNISTAS
algo de alguien
De moda
E
n una pared está el tablero
de electricidad de la casa y
está milimétricamente ta-
pado con un cuadro. Nadie repara
en él como cuadro en sí. Es un
cuadro que está allí y listo. Un día
hubo que arreglar algo eléctrico y
sacamos el cuadro para cortar la
energía; cuando se terminó el tra-
bajo se colgó de nuevo el cuadro a
las apuradas y quedó chueco, tor-
cido. A partir de allí, existió. La
dueña de casa protestaba y exigía
que lo enderezaran. Los menores,
que a esas cosas nunca le dan
bola, preguntaban; los adolescen-
tes hasta se enteraron que allí
había una pared y un cuadro “que
no estaba mal, está bueno y origi-
nal así”, dijo alguno.
A todos nos pueden poner cual-
quier cosa pero en el debido lugar
y lo asumimos como normal, pero
apenas lo sacamos de esa “norma-
lidad”, nuestros sentidos y nuestra
rutina, nos hacen notar que hay
una pieza que no encaja. Ergo, si
queréis hacerte notar, transgredí.
Parece obvio, pero es lo contrario
a lo que hacen los que quieren ha-
cerse notar. Se ponen a la moda,
que es masificarse, igualarse, es-
tandarizarse “porque todos están
así, usan esto”. Entonces, lejos
de trascender, son una pieza más
del rompecabezas de la moda, sin
que mucho se note...
Me acuerdo de aquél que pregun-
taba cómo hacer para pasar un
elefante desapercibido por la Gale-
ría Estornell de una punta a otra.
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política Cri-
minal de los Ministerios Públi-
cos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
La respuesta era sencilla: llenar la
galería de elefantes. Cuando todos
queremos ser distintos nos iguala-
mos más.
Soy el menos indicado para hablar
de moda, pero cada vez que algo
me hace dudar del sentido común,
los hechos me remiten a la moda.
Lo único que sé es que es un me-
canismo complicado y perfecto que
hace que todos tengamos que con-
sumir algo porque sí. No entiendo.
Al Papa le vemos bien que hable
de igualdad, humildad y justicia,
pero en la moda gastamos tanto
como para darle de comer a medio
planeta. No entiendo...
José Ingenieros decía que entre-
garse a una moda es el método
más eficaz para carecer de origina-
lidad.
Qué carajo(*) nos pasa como
sociedad (femicidios)
1,2,3,4,5,6,7 9,10,11,12,13,14-15,16,17,18,19,...28
Powered by FlippingBook